El universalismo global – Juan de Dios Andrade
¿Cómo entender una realidad altamente compleja? O si se prefiere: ¿es posible entenderla? Aunque parece un objetivo simple y claro, en los hechos no lo es tanto y corremos el riesgo de caer en el escepticismo. Estamos inmersos en un mundo con una conectividad global como…
CONfines Políticos
¿Cómo entender una realidad altamente compleja? O si se prefiere: ¿es posible entenderla? Aunque parece un objetivo simple y claro, en los hechos no lo es tanto y corremos el riesgo de caer en el escepticismo. Estamos inmersos en un mundo con una conectividad global como nunca antes se había visto y son muchos los que desean hablar y ser escuchados, pero pocos parecen estar dispuestos a escuchar a los demás. En cierto modo, las redes sociales han potenciado esa especie de ‘anarquía comunicativa’, en la cual todos publican y opinan sin prestar atención al resto de la gente.
Lo anterior es peligroso en una realidad como la nuestra, tan compleja, tan volátil y, por momentos, hasta caótica. Sin embargo, bien empleadas, esas mismas redes sociales pueden servir para dialogar y encontrar soluciones a problemas o situaciones difíciles, para ubicar y activar ideas; para crear redes de intelectuales, escritores y hombres de ciencia o simplemente para vincular a individuos aquejados por una terrible soledad. Pero, a la par, pueden ser herramientas que nos ayuden a comprender la época que estamos viviendo y a entendernos los unos a los otros, empezando por nosotros mismos. ¿O muchas veces no has sentido que ni tú mismo te entiendes?
Asimismo, una realidad tan globalizada como la nuestra, exige una visión geopolítica y geoestratégica para intentar comprenderla. Pero no al modo tradicional, como ocurrió sobre todo en la primera mitad del siglo XX, sino con un enfoque igualmente global y, más específicamente, universal. O si se prefiere: estamos ante un ‘universalismo global’, en donde todas las cosas están conectadas.
Lo paradójico es que podamos comunicarnos con gente ubicada en lugares remotos, pero no dejamos tiempo para los que tenemos cerca. Hay una dramática disociación espacio-temporal en las relaciones humanas. Tal vez, en el fondo, algunos buscan potenciar su capacidad de vinculación (el ‘yo’ ante todo) sin pasar por el contacto humano. ‘Te quiero en mis redes sociales, mas no en mi vida’, parece ser una máxima de la era global. Una misantropía cuya crueldad se antoja omnipresente.
Debemos aprovechar ambas cosas y expandir nuestras posibilidades de comunicar ideas y de dialogar, sin olvidar al ser humano que hay detrás de cada cuenta o página virtual. En Confines Políticos analizaremos la Historia y el momento presente en su dimensión espacial, a la luz de la conectividad global y sin olvidar la realidad humana concreta.
En el centro, estará el análisis de los aspectos más importantes de la vida pasada y actual, requisitos indispensables para prever. El porvenir jamás se anticipa mirando sólo hacia adelante, sino en la conjunción entre lo ya ido y lo que ha quedado entre nosotros. Hace siglo, alguien dijo que lo único que realmente poseíamos era el pasado porque el presente es efímero y el futuro no ha llegado todavía, y tuvo razón.
A su vez, en el centro del análisis colocaremos al ser humano y su realidad específica, porque una de las cosas que caracterizaron a las ideologías de la Modernidad fue pretender mutilar o violentar lo humano y a la realidad en general, con tal de que encajase en el estrecho límite del aparato ideológico y, en nombre de esa misma ideología, exterminaron a millones de personas y provocaron el sufrimiento a gran escala.
Si perdemos a la persona concreta, todo lo demás se desplomará por añadidura…
Hasta entonces…
Correspondencia: confinespoliticos@gmail.com