Una sucesión presidencial eminentemente pragmática – Juan de Dios Andrade

CONfines Políticos

5 de enero de 2024

Correspondencia: confinespoliticos@gmail.com

El escenario estratégico de las elecciones presidenciales en México, está muy cantado desde el principio. Será una confrontación entre dos modelos interpretativos de la realidad mexicana: El que se asienta en la correlación de cuatro variables en torno al presidente (los que están a favor o en contra de él, los indecisos y los decepcionados) y el que se basa en el aparato de Estado que juega a favor de Claudia Sheinbaum (en el cual sobresale el factor del aumento al salario mínimo y las pensiones del Bienestar). Un ámbito especialmente vinculado con ambos es el económico y ahí, aunque existen algunos indicadores inquietantes, por el momento no parece haber algo que nos alerte sobre una crisis de fin de gobierno como las de antaño. En todo caso, podría ocurrir en el transcurso del próximo. A menos que surja lo imponderable, claro está…

Según los especialistas en encuestas, en el primer modelo, pese a mantener López Obrador una evaluación positiva, ha crecido significativamente el porcentaje de decepcionados que, en mayor o menor medida, podrían sumarse a los adversos y jalar a los indecisos en la misma dirección. De ser así, Claudia Sheinbaum podría alcanzar poco más del 40% de los votos, en el mejor de los casos, lo que colocaría a Xóchitl Gálvez ante la posibilidad del 58 o 60%. Esto no significa que Sheinbaum la tenga perdida, puesto que faltaría que la candidata opositora logre atraer a esos electores. De otro modo, aún con el 40 o 42%, la opción oficialista ganaría…

De prevalecer el escenario del aparato de Estado, la distancia entre Claudia y Xóchitl oscila del 20 al 30% en términos reales, lo que será muy difícil de remontar. Aquí, el verdadero peligro para la primera no es la opositora propiamente, sino la falta de carisma de Claudia. La combinación entre una operación exitosa de Gálvez y una desangelada campaña de Sheinbaum, sí podría llevar a un estrepitoso fracaso de la 4-T…

Una contienda electoral se gana con votos

¿Por qué, pese a los malos resultados en áreas sensibles, Andrés Manuel mantiene la aprobación ciudadana? Es verdad que el nuevo salario mínimo y las pensiones del Bienestar inciden, pero no podemos ignorar que hay un porcentaje de mexicanos que gustan de su forma de ser. Es decir, hay beneficios que abonan a lo clientelar e identificación con el perfil populista…

Verdad de Perogrullo: ¿con qué se gana una elección? Pues con votos, eso es obvio. Tan obvio que quizás por eso lo perdemos de vista con frecuencia. Salvo excepciones, una elección es un evento eminentemente pragmático y así es como debe resolverse. Un candidato podrá tener razón en cuanto diga en sus discursos y contar con el mejor programa o proyecto habido y por haber, pero si no logra llevar votos favorables a las urnas, de poco le servirá más allá de una campaña moral o quijotesca. Ese es el peligro en que se encuentra Xóchitl Gálvez…

Si las posibilidades de Xóchitl se potenciaron gracias a los continuos ataques de López Obrador desde Palacio Nacional durante las ‘mañaneras’, debió conservarse ese factor que estaba haciendo coincidir la falta de carisma de Claudia con la escalada mediática de la primera. ¿Qué fue lo que pasó? Pues que, en lugar de asegurar que el presidente se siguiera equivocando, buscaron un fallo del INE contra él y lo consiguieron. En ese momento, Xóchitl Gálvez ‘se disparó en su propio pie’…

Una vez más: una elección es de carácter pragmático y se gana con votos, no con el ‘deber ser’. Esto último se resuelve en otro ámbito porque es de naturaleza distinta. Pocas veces el escenario natural de una elección ha girado en torno al deber ser y parece que ahora tampoco es el caso…

Nunca interrumpas a tu enemigo

“Nunca interrumpas a tu enemigo cuando está cometiendo un error”, dice una frase atribuida a Napoleón Bonaparte. Lo del INE fue un desatino porque torpedearon lo que la estaba catapultando y las consecuencias se sintieron pronto. En unos cuantos días, el crecimiento de Xóchitl Gálvez se desaceleró y vamos a ver si logra recuperar terreno…

Eso explica el modo en que terminó el año: una intensa campaña, por un lado, tendiente a crear una polarización en el bando opositor, entre la lucha por la Presidencia y la conquista del Congreso de la Unión. El mensaje fue inequívoco: “Xóchitl ya no puede ganar, mejor aseguren las curules”. Del otro, la sorpresiva aparición de espectaculares con drones luminosos en el cielo de Ciudad de México, proclamando: “Feliz fin de AMLO”. Lo primero, empujando hacia el escenario del aparato de Estado; lo segundo, hacia la ruptura del consenso en torno al presidente, tratando de convertir la elección presidencial en un plebiscito sobre Andrés Manuel…

En territorio morenista, hay dos elementos claves en el proceso electoral: el que López Obrador quiera ser siempre el centro de atención, lo que en automático desplaza a su candidata de los reflectores y, por ende, abona a debilitar su presencia mediática. De por sí, ella lleva a cuestas su falta de simpatía. El otro aspecto es la desconfianza que siente Andrés Manuel hacia Sheinbaum. Tan es así, que, además de meterse a controlar la sucesión presidencial, pretende condicionar desde ahora un eventual gobierno de la candidata oficialista…

El de Tabasco quiere asegurar las reformas constitucionales que permitan una reelección o un retorno a la Presidencia, en caso de separación del cargo por parte de Claudia…

¿Habrá estado de excepción?

De relanzarse Xóchitl hasta acercarse al 50% de intención de voto, no faltan los que auguran que desde Palacio buscarán descarrilar las elecciones declarando un estado de excepción, propiciando previamente una oleada de violencia orquestada por el crimen organizado, para justificar que no haya votaciones y el presidente permanezca en el poder y hasta hablan de un posible relevo de no cuajar la simpatía de Claudia Sheinbaum…

¿Exageraciones, tratando de visualizar desenlaces? ¿Maniobras para ‘quemarle’ de antemano las cartas al presidente? Los hechos lo dirán. Sin embargo, queda clara la maniobra para debilitar al INE, a la SCJN, al TEPJF, al INAI y al Congreso de la Unión…

Por lo pronto, la sucesión presidencial podría tender a ser ‘unidimensional’, en una especie de reinterpretación de lo que decía Marcuse. “Los conservadores o la 4-T”, truena Andrés Manuel todos los días desde Palacio o en donde esté. “Programa de pensiones o cancelación de los mismos de ganar la oposición”, añade Claudia desde la campaña…

Hasta ahora, el discurso de la aspirante oficialista se mueve dentro del marco del aparato de Estado. Sabe que debe “sujetar bien sus canicas” para ganar…

Xóchitl Gálvez, por su parte, tiene por delante determinar la estrategia para que se depositen votos a su favor en las urnas. Se trata de generar una gran alianza de electores en las papeletas…

Para lograrlo, antes debe conceptualizar adecuadamente a su adversario y a ella misma. Será decisivo para saber si podrá imponer el escenario del plebiscito sobre López Obrador. Hasta ahora, no ha encontrado la forma efectiva de aprovechar los malos resultados en materia de seguridad, salud y educación, aunque tal vez lo logre. Por eso, el presidente aumentó el salario mínimo y las pensiones del Bienestar, generando un contrapeso a las críticas en áreas deficitarias, a la par de inaugurar obras a medias…

El resbalón de Dante Delgado con la fallida candidatura de Samuel García, sigue sin subsanarse. Por eso sumaron a Tatiana Clouthier a la campaña de Sheinbaum. Sus declaraciones al diario El País, confirman que el verdadero escenario es el del plebiscito en torno al presidente, cuando dijo que ella va por el 17% de los votos indecisos. Es obvio que Dante llevará a Movimiento Ciudadano a tratar de adueñarse del voto de los decepcionados, al margen de quién resulte su candidato…

De no relanzar pronto su estrategia de campaña, Xóchitl Gálvez podría sucumbir ante ese doble juego estratégico…

Este no es el momento del deber ser. Por lo general, se afirma que la polarización es el juego del populismo. Pero, de algún modo, toda elección implica un mayor o menor grado de polarización. El presidente ya decidió qué tipo de polarización jugará y Claudia no tiene otro camino que jugar con esas cartas. Toca a Xóchitl determinar cuál será la suya y aquí no hay lugar para errores. Estamos inmersos en una sucesión presidencial eminentemente pragmática…

Hasta entonces…