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¿Una guerra mesiánica? – Juan de Dios Andrade

El conflicto en el Medio Oriente, suscitado por el ataque terrorista de Hamás hace un año, ha entrado una nueva fase con su ampliación hacia el Líbano y las tensiones con Irán, a la par del forcejeo con Yemen. El caso es una mezcla de posiciones geopolíticas, teorías militares y revolucionarias, así como de creencias de corte mesiánico. Sin duda, el terrorismo debe combatirse, provenga de Hamás o Hezbollah, pero tampoco debemos ignorar los elementos que aumentan el peligro de una guerra no sólo de mayor alcance, sino sobre todo de naturaleza nuclear.

CONfines Políticos

7 de octubre de 2024

Correspondencia: confinespoliticos@gmail.com

Los principales actores geoestratégicos del mundo están atentos a lo que pueda ocurrir en el Medio Oriente, al cumplirse un año del cobarde ataque del grupo terrorista Hamás a la zona fronteriza con Israel. Luego de las devastadoras incursiones israelíes en la Franja de Gaza, con el impacto que eso significa en materia de derechos humanos y crisis humanitaria, pasamos al espectacular desmantelamiento de la cúpula de Hezbollah y de su aparato de inteligencia, haciendo explotar sus dispositivos de comunicación. Hablamos de un conflicto que poco o nada tiene que ver con los del siglo XX, donde se cruzan operaciones de inteligencia y espionaje de altísimo nivel con el uso de la tecnología global…

Sin embargo, quizás lo anterior nos ha hecho perder de vista algunos aspectos que tienen su historia y que proporcionan indicios sobre el curso que podrían tomar los acontecimientos actuales de la región que se encuentra en plena ebullición…

Los parámetros geopolíticos del pasado

Uno de los puntos más delicados estriba en la concatenación de alianzas e intereses geopolíticos que desencadenaron las dos guerras mundiales en el siglo pasado. Considerando la guerra por la invasión rusa a Ucrania, una escalada incontrolable en el Medio Oriente podría cundir en toda Asia Central, arrastrando a las principales potencias a una guerra en la cual todos perderíamos. Mientras Irán hace esfuerzos para atraer a Rusia como respaldo ante una eventual guerra con Israel, Putin sabe que no cuenta con la capacidad bélica convencional para un compromiso de tal magnitud, teniendo lo de Ucrania sin resolver. Además de encontrarse en medio de la campaña presidencial, Estados Unidos le ha hecho saber a Israel que no apoyará un bombardeo a instalaciones nucleares iraníes, en las que Rusia tiene metidas las manos. Eso sí, le refuerza su ‘cúpula de hierro’ y le acompaña en la doble andanada a los terroristas en el Líbano y a los hutíes en Yemen, secundados por el Reino Unido. Los principales focos de tensiones son los polos que van de Yemen al corredor que forman Líbano y Siria, agregando a Irán…

China es un factor de primer orden. De involucrarse más Estados Unidos en una escalada bélica de Israel, de un lado, Beijing podría caer en la tentación de apoderarse de Taiwán y, del otro, el perfil de mediador, asumido recientemente por el gigante asiático en el Medio Oriente y Asia Central, quedaría en entredicho y en riesgo de ser desbordado de desatarse una guerra a escala regional que, potencialmente, podría desembocar en una Tercera Guerra Mundial…

La Guerra Revolucionaria

Asimismo, me queda claro que presenciamos una reinterpretación de la llamada ‘Doctrina de Guerra Revolucionaria’, desarrollada en su momento por militares franceses, aunque desde una óptica muy particular. Me refiero a los análisis de oficiales como Charles Lacheroy, Roger Trinquier y David Galula. Los estudios de los tres tienen como marco de referencia la guerra en Indochina, especialmente los campos de prisioneros. Una de sus aportaciones más interesantes fue dejar lo territorial en un segundo plano, para centrarse en la gente, los prisioneros y sus captores. Se trata de entender a unos y a otros, para combatir al enemigo y liberar a tantos como se pueda. Lacheroy estuvo en Indochina y, más tarde, se terminó convirtiendo en asesor de las altas esferas del poder político y militar francés. Trinquier participó, primero, en el cuerpo de paracaidistas y, luego, como pieza importante del servicio secreto que organizaba movimientos guerrilleros en territorio enemigo, para después adentrarse en la guerra de Argel en actividades de Inteligencia y tortura, en mancuerna con Paul Aussaresse. Galula no estuvo en la guerra de Indochina, pero sí la analizó detenidamente desde China y sus investigaciones se terminaron convirtiendo en lectura obligada al interior de la comunidad militar y de inteligencia estadounidense hasta la fecha…

La ‘Doctrina de Guerra Revolucionaria’, elaborada por Lacheroy, Trinquier y Galula, incluía como parte medular el estudio de los principales teóricos marxistas de ese tipo de guerra. Lo que pasaba en los campos de prisioneros y la mentalidad revolucionaria les sirvió para entender cómo pensaba el adversario para poder derrotarlo. El que convirtió la Doctrina en un éxito en la práctica fue el coronel Marcel Bigeard, que buscaba seducir a la gente en el ámbito contrario con tal de generar grupos de resistencia. Se trata de una guerra psicológica a gran escala…

Si lo vemos bien, hace un año el desafío hecho por Hamás a Israel se encuadró perfectamente en la ‘Doctrina de Guerra Revolucionaria’. Un grupo de terrorista que asesina a civiles en su mayoría y captura un importante número de víctimas. Los bombardeos y las operaciones terrestres en la Franja de Gaza apuntaron a romper los vínculos entre la población y los terroristas, que en muchos casos llegan a ser lo mismo. Pero no hablamos de recurrir en automático a lo dicho por los franceses a raíz de la guerra en Indochina, sino de una adaptación…

Jean Lartéguy irrumpe en la escena

Pese a su importancia, lo escrito por Lacheroy, Triquier, Galula y Bigerard era consumido por lectores de círculos muy reducidos. Será el escritor Jean Lartéguy el que convertirá la ‘Doctrina de Guerra Revolucionaria’ en lectura de masas a través de sus novelas, donde plasma como personajes ficticios a los cuatro militares en cuestión, hasta convertirla en una guerra psicológica sin fronteras. Se trata de causar un efecto en toda la población, dentro y fuera de un territorio, y sin límites temporales, recurriendo lo mismo al terror que al convencimiento…

Entre sus muchos libros, Lartéguy escribirá una trilogía que sintetiza lo que estamos diciendo: Los centuriones, Los pretorianos y Los mercenarios. Será precisamente la primera la que se convierta en la obra favorita de militares como el general David Petraeus durante la ocupación de Afganistán, así como en el centro de las polémicas en torno a la guerra global contra el terrorismo. ¿Es lícito usar la tortura al combatirlo? Esa es la pregunta en la teoría de ‘La bomba de relojería’, que se basa en la premura de encontrar una bomba programada para estallar en determinado momento, cuya ubicación y modo de desactivarla debes obtenerla rápido y a como dé lugar de los terroristas. Claro que igualmente se puede polemizar sobre rehenes capturados, como hicieron los de Hamás…

Al margen de su gran éxito en ventas, los libros de Jean Lartéguy han sido considerados de manera marginal, puesto que no forman parte de la literatura de altos vuelos. Pero es innegable su papel en la popularización de la ‘Doctrina de Guerra Revolucionaria’…

La guerra del fin del mundo

Uno de los libros importantes de Lartéguy, aunque menos famoso que los arriba mencionados, es Las murallas de Jerusalén, también conocido como Las murallas de Israel, centrado en los conflictos de Israel con sus adversarios árabes y los terroristas. Este punto es importante porque, desde su creación como Estado, la supervivencia de Israel ha dependido de las divisiones entre los propios árabes y del apoyo de Estados Unidos. Empero, ahora hablamos de una situación más compleja por la adición de elementos de carácter teológico…

En el transcurso de la época moderna, se ha acentuado una problemática religiosa ineludible: ¿qué ha pasado con el Mesías prometido y esperado? ¿Cuándo vendrá? Es un asunto delicado porque las profecías veterotestamentarias indicaban que iba a venir alrededor del momento en que nació Jesucristo y hasta se dedujo el nombre de la mujer virgen que lo llevaría en su seno. He aquí el motivo de que, en aquel tiempo, abundara el nombre de María (Miriam). En este sentido, si Jesucristo lo era, lo rechazaron. Si no lo era, las profecías estaban equivocadas al menos en los cálculos temporales. En tal caso, ¿cuándo llegará el verdadero Mesías? La fractura en la base de la fe es difícil de negar para ellos…

En la mentalidad imperante en el gobierno de Benjamín Netanyahu y sus allegados, se ha instalado la idea de que la llegada del Mesías es inminente, pero en un contexto muy particular. Piensan que se dará luego de una batalla decisiva, justo cuando Israel (Jerusalén) esté rodeado por sus enemigos y todo parezca perdido. Resulta curioso porque, pese a no aceptar que Jesucristo sea el Mesías, parte de la interpretación se basa en pasajes de los Evangelios y del Apocalipsis, precisamente en lo referente al asedio a Jerusalén…

En este punto hay que distinguir que lo hecho por Hamás, en lo cual hay indicios de participación de Hezbollah y de Irán, es reprobable y no debe quedar sin castigo, sin olvidar que también es peligrosa una escalada que pudiese desencadenar una guerra mundial de carácter nuclear…

Ideológicamente hablando, el tema se ha convertido en una mezcla de reclamos justos por la crueldad terrorista, la reinterpretación de la ‘Doctrina de Guerra Revolucionaria’ y las creencias de las corrientes provenientes del movimiento Jabad-Lubavitch, algunas de las cuales proclaman la pronta venida del Mesías y hasta se habla de la posibilidad de que alguno de sus líderes lo sea. Más todavía, no faltan los que han asegurado que, de haber muerto ya, resucitará para demostrar que lo es. Sin embargo, hay que reconocer que entre ellos existen posiciones que rechazan que el Mesías vaya a venir de inmediato, en tanto otros niegan que se trate de una persona en lo particular y se refieren al Salvador como el propio pueblo de Israel, sobre todo la parte que se encuentre en santidad…

Las líneas discursivas de Netanyahu relativas al conflicto en desarrollo perfilan claramente un vínculo con esta última versión, dando a su gobierno una impronta ‘populista mesiánica’ cuyas consecuencias son difíciles de sopesar, porque pinta un cuadro de Jerusalén rodeada por sus enemigos que serán derrotados por el ‘Pueblo-Mesías’ mediante una guerra del fin del mundo…

Hasta entonces…