
Trump y Xi Jinping, ¿tambores de guerra? – Juan de Dios Andrade
En esta misma semana hubo una escalada de declaraciones bélicas tanto de Estados Unidos como de China, lo que disparó las acciones de la industria armamentista en las bolsas de valores. ¿Estamos realmente a las puertas de la Tercera Guerra Mundial o es otra cosa lo que está en juego? Nunca hay que descartar del todo un desenlace armado. La Historia nos ha demostrado que la estupidez o un mal cálculo, pueden dar al traste con las mejores condiciones que se tengan. Como sea, hay que observar con atención el escenario geoestratégico para determinar cuál es la naturaleza del forcejeo que presenciamos.
CONfines Políticos
6 de marzo de 2025
Correspondencia: confinespoliticos@gmail.com
En la opinión pública, así como en los círculos políticos y financieros, existe la duda sobre cómo interpretar lo que diga Donald Trump: tal cual lo está diciendo o lo que supuestamente estaría indicando de manera velada o indirecta. Como lo hemos visto en las últimas entregas, quizás sea mejor empezar tratando de entender cuál es el proyecto del presidente de Estados Unidos, porque, al margen de lo que diga, invariablemente toda su acción se encaminará hacia allá. Sin embargo, la incógnita no deja de flotar en el ambiente y, ahora, China se ha encaminado a tratar de resolver el misterio de los misterios geopolíticos del momento…
El mensaje del gigante asiático fue enviado a través de su embajada en Washington, que publicó en X: “Si lo que Estados Unidos quieres es una guerra, ya sea una guerra arancelaria, una guerra comercial o cualquier otro tipo de guerra, estamos listos para luchar hasta el final”. Sin duda, la parte más inquietante es la de “cualquier otro tipo de guerra”, pero tampoco debemos olvidar el contexto: ocurrió después de la mutua imposición de aranceles, cuando en Beijing se efectuaba el Encuentro Nacional del Pueblo y luego de que Xi Jinping hubiera hecho un llamado a encabezar una especie de ‘nacionalismo tecnológico’ contra sus adversarios…
Poco después, vino la respuesta estadounidense mediante Pete Hegseth, secretario de Defensa: “Estamos preparados. Los que anhelan la paz se preparan para la guerra. Por eso estamos reconstruyendo nuestro ejército”. Al hacer referencia a que ‘países poderosos’ estaban invirtiendo en defensa y tecnología, agregó: “Quieren suplantar a Estados Unidos” y aseguró que están centrados en el Indopacífico…
Es evidente que, en aquella zona han entrado en un momento decisivo para dirimir si prevalecerá el concepto geoestratégico de ‘Indopacífico’, impulsado por EE. UU., India y Australia (así como por los aliados del primero) o el de ‘Asia-Pacífico’, respaldado por China…
¿Mambrú se va a la guerra?
¿Realmente quieren ambas potencias resolver sus diferencias mediante una Tercera Guerra Mundial? ¿Son posicionamientos propios de un nacionalismo populista o simplemente se están poniendo a prueba? Aunque no sea la intención provocar una conflagración como las dos del siglo XX, no podemos descartar que puedan desembocar en una escalada que se salga de control…
Empero, en el contexto hay algo que estamos perdiendo de vista. Para empezar, el escenario europeo. Aunado a las declaraciones que en lo particular han hecho los líderes de la UE, desde el martes, Úrsula von der Leyen, que preside la Comisión Europea, presentó un plan de 800 mil millones de euros en materia de defensa y rearme europeo. El primer ministro chino, Li Qiang, a su vez, igualmente dio a conocer que se aumentará el gasto en defensa…
Si lo vemos bien, lo de Europa apunta exclusivamente al temor de una agresión rusa en unos cuantos años, de consumarse una paz endeble en Ucrania. Mientras China, por su parte, trata de evitar actitudes beligerantes que ahuyente inversiones y desestabilicen su comercio internacional. Para Xi Jinping es evidente que el forcejeo norteamericano con la UE, la OTAN y sus aliados comerciales del T-MEC (México y Canadá) podría derivar en una crisis que afecten fuertemente a Estados Unidos. Desde este punto de vista, lo publicado por la embajada china en Washington parece obedecer más bien al nacionalismo del Encuentro Nacional del Pueblo…
El caso queda más claro si prestamos atención a lo que publicó también en X el embajador chino en Colombia, Zhu Jingyang, desde el martes: “El pueblo chino nunca ha creído en el mal, nunca ha temido a los fantasmas y nunca ha aceptado la intimidación ni la matonería. La presión, la coerción y las amenazas no son la forma correcta de tratar con China. Ejercer una presión extrema sobre China es un objetivo erróneo basado en cálculos equivocados”. Sin duda, el Encuentro celebrado en Beijing debía estar avalado por declaraciones nacionalistas, pero nada más…
El punto de arranque de las advertencias chinas y norteamericanas fue algo que ocurrió muy lejos del Pacífico, aunque íntimamente conectado: la semana empezó con la noticia de que BlackRock y un consorcio de inversores pagarán US$ 22.800 millones para comprarle a CK Hutchison (empresa de Hong Kong) los puertos de Balboa y Cristóbal, ubicados en los extremos del Canal de Panamá, perdiendo china el control de este…
No hay que descartar un desenlace bélico, pero, desde este ángulo, dudo mucho que esté a punto de estallar una nueva guerra mundial. Lo que sí, es que la andanada de declaraciones belicosas ha provocado una escalada en las bolsas de valores de la industria armamentista…
El juego de Vladimir
Pero eso no es todo. Desde el Kremlin desarrollan una estrategia tendiente a afianzar su posición en Ucrania y fortalecerse en una mesa de negociación paralela. Al contrario de lo afirmado por Trump durante el desastroso encuentro con Zelensky, a Rusia le urge cerrar el expediente ucraniano porque ha significado un fracaso militar y económico para ella, además de que Ucrania se está adentrando cada vez más en territorio ruso con sus ataques calculados. Así se entiende que Vladimir Putin haya celebrado la suspensión de toda ayuda a Ucrania por parte de Estados Unidos, porque, de otro modo, en el transcurso del año habría tenido que buscar un pretexto para retirarse del país invadido…
El verdadero juego geoestratégico ruso se puede apreciar mejor en los comentarios publicados por Sputnik el lunes, en X, a propósito de las advertencias de Trump de que EE. UU. podría retirarse de la OTAN si los demás miembros no aportan más a la defensa europea o no cubren sus cuotas, argumentando las ventajas de hacerlo: redirigir recursos a su propia economía, reparar los lazos con Rusia al detener el avance de la OTAN hacia el Este, cancelar la escalada del conflicto ucraniano, reorientarse hacia otras alianzas bilaterales más favorables y (aquí está el meollo del asunto y lo verdaderamente peligroso) <<Estados Unidos puede trasladar recursos militares a Asia, centrándose en China, su declarado “mayor adversario”>>. Pese a advertir que lo anterior también podría implicar mayor riesgo, la intención es clara: Vladimir quiere que Trump se dirija hacia China y se aleje de Europa…
De paso, atizarle al conflicto entre Trump y Zelensky es con la intención de estropear un acuerdo entre ellos sobre las ‘tierras raras’, para favorecer el que ofrece Putin…
Lo que Putin pierde de vista es que, por la actitud de Donald Trump, Europa ha comenzado a unificar criterios y a tomar decisiones por sí misma, sin olvidar que van a seguir dependiendo de Estados Unidos en lo inmediato…
¿El agente de Moscú?
En la misma trama, se han retomado los señalamientos hacia Trump como presunto ‘agente de Moscú’. Recién el lunes, en el canal Public Sénat de París, Michel Yakovleff, que fuera vicejefe del Estado Mayor de SHAPE (OTAN), sostuvo: “Mi teoría es que Trump es un agente de Putin, que reclutaba para el KGB. Aunque lo haga por convicción personal, es el Kremlin el que dirige Washington hoy en día”. Esto se viene a sumar a lo publicado recientemente por Arthur Snell, que ‘corrige y redirecciona’ el llamado Dossier Steele, sobre un presunto video sexual de Trump con prostitutas rusas en manos del otra KGB y actualmente en poder del aparato de inteligencia ruso…
Es posible que haya una relación, más o menos forzada, de Trump con el actual aparato de inteligencia ruso, pero el video no ha sido mostrado. Mientras el video no aparezca u otra prueba, lo anterior es sólo una posibilidad. Lo que sí, es que Donald Trump tiene relaciones financieras que apuntan hacia Rusia desde hace años, lo que más bien encaja con lo que abordamos en nuestra entrega anterior: el proyecto de sustituir a la élite globalista y al sistema que crearon, por otro liderado por el llamado G-3: Estados Unidos, China y Rusia, y el forcejeo entre los dos primeros sería por resolver quién lo va a liderar…
Los planes hemisféricos de Donald Trump, que, de lograrlos, tendrían un impacto global, consisten en sujetar a Canadá y México como ‘aliados’ (dominio continental del hemisferio norte), control de Groenlandia y algunos puntos periféricos (dominio marítimo del Ártico y, por ende, contrapeso a la Ruta de la Seda) y control del Canal de Panamá (dominio del comercio transoceánico). De salirse con la suya en Gaza e imponerse en el Mar de China y el Indopacífico, la superpotencia estadounidense se habrá reformulado…
Ignoro si le vayan a resultar sus planes, pero ya es hora de dejar de ver a Donald Trump como un demente. Su prepotencia cae mal a muchos, pero eso es otra cosa…
Hasta entonces…