Dom. Mar 9th, 2025

Trump y el último imperio nacional – Juan de Dios Andrade

Un panorama como el actual no puede ser entendido cabalmente recurriendo a esquemas obsoletos, aunque sean de los inicios y consolidación del globalismo trilateral. Está pendiente determinar el perfil definitivo del siglo XXI, pero en medio de un contexto sin precedentes: la oleada, tanto espectacular como profunda, de la tecnología, empezando por la IA, acompañada del fin de los imperios nacionales. Esto podría significar un futuro distinto del pensado para Estados Unidos y un destino del mismo tenor para potencias como China y Rusia.

CONfines Políticos

4 de febrero de 2025

Correspondencia: confinespoliticos@gmail.com

Hubo un error de cálculo por parte de analistas, asesores y funcionarios, que se consideraban ‘expertos’ en Donald Trump, pero también de comentaristas y figuras destacadas en materia económica y comercial, tanto mediáticas como del sector privado. No es cosa menor el haber logrado que se pausaran los aranceles que Trump pretendía imponer a México y a Canadá, pero en estricto sentido no fue un triunfo sino sólo eso: una pausa. El gran mérito de Claudia Sheinbaum fue haber entendido que sólo tenía una carta en la mano y la jugó bien. No había ningún ‘Plan B’, se trataba únicamente de la percepción equivocada de que el presidente norteamericano simplemente estaba presionando. Sin duda, lo está y lo seguirá haciendo, pero es para lograr un determinado objetivo…

Trump llevaba varios días advirtiendo sobre la migración ilegal, el fentanilo y el escaso combate a la delincuencia organizada por parte del gobierno mexicano. Lo de los aranceles sería el ‘castigo’ por no hacerle caso o de fingirlo. A eso se debió la escalada iniciada desde el jueves y, en el colmo de la insensatez, aumentaron las voces que aseguraban que las medidas del inquilino de la Casa Blanca serían un ‘suicidio’ para la economía de Estados Unidos. Craso error porque las consecuencias más graves serían para México. Y vino la segunda equivocación: abundaron los que aseguraban que Donald Trump terminaría desistiendo, de mantener México una postura firme ante él y el nacionalismo trasnochado convocó a ‘una cruzada por la patria’…

Los que auguraban que Trump daría marcha atrás de manera unilateral, se llevaron una sorpresa al emitir el gobierno estadounidense un documento señalando al gobierno mexicano por vínculos con la delincuencia y los cárteles de la droga. El mensaje fue claro: “o hacen lo que le estoy diciendo o pasaremos a una nueva escalada, ahora sobre el tema de la corrupción”. En ese momento, se entendió que solamente había una opción: acceder y pedirle a Donald Trump que pausara los aranceles. Sería desastroso un escenario de subida arancelaria y guerra mediática por el tema del narcotráfico y el poder…

Hasta cierto punto, entenderse con alguien como Donald Trump es fácil: mientras no tengas suficiente fuerza y poder para aguantar sus andanadas, o en tanto no encuentres alguna coyuntura que te sirva, sólo tienes que hacer lo que él te diga o acordar el modo en que lo harás. No es broma, lo digo porque hay que entender su mentalidad más allá de la propaganda que han generado sus críticos en torno a su persona. Es prepotente, autoritario, temperamental, impulsivo, racista y discriminador, entre otras cosas. Pero no está loco. Sabe muy bien lo que hace. El problema es que el juego mediático en su contra dificulta entender sus criterios…

En este sentido, es un error creer que se ha descifrado el enigma por haber leído alguna de sus declaraciones o lo que ha publicado. Lo mismo se puede decir sobre los que pretenden guiarse por lo que fue su primer período de gobierno, porque el contexto y su situación actual son totalmente diferentes a los de hace ocho años. Regresa al poder con un margen más amplio. Parece ser el ‘invierno’ no sólo de los demócratas, sino del globalismo en general. Por eso es importante determinar cuál es el primado racional que usa para la toma de decisiones y dejarse de boberías sobre una presunta desconexión de la realidad…

Cuestión de fuerza y poder

Donald Trump no se guía por las consecuencias que podría haber para Estados Unidos de recurrir a tal o cual medida extrema. No lo ignora, pero decide basándose en otros parámetros. De algún modo, nos lo ha dicho en diversas ocasiones y ahora no es la excepción…

Sus criterios son la fuerza y el poder, no las consecuencias o daños colaterales. Esto último lo tiene sin cuidado. Es parecido a la forma en que decidía Napoleón, a quien sólo le interesaban dos cosas antes de iniciar una campaña militar: cuánto me va a costar y cuántas vidas se van a requerir para alzarse con la victoria. Aquello de que una campaña o una guerra se gana con tres cosas: “dinero, dinero y dinero”, era sólo una parte. Si Bonaparte contaba con suficientes recursos económicos y efectivos militares, no dudaba en embarcarse en una nueva aventura bélica…

Cuando dijo que arrancaría su gobierno con aranceles del 25% para México y medidas similares para Canadá, mientras los de China directamente serían del 10%, reveló su criterio. Lo que pasa es que no se le puso atención a lo que parecía un simple fraseo. Agregó que México no iba a aguantar mucho tiempo así. Donald Trump no estaba ‘dragoneando’, sino diciendo claramente que todo es cuestión de fuerza y poder

Trump sabe que habría consecuencias negativas para la economía estadounidense, lo que pasa es que considera que Estados Unidos las puede aguantar durante más tiempo que otros. México no soportaría más allá de unos cuántos días y Trudeau reconoció que tales aranceles destruirían la economía canadiense. Así se entiende que fue un error creer que se iba a contener por los efectos al interior de su país y que, por ende, se trataba de una estratagema…

El escarmiento geoestratégico

Donald Trump no está negociando, sino diciéndote que es más fuerte y poderoso que tú, y que debes hacer lo que él te diga. Su estrategia obedece a un contexto en el cual se da por supuesto el declive de Estados Unidos como la superpotencia global. Esto significa que Trump necesita dar ‘golpes sobre la mesa’ para imponerse y recuperar terreno. Debió hacerlo Joe Biden, pero no lo hizo. Esto implica poner un ‘castigo ejemplar’ con alguien, lo que nos da una idea de la tontería cometida recientemente por Gustavo Petro y el ridículo en que quedó. Claudia Sheinbaum sabía que no debía cometer el mismo error y este lunes aceptó todas las condiciones de su par norteamericano, con tal de posponer los aranceles un mes. ¿No me lo creen? Vean el sentido de las publicaciones en Estados Unidos en las horas posteriores, empezando por The Washington Post, que asegura que de paso aceptó el programa ‘Quédate en México’…

Muy distinto fue el trato dado a Bukele, que aceptó recibir deportados de distintos países, incluyendo delincuentes presos en Estados Unidos y hasta cobrará una tarifa por sus servicios…

Esto no demerita el logro de Claudia Sheinbaum, sino la mala idea de hacerlo pasar como un triunfo rotundo. No se termina de entender que será un mes donde Trump o quien él designe, va a supervisar las acciones y resultados del gobierno mexicano. Será él quien diga si se da por satisfecho. Sheinbaum no lo va a supervisar a él. Más todavía: observen cómo se ha atenuado el tema del tráfico de armas hacia México en el lenguaje del gobierno de Estados Unidos, luego del ’acuerdo’, además de que tampoco se ha desdicho del documento acusatorio sobre presuntos nexos con el crimen organizado, lo que significa que Trump no se comprometió prácticamente a nada con su par mexicana, más allá del mes de gracia…

Claudia no es la única con una sola carta en la mano. Trudeau también tuvo que aceptar todas las condiciones de Donald Trump, empezando por declarar como ‘terroristas’ a los cárteles de la droga mexicanos. Zelensky, por su parte, se encuentra en una encrucijada: Trump le exige la entrega de ‘tierras raras’ a Estados Unidos, a cambio de la ayuda que le está prestando en su lucha contra Rusia. Estando en puerta una negociación con Vladimir Putin, el gobernante ucraniano no parece tener otra salida, aunque lo van a ‘maquillar’ de algún modo…

Vladimir, por su parte, experimenta su propia escalada desestabilizadora en Eurasia, lo que podría debilitarlo en la mesa de negociación sobre la guerra en Ucrania, que sigue realizando operaciones mortales en territorio ruso, sin que el Kremlin pueda detenerla…

Podría seguir mencionando casos que ilustran el aumento de la presión que ejerce Trump para replantear el dominio continental y en Eurasia, pero basta con agregar que ‘doblaron’ al presidente de Panamá, José Raúl Moulino, que ha dicho que no renovará el memorando de entendimiento con China sobre la ‘Ruta de la seda’, sellado en 2017. Más claro, ni el agua…

El populismo y la nueva élite global

México debe entender que no estamos hablando solamente de una cuestión arancelaria o de piratería comercial china, sino de haber cometido el error de meterse gratuitamente en medio de un forcejeo entre ‘gigantes geopolíticos’. Este es el escenario de peligro a desmontar. Alguien no calibró bien que Estados Unidos es un gran comprador de productos mexicanos, lo que hace a México dependiente de su vecino. No así China, que pretende exportar comprando lo menos que se pueda al exterior. Es un disparate pensar que el país asiático sea la opción comercial frente a los Estados Unidos de Trump…

Un análisis, aunque sea somero, de las inversiones internacionales chinas, revela su escaso impacto directo en las economías locales. En lo referente a infraestructura y obra pública, en buena medida China desplaza su propio personal y mano de obra…

Cada vez que leo y escucho que China es la alternativa para México, me queda claro que alguien no sabe lo que significa la ‘economía circular’ del plan estratégico de Xi Jinping…

Al igual que México, Canadá se abrió a ser la ‘puerta de entrada’ de los productos chinos a Estados Unidos y ahora vienen las consecuencias…

El escenario geopolítico global indica que Estados Unidos es el último imperio nacional en un entramado de alta conectividad, lo que significa que los esquemas del auge y caída de los imperios podrían no cumplirse o al menos no tal cual. Si es el último en su tipo, China no estaría en condiciones de ser el relevo. Asistimos al surgimiento de una nueva élite, la primera realmente globalizada, que ya no respondería a una potencia en lo particular, lo que de paso explica la feroz confrontación por el predominio en el sistema global y en la opinión pública internacional que se rige por las redes sociales. No estamos hablando de una oligarquía plutocrática, como las de antaño. La tecnología de uso social ha llegado a niveles formidables, como se puede apreciar en la inteligencia artificial (IA). En tal caso, Estados Unidos no estaría necesariamente en vías de extinguirse como imperio, sino en proceso de integrar esa nueva élite montada en la ola de las nuevas tecnologías y lo mismo puede decirse de China, Rusia y otras entidades geopolíticas. Cada una en distinto orden e importancia…

Es una nueva realidad política regida por ‘hombres fuertes’ que controlan a los imperios y a las redes que los traspasan, al igual que a todos los países. A eso se debe la oleada del populismo autoritario y el peligro en que se encuentra la democracia. Por los motivos obvios, los ‘hombres fuertes’ buscarían perpetuarse en el poder para determinar el perfil definitivo del siglo XXI y más allá, o prevalecer en los nodos de las redes sociales que rigen la opinión pública, como es el caso de Elon Musk…

El escenario geoestratégico indica que, en el círculo cercano de Trump, están leyendo a Zbigniew Brzezinski de manera invertida. Es muy evidente…

Hasta entonces…