Vie. Nov 22nd, 2024

Lula en América, la batalla por la otra ‘Isla del mundo’ – Juan de Dios Andrade

Lo que ocurra en Eurasia será decisivo para dirimir la lucha por la preeminencia global, pero algunos piensan que América Latina es el eje para asegurar la multipolaridad en la nueva configuración del mundo. Lula se apresta a ser el factor que aglutine a los populistas y el aliado que Estados Unidos necesita.

CONfines Políticos

9 de Diciembre de 2022

Contrario a lo que solía pasar, cuando en el último tramo las cosas transcurrían más despacio, el 2022 está terminando a tambor batiente. La situación sigue al rojo vivo en Ucrania y, aunque no se ha aclarado la autoría, han ocurrido ataques en territorio ruso. En el otro extremo de Eurasia, la tensión en el llamado Indo-Pacífico se ha prolongado al corredor que va de las dos Corea y Japón al extremo ruso de la Península de Kamchatka, en tanto las protestas ciudadanas en China hicieron retroceder a Xi Jinping en las medidas sanitarias contra el COVID. Tanto en Asia Central como en el Medio Oriente, se registran conflictos de manera intermitente, a la par del Continente africano, mientras la UE ve acercarse el invierno no sin acalorados acontecimientos como la detención de una importante red de extrema derecha que planeaban un golpe de Estado en Alemania, según han informado las autoridades…

Por ello, algunos especialistas insisten en que, así como se habla de ‘Eurasia’, también debe hablarse de ‘Eurafrasia’ o de ‘Afroeurasia’, sin negar el peso específico de la primera…

Pese a la incertidumbre, una cosa parece ser cierta: la intención de Putin de chantajear a la UE con el suministro de gas, está condenada al fracaso desde antes de llegar las primeras nevadas. Europa aceleró tanto la compra diversificada, que tiene sus reservas al tope y los cargamentos de gas natural licuado tienen que esperar para su descarga. Si ahora los precios están bajos, ¿se lo imagina cómo van a estar cuando pase el invierno? La desaceleración de la economía china y la caída en su consumo de gas e hidrocarburos en general, ejercen una presión muy fuerte a la baja en los precios y seguramente Rusia tendrá que rebajarlos más para que China le vuelva a comprar. Cancelar la política de ‘cero COVID’ será insuficiente para reactivar la economía, pues la pandemia y las sanciones que le impusieron a China le pegaron fuerte a su comercio global e internamente no ha podido resolver la crisis inmobiliaria y de hipotecas…

Vladimir no es afecto al uso de Internet ni a la telefonía celular (móvil) y no se entera de que lo del invierno difícilmente le va a funcionar. Lo que más está preocupando es la espiral inflacionaria, pero esa afecta a todo el mundo en diferente medida…

La Gran Eurasia

Cambiando el centro de gravedad geopolítico

Entre los estrategas convencidos de que el fin de la era norteamericana está cerca, unos siguen centrados en el desenlace euroasiático y otros piensan que la era multipolar sólo será posible si logran desplazar el centro de gravedad geopolítico de Eurasia a América, concretamente a América Latina. Si el predominio mundial se decidirá en función de que se cumplan las expectativas de cambio en Eurasia, a la que habría que agregar África, la segunda vertiente pretende que esos deseos de cambio geopolítico se trasladen a América…

Piensan que la hegemonía de Estados Unidos se ha basado en dos ejes: creación de un sistema de dominio global y pleno control de su área de influencia inmediata. Si lo primero dependerá de lo que ocurra en Eurafrasia, consideran necesario fracturar su primacía estratégica latinoamericana. Si el imperio del dólar podría ser liquidado desde Eufrasia, la multipolaridad quedará asegurada en América, sobre todo en su dimensión latina…

Para los partidarios del sistema multipolar, Estados Unidos se encaminó a convertirse en un imperio a partir de 1823, cuando se emitió la llama ‘Doctrina Monroe’. Desde entonces, señalan, ha fomentado guerras, divisiones y conflictos que debilitan y fragmentan a Latinoamérica…

En el entorno del Kremlin, creen que Estados unidos ha impulsado opciones políticas y económicas admiradoras del estilo de vida norteamericano o, al menos, generaron cierta envidia de él. Así, fue neutralizando la influencia de Europa en América Latina o la dejó en segundo plano. En terreno religioso, buscó debilitar a la Iglesia Católica financiando los movimientos evangélicos. Como dijo Jean-Pierre Bastian, fue un movimiento basado en “protestantes, liberales y francmasones” o, si se prefiere: progresismo, extrema derecha y evangélicos. Una mezcla rara de espiritualismo y pragmatismo, con tal de americanizar la vida latinoamericana…

Es el ‘evangelio de la prosperidad’, como le llaman algunos. La idea de que el ‘destino manifiesto’ (la predilección de Dios) se constata mediante el éxito en la vida y viceversa: la creencia de que, si me va bien, es porque estoy cumpliendo la voluntad divina…

La geopolítica como confrontación espiritual

En el círculo de confianza de Putin, están convencidos de que la confrontación con Estados Unidos tiene un importante componente espiritual, sobre todo porque, debido al éxito obtenido en América Latina, comenzó a integrar la estrategia evangélica a escala global. Esta idea le viene al Kremlin de afuera, sobre todo de intelectuales europeos prorrusos. Pero lo que sí hace Rusia es advertirle a China que el evangelismo es un grave peligro para ella y no dudan en señalar que los activistas chinos adversos al régimen de Xi Jinping, son evangélicos, empezando por Hong Kong…

La conclusión a la que han llegado Vladimir Putin y sus partidarios, es lógica: lo que pase en Eurasia es muy importante, pero igualmente lo es el que toda potencia que quiera prevalecer globalmente debe controlar su hemisferio o el continente que le sea propio. El que desee disputarle a Estados Unidos su papel en el mundo, debe desafiar su control continental y eso significa librar una batalla espiritual y pragmática a la vez…

Lo hasta aquí expuesto, nos demuestra que, aunque en algunas cosas acierten, la visión que se tiene en el Kremlin sobre Eurasia y América Latina contiene distorsiones significativas. Como suele ocurrir con excesivas simplificaciones, no existen distinciones de corriente internas en cada variable. Por ejemplo, lo que les hace pensar que tienen posibilidades de disputarle a Estados Unidos el control hemisférico es el fracaso del gobierno de Donald Trump en el Continente americano, especialmente en Cuba, Nicaragua y Venezuela. Así como al interior de los evangélicos hay posiciones encontradas, Joe Biden no es el típico católico…

Cabe recordar que, en la pasade elección presidencial brasileña, los evangélicos se dividieron entre Jair Bolsonaro y Lula da Silva. Bolsonaro es bautizado católico, pero, al ser evangélica su mujer, se hizo bautizar como evangélico y asiste a ese servicio religioso. Lula también es católico, pero, cuando le preguntan, se declara ‘cristiano’. De hecho, en agosto pasado, un sector evangélico importante le reprochó el haberse reunido con santeros para recibir ‘la bendición de Changó’ durante un encuentro efectuado en la región de Ceará, promovido por el Partido de los Trabajadores, al que pertenece Lula. Los evangélicos afirmaron que dichas ‘bendiciones’ están “ampliamente ligadas a rituales del ocultismo, brujería y ritos africanos como la santería, obviamente ceremonias satánicas”. En octubre, desde Colombia, la senadora María Fernanda Cabal, caracterizada por hacer declaraciones polémicas y que nunca ha ocultado su simpatía por Trump y Bolsonaro, tronó contra Lula, afirmando que era “un comunista santero disfrazado de creyente”. Esto luego de que Lula afirmara que no tiene pacto ni ha conversado con el diablo y se reuniese con franciscanos, a la par de declararse admirador del Papa Francisco.

Los evangélicos cubanos, que en su momento acusaron a Fidel Castro de algo parecido, pertenecen a la misma rama que los brasileños…

El asunto no paró ahí. Pronto (se dice que fue la gente de Lula), comenzó a circular un video de Jair Bolsonaro pronunciando un discurso en un templo masónico con imágenes y símbolos que tanto católicos como evangélicos relacionan con el satanismo. Esto fracturó el voto evangélico en torno a Bolsonaro en vísperas de la segunda vuelta electoral…

El factor Lula en el escenario hemisférico

Con la derrota de Bolsonaro, Putin pierde a uno de sus aliados más importantes en América Latina. Lula, presionado por los seguidores del primero, que se negaban a aceptar los resultados, fue respaldado por Biden. ¿Notan que la sucesión presidencial brasileña evidenció las inconsistencias de la interpretación que hacen en el Kremlin sobre Latinoamérica? Porque, en tal caso, Bolsonaro debió ser el candidato bien visto por Washington y no lo fue, mientras que Lula debió ser el centro del repudio norteamericano y resultó todo lo contrario. Pero aquí hay algo más en juego…

Es evidente que en Washington entienden que la disputa por el Continente americano ya es un hecho y dice el dicho que “para que la cuña apriete, debe ser del mismo palo”. Si hubiesen dado por válida la versión rusa, Estados Unidos debió avalar al candidato de los evangélicos y no fue así. La estrategia no debió basarse en las creencias religiosas de los contendientes, sino en el ‘tipo’ de populismo. Lula y Bolsonaro son populistas, pero no de la misma vertiente. Bolsonaro no le era útil a Washington, mucho menos como aliado de Putin…

De algo sirve saber interpretar los mapas. Una América que gradualmente se iba tiñendo de rojo populista, requería de un aliado de esa misma camada, para dividirla o para liderarla y Lula era ese hombre o, al menos, así lo vieron desde la Casa Blanca. No está de más el recordar que, durante su anterior paso por la presidencia, Lula impulsó a Brasil gracias a sus acuerdos con Estados Unidos…

Teniendo a un Alberto Fernández sumido en una crisis económica grave, a un Gabriel Boric que no termina de asentarse y orientarse, a un Gustavo Petro abocado a asentar los acuerdos de paz, a un Miguel Díaz-Canel empantanado,  a un Nicolás Maduro negociando un acuerdo petrolero con Estados Unidos, a un Pedro Castillo dando pena ajena, a un Andrés Manuel López Obrador transitando a su quinto año de gobierno y así por el estilo, se necesitaba entronizar a un político populista cuyo país no estuviera en crisis, para liderar y cohesionar a una Latinoamérica que giró en esa dirección…

En ese contexto, tuvo lugar la sentencia judicial adversa a Cristina Fernández de Kirchner y la caída de Pedro Castillo en Perú, ambos envueltos en sendos escándalos por corrupción. Lula está llegando al poder en medio de un populismo en crisis o en cierto debilitamiento…

Es evidente que la primera misión de Lula, a partir del 1 de enero, será desplazar a López Obrador del escenario latinoamericano. La hoja de ruta es inequívoca: hacia finales de septiembre, un brasileño pasó a dirigir la Organización Panamericana de la Salud y perdió la candidata de Andrés Manuel; en noviembre, otro brasileño se quedó con el Banco Interamericano de Desarrollo y nuevamente perdió el de López Obrador; para lograr acuerdos financieros que requiere su país, Alberto Fernández tuvo que distanciarse del presidente de México; en noviembre, fue la fallida cumbre de la Alianza del Pacífico en México y, como el Congreso peruano había prohibido a Castillo salir del país, se decidió pasar el encuentro a Lima, lo que dio motivo al desacuerdo tanto de Boric como de Fernández; Lula ni siquiera respondió a la invitación de cortesía para estar en la reunión de la Alianza en México y, antes de que se efectuara la cumbre en Lima, sentenciaron a Cristina y Pedro terminó en la cárcel…

Hoy ya sabemos que Pedro Castillo pidió asilo a México y que se dirigía a la embajada cuando lo detuvo su propia escolta y lo entregó a las autoridades competentes. Nadie se puso a pensar en que la presidencia de la Alianza del Pacífico le corresponde a Perú y que Dina Boluarte la asumirá en breve. El ascenso de Lula implica el declive hemisférico de López Obrador…

Lula se solidarizó con Cristina Fernández, mas no con lo ocurrido a Castillo. Boric tampoco apoyó al peruano caído en desgracia y, al principio un poco confuso, Gustavo Petro tampoco y lo mismo hizo Fernández…

¿Qué Lula va a relanzar el Foro de Sao Paulo? Tal vez, pero las circunstancias son muy distintas a las de la anterior presidencia de Lula y lo que está en juego rebasa con mucho la estrecha dimensión del Foro en cuestión…

Jake Sullivan y Lula da Silva. El aliado que Washington necesita.

A estas alturas, Vladimir Putin sabe que el enfoque geopolítico de sus asesores, estrategas y europeos prorrusos, estaba equivocado y que un populista que no es de los suyos está a punto de asumir la presidencia en Brasil. No le hará la guerra ni a Rusia ni a China, pero sí los mantendrá bajo control hemisférico. Su segunda y gran misión será crear una entidad latinoamericana como lo es la Unión Europea, en alianza con la integración de América del Norte…

Es obvio que Putin tratará de recuperar el proyecto de un eje ruso-alemán para intentar poner punto final al imperio norteamericano. Tal vez de eso se trató el golpe de Estado que se gestaba en Alemania…

Vladimir no parece sopesar bien que la pretensión de liquidar al imperio estadounidense podría implicar el fin del imperialismo ruso. Eso es lo que tiene en mente Xi Jinping…

Hasta entonces…

Correspondencia: confinespoliticos@gmail.com