Kennedy, Brzezinski y el ascenso de una nueva élite – Juan de Dios Andrade
En Noviembre se cumplirán 60 años de la muerte de John F. Kennedy, uno de los presidentes más famosos de la Historia. Su trágico final ha dado pie a las más variopintas interpretaciones y no pocas disparatadas teorías conspirativas. Tanta confusión ha provocado que importantes aspectos de su trayectoria política hayan caído en el olvido. Entre ellos, su relación con el entonces joven estratega Zbigniew Brzezinski. Hoy podrán leer el primero de una serie de artículos sobre la historia que se empezó a escribir antes de los años Sesenta y, más adelante, nos adentraremos en lo ocurrido en aquel fatídico 22 de noviembre de 1963.
CONfines Políticos
4 de octubre de 2023
Correspondencia: confinespoliticos@gmail.com
Hablar de John F. Kennedy es hablar de los años Sesenta, de su llegada a la Casa Blanca, de la carrera espacial, del desastre de Bahía de Cochinos, del Muro de Berlín, de la guerra de Vietnam, del inicio del Concilio Vaticano II, de la crisis de los misiles en Cuba, de su asesinato en Dallas y de muchas cosas más. Fue una época turbulenta, pero también de grandes cambios que anticipaban el desplome de la Modernidad…
Sin embargo, la historia del fin de la época que tenía escasamente doscientos años de vida, no empezó a escribirse en los Sesenta, sino en la década anterior, cuando la Guerra Fría ya era una realidad. Acuñada por George Orwell en 1945, la denominación ‘Guerra Fría’ fue usada por Walter Lippmann en enero de 1947, como título de uno de sus libros y, en un discurso pronunciado el 16 de abril del mismo año, Bernard Baruch la empleó para designar la confrontación indirecta entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Un año antes, en otro discurso, Winston Churchill había acuñado la expresión: ‘Telón de acero’. Cinco meses después de la pieza oratoria de Baruch, nuevamente Lippmann la utilizó en su columna del New York Herald Tribune y ‘Guerra Fría’ se popularizó. Había nacido el marco conceptual de la segunda mitad del siglo XX y el mundo entraba en los años 50, cuando dos hombres comenzaron a interactuar para cambiar la historia: John F. Kennedy y Zbigniew Brzezinski…
El viraje del senador Kennedy
Si algo quedó demostrado en los albores de la Guerra Fría, fue que el enfoque de Estados Unidos sobre las relaciones internacionales estaba rebasado y Washington carecía de parámetros efectivos en su competencia con la URSS. Los que hasta ese momento aconsejaban a los presidentes eran banqueros, abogados, industriales, empresarios y financieros, que desde su óptica guiaban la política exterior, sin preparación profesional en la materia…
John F. Kennedy se matriculó en la Universidad de Harvard en 1936, luego de los intentos fallidos por problemas de salud en la London School of Economics y en Princeton. Considerando que luego sería presidente, podemos decir que fue formado por la vieja escuela, pero le tocó el tránsito a la nueva realidad posterior a la Segunda Guerra Mundial. Sus viajes por Francia, Italia, Alemania, los Países Bajos, el Reino Unido, la URSS, la Península Balcánica, Medio Oriente, Checoslovaquia y su estancia en Londres en vísperas de la guerra (en razón de que su padre era embajador), le sirvieron para reunir material para su tesis y. a la larga, entender que el mundo era más complejo de lo que se estaba enseñando en las universidades norteamericanas…
La tesis fue publicada en 1940 como: Why England Slept, en clara alusión al libro de Winston Churchill: While England slept. En él, sostiene que no habría sido buena idea una confrontación inmediata entre Inglaterra y Alemania, al contrario de las críticas contra la estrategia seguida por Chamberlain con Hitler. Entre 1941 y 1945, sirvió en la Marina de Estados Unidos y el hecho de que su hermano mayor muriese durante la guerra, incidió en que incursionase en la política…
En 1946, ganó las elecciones para la Cámara de Representantes y fue entonces cuando se notó que había cambiado de opinión sobre algunos aspectos de la política exterior, mostrando sus desacuerdos tanto con Truman como con el Partido Demócrata. En 1952 se convirtió en senador, en un proceso electoral hasta la fecha muy polémico. Su labor legislativa tuvo muchos altibajos por su mala salud y escribió otro libro, con el cual ganó el Pulitzer (1957): Profiles in courage…
Fueron tres los episodios históricos que modificaron su forma de ver el escenario geopolítico: la guerra de Corea (1950-1953), la escalada de conflictos con Cuba (iniciada en 1953 y que le tocará a él mismo afrontarla como presidente en 1961 y 1962) y la guerra de Vietnam (1955-1975). Al igual que muchos especialistas, el joven senador entendió que los que habían estado asesorando a los presidentes y al Senado, habían llevado a Estados Unidos de fracaso en fracaso, mientras el comunismo se expandía en todo el orbe…
Fue el origen de los desacuerdos públicos de John F. Kennedy con las decisiones de Eisenhower en política exterior: ya no tenía sentido la política de apaciguamiento y la estrategia de la contención, propuesta por George F. Kennan, estaba siendo desbordada…
La Universidad de la Guerra Fría y el ascenso de una nueva élite
En 1986, Walter Isaacson y Evan Thomas publicaron el magnífico libro: The wise men: Six friends and the world they made, donde narran la historia de los que asesoraron a los presidentes Franklin D. Roosevelt, Harry S. Truman y Dwight D. Eisenhower. Representaban cierta visión atlantista, especialmente de la élite de la Costa Este y, aunque impulsaron la creación de instituciones vigentes hasta nuestros días (Banco Mundial en 1944, Fondo Monetario Internacional en 1945, CIA en 1947, Plan Marshall en 1948, OTAN en 1949), apostaron a la contención para afrontar el expansionismo soviético de la segunda mitad de los años 40, con magros resultados…
Este grupo estaba integrado por William Averell Harriman, Charles Eustis Bohlen (‘Chip’), John Jay McCloy, Robert Abercrombie Lovett, Dean Godderham Acheson y George Frost Kennan. Eran los típicos WASP (White Algo-Saxon Protestant) y estaban bajo la influencia de grupos como Skulls and Bones y hermandades universitarias importantes. Reflejaban el entramado social, político y económico de una era que estaba terminando y la razón es muy sencilla: la pertenencia a una determinada familia de la élite no garantiza el talento, ni la preparación adecuada. Esto se evidenció con las guerras de Corea y Vietnam, y en la mala estrategia de contención…
Conforme la Segunda Guerra Mundial fue terminando, un sector del establishment entendió que iban a necesitar algo más que grupos de alcurnia para dirigir el imperio que estaban heredando y tanto el gobierno como algunas fundaciones (Carnegie, Ford y Rockefeller), comenzaron a financiar programas de universidades de prestigio, con la intención de hacerse con conocimientos que sirvieran para dirimir favorablemente la lucha por el poder global. Esta transición universitaria arrancó después de que Kennedy terminó sus estudios…
Así fue como surgió la llamada ‘Universidad de la Guerra Fría’, proyecto en el cual Harvard y Columbia tuvieron un papel muy destacado en la formación de una nueva élite que pronto estaría en ascenso. Dos de los que más se beneficiaron de la reorientación del conocimiento universitario, fueron Henry Kissinger y Zbigniew Brzezinski. Uno provino del ámbito de inmigrantes judeo-alemanes; el otro, de familia católica de origen polaco. El primero, cinco años mayor, se graduó de Harvard en 1950, aunque continuó ahí mismo con sus estudios de maestría y doctorado. En ese mismo año, Brzezinski se matriculó en dicha universidad…
Los aparatos de inteligencia y seguridad
Un plan de esa naturaleza pasaba por las manos de los aparatos de inteligencia, el FBI, la CIA y de organizaciones de seguridad y defensa. Durante la guerra, se había fundado la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), y, más tarde, la CIA, que financió parte de los proyectos universitarios. En todos los proyectos de inteligencia participaron importantes profesores de Harvard, algunos de los cuales fueron decisivos en la formación geopolítica de Brzezinski…
En 1954, los aparatos de inteligencia y seguridad tendieron sus redes en las universidades que formaron The Ivy League (La Liga de la Hiedra): Harvard, Princeton, Yale, Columbia, Cornell, Brown, Dartmouth y Pennsylvania. De un lado, financiaron áreas y departamentos de investigación, especialmente sobre Rusia y sovietología, haciéndose con análisis de alta calidad, conocimientos e investigadores; del otro, hacían seguimientos a los alumnos destacados para reclutarlos…
Hubo un fuerte forcejeo durante varios años con el grupo en declive, pero no ruptura, porque las diferencias eran de orden práctico. La élite que despuntaba se preparó intelectualmente y, ante todo, eran geopolíticos profesionales. Desde ese punto de vista, los dos momentos que evidenciaron la insuficiencia de los asesores en desgracia fueron el desacuerdo frontal entre Kissinger y William P. Rogers, durante el gobierno de Nixon y el de Brzezinski con Cyrus Vance, en la administración Carter…
Los dos pioneros de la élite de relevo tuvieron similitudes y diferencias, coincidencias y rivalidades. Kissinger y Brzezinski asesoraron campañas y fueron consejeros de seguridad nacional. Uno llegó a ser secretario de Estado; el otro, no. Kissinger optó por el camino de la diplomacia y tuvo una trayectoria brillante. Brzezinski se decantó por la confrontación directa por el poder global, la que se decide mediante poderes fácticos, muy lejos de las formalidades diplomáticas y diseñó la creación de la Comisión Trilateral. Recibieron la protección de dos hermanos: Kissinger de Nelson Rockefeller y Brzezinski de David Rockefeller…
Todo eso pasaba mientras John F. Kennedy se convertía en representante y senador, pero no en un mero observador. Kennedy no fue indiferente a la transformación que se estaba gestando…
Una trayectoria complicada
Al principio, Zbigniew Brzezinski estuvo en el Centro de Investigación Ruso en Harvard, financiado por la Carnegie Corporation y, aunque fue reconocido como un verdadero experto, su trayectoria no estuvo exenta de descalificaciones y comentarios envidiosos. De poco parecían valerle las muestras de asimilación y lealtad de su parte, ni que la CIA diera dinero al Centro para algunos proyectos. Tuvo que vérselas con haber nacido en Polonia y no tener nacionalidad norteamericana al matricularse en Harvard. El casarse con Emilie Anna Benes el 11 de junio de 1955, a quien llamaban Muska, le facilitó un poco las cosas, pues ella ya tenía la ciudadanía norteamericana y, el 22 de diciembre de 1958, Zbigniew Brzezinski la obtuvo también…
Un motivo de desconfianza era que algunos pensaban que sus opiniones estaban motivadas por un deseo ‘polaco’ de revancha hacia la URSS, lo que le generó fricciones…
Los profesores más destacados en Harvard, tanto en relaciones internacionales como en geopolítica, eran: Arthur Schlesinger, Arthur Schlesinger Jr., William Yandel Elliot, Samuel Beer, McGeorge Bundy, Barrington Moore, Wassily Leontief y Alexander Gerschenkron. Externamente, aunque también era egresado de Harvard, estaba Philip Edward Mosely. Sin embargo, los que más le influyeron fueron Carl Friedrich, Merle Fainsod y Robert Bowie. De Friedrich aprendió a ser meticuloso en el análisis; de Fainsod, el conocimiento al detalle sobre la Unión Soviética y de Bowie, su sentido práctico al formular soluciones…
Robert Bowie siempre tuvo a Brzezinski en alta estima y lo consideraba mejor que Kissinger. En 1973, Robert Bowie acompañará a Zbigniew Brzezinski en la fundación de la Comisión Trilateral…
De cuando el senador Kennedy necesitó un consejo
En los años 50, Brzezinski se interesó en los republicanos, pero pronto se decepcionó por considerar que actuaban con cierta hipócrita: en 1956, al ocurrir el ‘Otoño húngaro’, John Foster Dulles, secretario de Estado de Eisenhower, hizo saber a la URSS que Estados Unidos no intervendría en caso de que reprimiesen el levantamiento, cuando a los líderes inconformes se les garantizaba el apoyo. Por esa razón, Brzezinski viró hacia los demócratas…
La contención recomendada por Kennan no rendía frutos y se necesitaba una estrategia distinta para Europa del Este, porque lo que proponía Kissinger, a su vez, era una reedición de la política de apaciguamiento de Chamberlain: aceptar la situación de facto y que la URSS se saliera con la suya. Este aspecto es clave para entender por qué Bowie pensaba que Brzezinski era más brillante: la contención de Kennan estaba estancada y la distensión de Kissinger era un brinco al pasado…
En ese mismo año, Hubert Humphrey buscó a Brzezinski para consultarle sobre la posibilidad de un acuerdo con los soviéticos sobre armamento. Humphrey presidía el Subcomité de Desarme del Comité de Relaciones Exteriores y tuvo tan buena impresión de él, que le abrió las puertas en el Senado. Al año siguiente, en 1957, Fred Holborn, a la sazón uno de los asesores del senador John F. Kennedy, buscó a Brzezinski: Polonia sufría una crisis generalizada, pedía ayuda financiera y Kennedy necesitaba un consejo…
El punto era que Kennedy debía pronunciar un discurso el 6 de mayo de 1957 y fijar la posición ante el Oversas Press Club. Brzezinski pensaba que Estados Unidos debía acercarse a los países de Europa del Este y ayudarles económicamente, empezando por Polonia, para propiciar que los demás se acercasen y comenzar a alejarlos de los soviéticos. Los argumentos usados por Kennedy fueron similares a los de Brzezinski. Sostuvo que debían ayudar a Polonia de una manera decidida, porque, de lo contrario, se acentuaría su dependencia de la URSS…
La huella de Zbigniew Brzezinski en el discurso de Kennedy fue demostrada, muchos años después, por el historiador Patrick Vaughan, al abordar el cambio en la política exterior norteamericana frente a Europa del Este y darle a Brzezinski el lugar que merecía en el desplome del poderío soviético en esa zona. El otrora asesor presidencial quedó tan agradecido, que le permitió a Vaughan ahondar en sus archivos personales…
El gran estratega y el que pronto sería presidente
De ahí en adelante, todo siguió su curso natural. Hacia mediados de año, Fred Holborn, que, además, era su compañero de posgrado, de nueva cuenta buscó a Brzezinski: Kennedy tenía otro discurso programado para el 21 de agosto de 1957, ahora ante el Senado y quería ser más contundente sobre el tema polaco…
La coincidencia de ideas con Kennedy era de tal magnitud, que se identificaron mutuamente. Por si alguien tuviese alguna duda sobre la buena relación que empezaba, dos días después de la segunda pieza oratoria, el senador Kennedy le envió una carta personal agradeciéndole sus consejos y observaciones que fueron decisivos en la composición del documento…
La recta final de los años 50 fue de mucha tensión entre las dos superpotencias, sobre todo a raíz de que la URSS tuvo la bomba atómica. La posibilidad de una guerra de destrucción total generó histeria en algunos ámbitos norteamericanos. Era el momento de guardar la calma y pensar con claridad, y Brzezinski lo sabía. Aislar al mundo comunista implicaría empujar a Europa del Este y a otras latitudes a una situación inhumana por tiempo indefinido. Una idea que permanece en los discursos de Kennedy, asesorado por Brzezinski, es la de ayudar al bloque soviético a cambio de un “compromiso pacífico”, pues se trataba de países que ni eran del todo comunistas ni eran del todo libres. Por eso fue que Kennedy exigió ayudar a Polonia sin restricciones…
¿Por qué el papel de Brzezinski junto a Kennedy parece modesto, comparado con el de otros? En primera instancia, porque la ciudadanía la obtendría hacia finales de 1958 y un senador que deseaba ser presidente debía ser cuidadoso. Más todavía: aún durante la campaña presidencial, se le menciona sólo como miembro del grupo de asesores. Esto último es una percepción equivocada a la distancia, porque nadie había tenido un equipo de especialistas con tan alto perfil y decir que ‘formabas parte de’, no era cualquier cosa. No estaba en el círculo íntimo, pero se debía a que las críticas envidiosas continuaban. Eran los ecos del forcejeo con la vieja élite que iba cuesta abajo…
Va la prueba: en mayo de 1960, la Unión Soviética derribó un avión espía de Estados Unidos y se desencadenó una crisis. Jrushchov, que le encantaban las puestas en escena, abandonó una cumbre que tenía en París con Eisenhower, declarándose ofendido. ¿A quién consultó Kennedy de inmediato? A Brzezinski, claro está. Contra lo que decían los sovietólogos más importantes, Brzezinski sostuvo que Jrushchov estaba tratando de engañar a Washington para que cediese en las negociaciones y Kennedy le creyó. Luego se demostró que Brzezinski había acertado…
La segunda prueba de la importancia que estaba adquiriendo el estratega polaco en John F. Kennedy, es el discurso del 1 de octubre de 1960 en Chicago, cuando el senador habló de ‘compromiso pacífico’ con Europa del Este a cambio de ayuda, empezando por Polonia. Desde aquellos años, en Brzezinski existía la intuición de que la caída del Imperio soviético tendría su eje en Polonia y, por su parte, Karol Wojtyla concluyó lo mismo…
Kennedy también habló con Brzezinski sobre el acercamiento entre China y la URSS, así como lo que podría hacer Estados Unidos. En ese contexto de entendimiento, algunos medios presentaron a Brzezinski como la verdadera cabeza del grupo de expertos en política exterior, liderando a gente de la talla de John Keneth Galbraith, Leontief y William Langer (que luego sería subdirector de la CIA). Esta imagen de Brzezinski en la opinión pública fue impulsada por Theodore Sorensen, asesor de Kennedy en materia de discursos, colocándose a su vez como el operador. Asimismo, el último fin de semana de octubre de 1960, Zbigniew Brzezinski expuso su visión geoestratégica en una reunión de campaña en el Empire State. Junto con su esposa ya estaba metido de lleno en el proyecto de Kennedy, a punto de conquistar la Casa Blanca y sus vínculos con el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR) sirvió para allanarle el camino…
En diciembre del mismo año, Robert Lovett rechazó la oferta de Kennedy para integrarse al gabinete. Era evidente que el presidente electo trataba de armonizar a los grupos en pugna. Para las tres opciones que le propuso, Lovett sugirió a Robert McNamara para Defensa, a Dean Rusk para Asuntos Exteriores y a Douglas Dillon para el Tesoro. Kennedy aceptó…
Brzezinski sabía que todavía tendría que recorrer un camino difícil para abrirse paso en Washington. McGeorge Bundy se convirtió en consejero de Seguridad Nacional. El general Maxwell Taylor entró como su consejero personal y, luego, pasó a presidir el Estado Mayor Conjunto, siendo su asistente William Y. Smith, cuya esposa era amiga íntima de la de Brzezinski. Para ese momento, su libro Soviet bloc era un éxito rotundo y resultaba muy difícil ignorar a Zbigniew Brzezinski…
Uno de los factores determinantes en el éxito que tuvieron los asesores de ‘la vieja guardia’, fue el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), que igualmente respaldó a la nueva élite encabezada por Zbigniew Brzezinski y Henry Kissinger como ‘punta de lanza’ en Washington, misma que, al consolidarse, marcó el inicio de una relación más discreta del CFR con la Casa Blanca….
Los geopolíticos profesionales estaban a cargo y Brzezinski iba camino a escribir Political Power: USA/URSS, en coautoría con Samuel Huntington y su formidable obra Between two ages: America’s role in the technetronic era…
Las balas que acabaron con la vida de Kennedy en 1963, no descarrilaron el proyecto. Sólo lo retrasaron un poco…
Hasta entonces…