Vie. Nov 22nd, 2024

Joe Biden

Joe Biden y la geoestrategia del mercado global – Juan de Dios Andrade

¿Presenciamos el nacimiento del primer mercado global de la Historia? ¿Será el siglo XXI el siglo de Asia o del Indo-Pacífico? ¿Podrá resolver Xi Jinping el desafío que le está planteando Joe Biden con el Aukus y las maniobras de Taiwán?

CONfinesPolíticos

Con la llegada de Cristóbal Colón a América, surgió una nueva realidad geopolítica que, más tarde, se denominó ‘atlantismo’. Desde entonces, lo que luego se llamaría ‘España’ tenía una clara vocación atlantista. Portugal también, pero el estar geográficamente más de cara a Inglaterra nubló un poco su perspectiva oceánica. Eurasia, a su vez, venía en una trayectoria histórica de tensión entre Oriente y Occidente, pero el descubrimiento de América agregó un factor que no se había considerado…

Cuatro siglos y medio después, al consolidarse los Estados Unidos como potencia, el factor americano incidiría en los destinos de Eurasia y de todo el mundo…

No podía ser de otra manera: el vínculo de Estados Unidos con Inglaterra lo unió a la realidad eurocontinental. El atlantismo ha sido precisamente el desarrollo geopolítico de ese nexo entre los Estados Unidos (incluyendo de algún modo a Canadá) y Europa, sobre todo Europa occidental…

Actualmente, al hablarse del declive de Occidente, es lógico que cunda cierto pesimismo y es oportuno preguntarse si ya no hay nada por hacer. ¿Es el fin del atlantismo? ¿Está Joe Biden peleando una batalla perdida de antemano? Más específicamente: ¿está moral y anímicamente derrotado y, con él, Occidente entero? Me parece que no…

Vladimir Putin y el sueño de Eurasia

Reformulando a Eurasia

El éxito de los Estados Unidos al convertirse en potencia mundial y el haber salido vencedor ante la Unión Soviética en la Guerra Fría, no se debió a que el centro de gravedad de la Historia se haya ‘trasladado’ al hemisferio norte de la América continental sino a la acción de Estados Unidos ‘en’ Eurasia, que es distinto. Más bien, fue el desplome del Muro de Berlín y la desaparición de la URSS lo que asentó el eje de las decisiones en Estados Unidos, al menos momentáneamente…

Lo que ahora China le está disputando a Estados Unidos es la sede del mando central…

¿Y si el enfoque de China estuviese siendo rebasado en este momento, aunque hubiese sido acertado al principio? El escenario geopolítico de lo que va del siglo XXI, ha sido interpretado como un declive de Occidente y un ‘traslado’ del centro de gravedad del poder global a Asia. Como punto de partida, la apreciación fue correcta. Pero quizás ya no lo sea tanto…

Lo que parece estar haciendo Joe Biden es intentar reformular la clave del éxito de Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XX: incidir en Eurasia. Si China le está disputando el control de las decisiones para que el centro de mando se ‘traslade’ a Asia (es decir: a China), lo que tiene que hacer el presidente Biden es replantearse como jugador foráneo en Eurasia…

Pero, para lograrlo necesita hacer acopio de todas sus fuerzas y reinterpretar lo que fue el globalismo trilateral…

Medio Oriente ha sido un desgaste geopolítico para las potencias que han incursionado ahí

Aligerando la carga geoestratégica

El globalismo trilateral diseñado por Zbigniew Brzezinski, con la participación de su amigo Samuel Huntington, se basaba en crear tres polos geopolíticos, liderados por Estados Unidos, Europa occidental y Japón. El desenlace, primero, de un mundo unipolar al quedar Estados Unidos como la potencia vencedora del mundo bipolar de la Guerra Fría, para, luego, dar paso a la realidad multipolar del siglo XXI, desfondó la tesis trilateral…

En este momento, no se trata de regresar al pasado sino de reformular el proyecto impulsado por la Comisión Trilateral. Eso es lo que intenta hacer Joe Biden con el juego geoestratégico que está desarrollando sobre todo en los últimos meses, algunos de cuyos aspectos ya había anticipado el gobierno de Donald Trump. Lo que pasó fue que el modo autoritario de ser de Trump y su falta de coherencia estratégica echó a perder muchas cosas…

Desde la administración de Barack Obama se veía venir lo que ahora estamos viviendo. Uno de los puntos torales consistía en la necesidad de Estados Unidos de aligerar el enorme gasto de su acción geopolítica en puntos neurálgicos del orbe. Esto implicaba el desmontar la tesis de ser ‘el policía del mundo’ y dejar de cargar con todas las responsabilidades financieras inherentes al caso. La Unión Europea debía hacerse cargo de la responsabilidad de profundizar su integración y ampliación, y lo mismo valía para la OTAN y el Medio Oriente. En esta perspectiva, resulta lógica la decisión de sacar las manos de Irak y Afganistán…

Una de las cosas que en su momento demostró Brzezinski, fue que para la Unión Soviética era muy oneroso mantener la estructura militar y represiva para apuntalar su poderío, dentro y fuera de sus fronteras. Esa sangría financiera sería uno de los factores clave en el derrumbe de la URSS y, en pleno siglo XXI, Estados Unidos no debe cometer el mismo error…

Claro que ese tipo de decisiones conllevan riesgos y los hechos dirán si los asesores y estrategas de Joe Biden calcularon bien…

Geopolítica del Indo-Pacífico

Flexibilizando los bordes de Eurasia

Con el respaldo de Estados Unidos, Europa tendrá que hacerse cargo de sí misma y asumir más responsabilidades políticas y financieras al interior de la OTAN. Su papel será lidiar con Rusia para frenar sus pretensiones eurasianistas e implantar una dinámica que diversifique y separe los intereses geoestratégicos de Rusia respecto a China. Es decir: China y Rusia deben contenerse mutuamente. Luego de los errores estratégicos cometidos por Trump, que condujeron a una alianza fáctica entre ambos, queda tratar de separar sus prioridades estratégicas…

Si el traspaso del centro de gravedad global de Occidente a Oriente podría desembocar en que China se adueñe de él, Estados Unidos tiene que flexibilizar los bordes de Asia…

La forma más efectiva de mermar el peso geopolítico de ‘la franja y la ruta’ impulsada por China es configurando un enorme espacio geoestratégico en el Indo-Pacífico. Fue el propio proyecto chino el que le otorgó más importancia geopolítica a la India como aliada esencial para Occidente. Sin duda, las ideas propuestas por Robert Kaplan tenían sustento, sobre todo las expresadas en sus libros que van de La venganza de la geografía (2012) a El retorno del mundo de Marco Polo (2018).  Su afirmación de que “China se expande en vertical e India, en horizontal” fue genial. Para neutralizar a China había que configurar un enorme espacio geoestratégico que parta de la India, rija los destinos del Océano Índico, abarque a Australia, Nueva Zelanda, Taiwán, Japón y Corea del Sur, atrayendo a Indonesia…

Esto ya había sido propuesto durante la administración de Trump, pero al entonces presidente le faltó una visión estratégica más consecuente. Tan importante ha sido el proyecto Indo-Pacífico, que ha desplazado toda pretensión ‘Asia-Pacífico’ que se usaba antes. Si desde antaño China se ha considerado ‘el imperio del centro’, el Indo-Pacífico convierte a la India en el nuevo ‘centro’ de Asia, de una Asia que no estaría bajo la esfera de influencia china…

El Indo-Pacífico así entendido, significaría el control de buena parte de las actividades comerciales de China y es por donde pasa el gas y el petróleo que consume el gigante asiático…

Se avecina el relevo de Angela Merkel en Alemania y las tendencias indican que quien gane carecerá de la fuerza que ella ha tenido en el poder. Eso podría causar algunos desajustes en lo que falta del proceso de integración europea, su ampliación y defensa ante las pretensiones rusas. Por eso, Francia no podía formar parte del Aukus: Macron debe estar abocado a la Unión Europea, para apuntalar la unidad y no deja de ser significativa la detención de Carles Puigdemont en Cerdeña. Es un claro mensaje contra el catalanismo rupturista y no debemos olvidar que Cerdeña ha tenido sus momentos de proyectos similares…

Asimismo, una revisión de los principales informes geopolíticos de la Unión Europea de los últimos tres años, indican que está desconectada de lo que se ha venido preparando en el Indo-Pacífico. Pese al exabrupto inicial, me parece que el presidente de Francia ya lo ha entendido…

De resultarles bien, una Europa unida iría a la conquista de Eurasia por el lado occidental, mientras el pacto Aukus, liderada por Estados Unidos, se encaminaría a ‘encapsular’ a China…

Taiwán, la ‘manzana de la discordia’ geopolítica

El poder del mercado global

Presenciamos el nacimiento del primer mercado global propiamente. Algo que China pretende, pero se alió a una Rusia con asimetría entre su poderío militar y su fortaleza económica y comercial. Para que vean de lo que estamos hablando, según datos del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, Estados Unidos cerró 2020 con un PIB en el orden de 20,932 billones de dólares. China hizo lo propio en 14,722 billones. Por eso era urgente sacar las manos de Irak y de Afganistán. Los 20 años en el segundo, costaron a Estados Unidos alrededor de 2.26 billones dólares, según el informe Costes de la guerra del Instituto Watson (agosto pasado). Todo eso sin contar la pérdida de vidas humanas y otros efectos. La deuda de Evergrande ronda los 300 mil millones de dólares y, de quebrar definitivamente, causaría un boquete en 2022 de 350 mil millones de dólares (New York Times). Agreguen eliminar los gastos de Estados Unidos en la UE y otras partes del mundo al querer ser el ‘policía global’…

Llama la atención el que hayan subido las acciones de Evergrande al darse a conocer que llegó a un acuerdo con algunos de sus acreedores, mientras el gobierno chino advertía a los distintos niveles de gobierno que se preparasen para la eventual quiebra de la inmobiliaria. Claro, porque viene los pagos más importantes y todavía no los resuelven. La presión que está ejerciendo Xi Jinping sobre Evergrande es impresionante, con tal de que paguen. Sabe que su proyecto está a punto de sufrir un descalabro: para nadie es un secreto que buena parte del crecimiento china ha estado ligado a la industria de la construcción…

De consolidarse el proyecto Indo-Pacífico y, sobre todo, de desembocar en un nuevo espacio tecnológico y comercial, el siglo XXI no será el siglo de Asia sino del Indo-Pacífico. Recordemos que buena parte de la batalla por el desarrollo de la Inteligencia Artificial pasa por los microprocesadores y los dos líderes en la materia son Taiwán y Corea del Sur. Sumen a la UE (ampliada e integrada) y al mercado norteamericano, para saber por qué Xi Jinping está tan preocupado y Vladimir Putin, también. China no podría competir con ese mercado global y, más bien, quedaría supeditada a él…

Tan lo ha entendido Xi Jinping, que pidió que China sea admitida en el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TIPAT o CPTPP) y, poco después, Taiwán solicitó lo mismo. Esto ha provocado una reacción aireada por parte de Pekín, oponiéndose a que la isla se adhiera a cualquier tratado internacional y de inmediato ordenó desplegar la fuerza aérea sobre la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) de Taiwán…

¿Maniobras disuasivas o China empuja hacia la ‘trampa de Tucídides’ que decía Graham Allison? Esperemos que nadie esté jugando con fuego…

Hasta entonces…

Correspondencia: confinespoliticos@gmail.com