Iglesia Católica y Masonería, un encuentro en Milán – Juan de Dios Andrade
El 16 de febrero se llevó a cabo un encuentro entre eclesiásticos y líderes de los principales orientes masónicos italianos. Fue un evento de primerísimo nivel y, más allá de la curiosidad que algo así pueda despertar, es importante sopesar algunas cosas que ahí se dijeron y lo que pudiera resultar. ¿Ha llegado el momento de poner punto final a una confrontación centenaria? ¿Qué implicaciones traería lo anterior?
CONfines Políticos
27 de febrero de 2024
Correspondencia: confinespoliticos@gmail.com
No se trató de una ‘cumbre’, como lo dijeron algunos. En todo caso, fue un ‘encuentro’ a propósito del seminario ‘Iglesia Católica y Masonería’, organizado por el Grupo de Investigación e Información Sociorreligiosa (GRIS, por sus siglas en italiano). La cita quedó pactada para la tarde del viernes 16 de febrero pasado, en la sede de la Fundación Cultural Ambrosianeum en Milán. Por parte de la Iglesia estuvieron monseñor Mario Delpini, arzobispo de Milán; el Cardenal Francesco Coccopalmerio, presidente emérito del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos y el obispo Antonio Staglianò, presidente de la Pontificia Academia de Teología, entre otros. Representando a la masonería, asistieron Stefano Bisi, Gran Maestro del Gran Oriente de Italia (GOI); Luciano Romoli, Gran Maestro de la Gran Logia de Italia del ALAM (GLDI) y Fabio Venzi, Gran Maestro de la Gran Logia Regular de Italia (GLRI)…
Asimismo, estuvo el padre Zbigniew Suchecki, teólogo franciscano experto en masonería y, aunque se expusieron diversos enfoques, el tema central fue la incompatibilidad entre ambas instituciones, teniendo como eje los pronunciamientos históricos de la Iglesia Católica sobre la masonería, las disposiciones de los códigos de Derecho Canónico de 1917 y 1983, así como las sanciones penitenciales de 2021 relativas a la masonería, tema que, por cierto, corrió a cargo del padre Suchecki…
Los ejes que anteceden al encuentro con la masonería
Evidentemente, 1917 fue clave: bicentenario de la primera logia masónica moderna y año de las apariciones de la Virgen de Fátima, así como de la Revolución de octubre en Rusia. Por un motivo o por otro, marcó el inicio de un punto álgido de confrontación entre católicos y masones, y no faltaron los que vieron en la Revolución bolchevique la confirmación de una preternatural y habilidosa conspiración anticristiana a escala mundial…
Esta lucha a muerte se reflejó en el modo en que el Código de Derecho Canónico de aquel año abordó el tema y en una batalla frontal entre logias masónicas y sociedades católicas reservadas…
La interpretación resultó no ser del todo válida y en ambas partes hubo manipulaciones y estridencias, aunque actualmente abundan publicaciones que pretenden culpar sólo al bando católico del llamado ‘mito de la conspiración judía mundial’…
La referencia a 1983 se debe a las modificaciones del Código de Derecho Canónico, a la polémica suscitada por la supresión de toda mención a la masonería y el ‘estado de pecado grave’ de los católicos que se adhieran a ella en lugar de la excomunión. Al principio, algunas instancias alertaron sobre los efectos de cierta infiltración masónica en el Vaticano, lo que condujo a una aclaración del entonces Cardenal Joseph Ratzinger, en el sentido de que el dictamen de la Iglesia sobre la masonería seguía en pie y que se había evitado mencionarla directamente porque estaba comprendida en otras categorías más amplias. Si se mencionaba que los principios masónicos son irreconciliables con la doctrina católica, se tendría que hacer lo mismo respecto a otras sociedades secretas en la misma situación. Por eso había que englobarla en apartados más generales…
Un nuevo enfoque pastoral ante la apostasía
Más allá de lo anecdótico de que monseñor Delpini llegó tarde y que condicionó el evento a que fuese para público reducido y sin acceso para periodistas, lo cierto es que no se trató de algo inusual. Los encuentros entre representantes de la Iglesia Católica y algunos orientes masónicos se llevan a cabo desde hace varios años, con el ánimo de generar distensiones y, en la medida de lo posible, relaciones cordiales. Lo que sí que ha variado ha sido la frecuencia y la importancia de los participantes. Lo de Milán fue de altísimo nivel y algo podemos abordar sobre la información disponible y, sobre todo, de su significado en el contexto del actual pontificado…
A estas alturas, es evidente que el Papa Francisco ha modificado el enfoque pastoral, lo que apunta a convocar a un nuevo concilio en un futuro no muy lejano y quizás no le toque a él presidirlo. Bajo el entendido de que un concilio se realiza sobre todo por motivos pastorales, los signos de los tiempos parecen indicar que lo tratado en el Concilio Vaticano II está dando paso a otra etapa en la historia de la Iglesia, muy distinta a la de aquel momento: ya no es cuestión de replantear las relaciones de la Iglesia con el mundo de la Modernidad, sino de evangelizar los ámbitos que hacen frontera con la apostasía o que, de plano, se han pasado al bando adverso a la fe. Porque al anunciar la Buena Nueva, el punto de partida debe ser la integridad de la fe…
Las corrientes favorables a la apostasía plantean un proceso sin retorno. De tal modo que no hay marcha atrás después de haber rebasado cierto límite. Por el contrario, la pastoral eclesiástica apuesta por la conversión de las personas y, aunque se haya actuado de buena fe, la dureza de algunas posiciones católicas le hizo el juego a la apostasía. Entre otras cosas, lo anterior formó parte de las razones de la Declaración Fiducia supplicans. No se trata de aceptar la vida sexual alternativa ni uniones irregulares, sino de un esfuerzo pastoral para resolver lo anterior sin que eso implique quebrantar el depósito de la fe o abjurar. Malas noticias para los que pensaron que la Iglesia y el Papa especialmente, iban a abdicar de su magisterio y apostatar…
El terreno de las sociedades secretas ha sido otro de los espacios propicios para abandonar la fe y la importancia de la masonería en ello se debe, sobre todo, a su eficaz heterodoxia. Lo que ha caído en el olvido es que, en el origen, los impulsores de la creación de dicha organización secreta como hoy la conocemos eran calvinistas, luteranos y anglicanos. En automático, lo anterior la colocó en línea de confrontación y exclusión con la Iglesia Católica. La circulación entre sus filas de toda clase de mitos y supercherías hizo el resto: ocultismo, magia, gnosticismo, etcétera. Por lo tanto, identificarla con la razón y la ciencia no es precisamente la verdad…
El abandono de posiciones polarizadas
Es bueno que se abandonen posiciones polarizadas y entrar en un diálogo, pero hay que sopesar bien los términos y lo que espera cada parte. En el discurso eclesiástico prevalece la idea de una apertura por caridad, mientras en el lado masónico impera el deseo de que la Iglesia acepte la doble militancia en un marco de relativismo religioso. Son dos cosas totalmente distintas. En lo primero está latente la misma intención que en la Fiducia supplicans: liquidar la mentalidad de que ‘no hay regreso’ e intentar una conversión del católico que se haya hecho masón, aunque sea en el último instante de su vida. La expectativa masónica, expresada sobre todo por Stefano Bisi, pasa por la renuncia de la Iglesia a su misión pastoral. ¿Significa que el diálogo sea imposible? No necesariamente, pero sí hay que tener precisión en las ideas e intenciones, porque lo que esperan los representantes de la masonería es una apostasía ‘moderada’, si es que cabe la expresión…
De entrada, lo anterior indica que el diálogo sólo será posible en lo doctrinal hasta cierto punto. El resto, tendría que ser desde el punto de vista puramente ‘humanista’…
En las palabras del Gran Maestro del GOI se palpa que la masonería no está dispuesta a reconsiderar sus principios. Más bien, quiere que sea la Iglesia la que claudique, ignorando que la doctrina católica siempre ha predicado que la verdad absoluta es Dios en sí mismo. Fuera de eso, cuando se habla de verdades absolutas se dice por analogía. Igual que sólo Él es eterno y participa a los bienaventurados de su eternidad. El punto es que la masonería no cree en un Dios omnipotente, omnisciente y omnipresente. En pocas palabras: perfecto en todo y capaz de decidir cómo comunicarse con el ser humano, el medio y el momento. Lo que el relativismo pretende es negar que Dios pueda darse a conocer mediante decisión y elección propia. Lo que cada persona pueda pensar sobre Dios, no necesariamente expresa lo que Él es o quiera decirnos. En todo caso, serían simples opiniones…
Desde este punto de vista, la apertura por caridad es lo más adecuado, pues la Iglesia no cierra la puerta a nadie para su salvación y lo hace por mandato de su Fundador, y eso incluye a los católicos que hayan sido iniciados en la masonería…
¿Existe el riesgo de que la misión pastoral de la Iglesia sea arrollada por el relativismo masónico? Claro que sí, pero el relativismo no es una tesis exclusiva de la masonería. Stefano Bisi ignora que Dios no es ‘propiedad’ de la Iglesia, sino a la inversa: la Iglesia es de Él, así como el pueblo judío no escogió a Dios. Fue Dios quien lo proclamó como su pueblo elegido…
Lo que sí es verdad es que no han faltado católicos que identifican ‘lo católico’ con tal o cual filosofía o doctrina teológica, así como con alguna opción política. Pero se ha tratado de malas interpretaciones, excesos o desviaciones que no forman parte del Catecismo…
Mitos y realidades de la ciencia y las herejías
Traer a colación que al día siguiente del encuentro se conmemoraba a Giordano Bruno y pedir a los prelados que ojalá asistan, sacó a flote la ignorancia de Bisi: una institución como la Inquisición jamás debió existir, al menos no con el perfil que tuvo, aunque se comprenden los imperativos de la coyuntura histórica en que fue creada. Sin embargo, Giordano Bruno no fue condenado por su labor científica, sino por obstinarse en sacar extrapolaciones teológicas improcedentes y, pese a que al principio la situación pareció resolverse, pronto reincidió. Eso fue lo que lo llevó a la hoguera, algo que nunca debió ocurrir, pero no se trató de un choque entre ciencia y fe como se ha querido hacer creer…
Examinar las ideas teológicas de Giordano Bruno estuvo a cargo del jesuita Roberto Belarmino, el mismo que evaluó los escritos de Galileo Galilei. Era un especialista que distinguía claramente la ciencia de la fe y dejó prueba de ello en ambos procesos. De hecho, la sentencia original a Galileo Galilei le permitió difundir sus conclusiones como ‘hipótesis matemática’ y algo que ha caído en el olvido es que, durante el juicio, Galileo fue huésped del Papa, lo que de suyo era todo un mensaje para la Inquisición. Giordano Bruno, en cambio, tenía un espíritu pendenciero y provocador. Basta saber que terminó en ruptura con la Iglesia Católica y con casi todas las denominaciones protestantes de la época…
Me parece increíble que alguien como Stefano Bisi ignore lo anterior y lo digo porque, antes de ingresar a la masonería, su trayectoria fue de mucha cercanía con la Iglesia: un cura rural logró que entrara en la guardería, cursó la secundaría gracias a otro sacerdote que ayudaba a familias con escasos recursos y logró imprimir un periódico con el apoyo del párroco del barrio. Por lo menos debió aprender un poco de historia de la Iglesia, pues parece no estar enterado de que los excesos cometidos contra personas acusadas de herejía, brujería y cosas similares, coincidió con la época en que la Iglesia dejó gradualmente de hablar del Maligno y del infierno, cayendo en cierto desuso la práctica del exorcismo. Por ejemplo, en lugar de evaluar si tal o cual persona requería de un exorcismo o, por lo menos, de algún procedimiento de sanación o de liberación, se le mandaba a la hoguera. Sin que signifique negar la responsabilidad de la Iglesia, cabe aclarar que sólo el poder civil podía condenar a muerte y ejecutar la sentencia…
Masones y mafiosos, un asunto pendiente
No dudo que la apertura por caridad de la Iglesia a los católicos masones con problemas de conciencia pueda ser eficaz, pero eso no debe llevar a cerrar los ojos ante asuntos muy delicados. Si la Iglesia debe afrontar la responsabilidad por la conducta de algunos de sus miembros, la masonería también tiene sus propias culpas. Por citar uno de los casos más sonados del siglo XX: sus vínculos con la mafia siciliana desde los años de Stefano Bontate, otrora jefe de las familias de Santa Maria di Gesú, hasta el apogeo de Salvatore Riina, que fuera cabeza de los sanguinarios y crueles Corleone. Ambos controlaban ampliamente a las dos organizaciones…
Fruto de esas relaciones fue la logia ‘Propaganda-2’ de triste memoria por el quebrantamiento que afectó a las finanzas del Vaticano y de otros bancos italianos y del extranjero, y que tanto dio de qué hablar en el contexto de la muerte de Juan Pablo I. Unos y otros tienen muchas cosas que asumir y purgar. Así como algunas líneas de investigación apuntaron al entramado masónico-mafioso, otras lo hicieron hacia la curia del Vaticano o hacia el pasillo de la Iglesia Ortodoxa Rusa que conducía a los sótanos del KGB. Pese a todo, no podemos descartar la cuarta línea de las pesquisas referentes a las declaraciones de familiares del propio Vicario fallecido, en el sentido de que era falso que gozara de buena salud y que, al contrario, a los Luciani les asombraba que hubiera vivido tantos años y llegado a Papa…
Otro asunto que lastimó mucho a la Iglesia fue el de la desaparición de Emanuela Orlandi. ¿Operación internacional ligada a los Lobos Grises y al intento de asesinato a Juan Pablo II? Hubo para todos los gustos. Unos la hacían víctima de redes de la prostitución, de rituales vinculados al satanismo o hasta de orgías que involucraban a personas importantes de la curia. Una de las líneas de investigación tuvo en la mira a la llamada ‘Banda de la Magliana’, liderada por Renato de Pedis. Es verdad que tenía relaciones con algunos eclesiásticos, pero también era sabido que los de la Magliana se movían en el ámbito de las drogas y la prostitución, y que le hacían el trabajo sucio a Salvatore Riina. De nueva cuenta, las huellas fueron en la misma dirección. Para nadie pasó inadvertido que la superioridad de los Corleone y sus aliados ante sus adversarios igualmente masónico-mafiosos, se debió a contar con armas de manufactura soviética y era muy difícil que eso sucediera sin el aval del KGB. Como sea, dos de las hipótesis más sólidas fueron las de la prostitución forzada y la del satanismo, sin que hasta la fecha se haya podido aclarar qué fue lo que le pasó a Emanuela Orlandi, de escasos 15 años…
¿Estamos hablando del mismo ‘acontecimiento cristiano’?
Durante el seminario del GRIS, Stefano Bisi insistió en la importancia de establecer una mesa de diálogo permanente entre la Iglesia y la masonería, pero, como lo acabamos de ver, no es sólo cuestión doctrinal, ni de humanismo. Hay asuntos muy serios de ambos lados que deben subsanarse de alguna manera y, aunque sean cosas diferentes, ha quedado especificado lo que espera cada parte y el Papa Francisco va por la salvación de aquellos que recapaciten y de los conversos. Es una apuesta de alto riesgo, pero forma parte de su responsabilidad pastoral…
Lo que se puede apreciar en la intervención del Gran Maestro del GOI, es que la masonería busca ‘meter una cuña’ entre lo que algunos llaman ‘la Iglesia de Ratzinger’ y la de Francisco. Es obvio que, además de la posición expresada por Ratzinger en 1983, igualmente gravitan el documento de la Conferencia Episcopal Alemana de 1980 y el de la Conferencia Episcopal Filipina de 2003, que confirman la incompatibilidad doctrinal. Pero también el artículo Queridos hermanos masones del Cardenal Gianfranco Ravasi y el libro Logia y Altar. Sobre la reconciliación de la Iglesia Católica y de la Masonería regular del padre Michael Weninger, presentado en 2020 y de quien se sospecha fue iniciado masón antes de ordenarse sacerdote, así como muchos asuntos más…
Por eso, algunos pronunciamientos deben ser aclarados para no generar confusiones, empezando por lo dicho por monseñor Antonio Staglianò, en el sentido de dejar la doctrina en segundo plano en nombre del ‘acontecimiento cristiano’. Les recuerdo que cuando se redactaron los evangelios y, luego, se integró el canon bíblico, fue para que, junto con la Tradición y el Magisterio, formasen unidad con el anuncio (kerigma) del Evangelio. Pero tampoco hay que alarmarse. Desde el origen, se ha tenido por fundamental que vana sería la fe si Cristo no hubiera resucitado…
La fe se basa en el ‘acontecimiento cristiano’. Sólo hay que asegurarse de que estamos hablando de lo mismo o, mejor dicho, de la misma Persona…
En una entrevista reciente, monseñor Staglianò afirmó que la masonería es una herejía comparable con la de los arrianos y que no se puede ser católico y masón a la vez…
Hasta entonces…
Excomulgar, “pecado grave” Términos que no entran en mi ideario y sí reconozco que ambas instituciones tienen una repercusión e incluso adoctrinamiento en la sociedad y en ello me fijo; las creencias y diversas formas de pensamiento que van de cierta manera moldeando grupos sociales. Admirable su dedicación a estudiar estos temas.
Gracias por leer mi artículo y por el comentario. Respecto a las expresiones mencionadas, son propias de la vida interna de la Iglesia. No van dirigidas a otras personas en lo general. Saludos cordiales…