Vie. Nov 22nd, 2024

Geopolítica de la refundación del mundo – Juan de Dios Andrade

¿Presenciamos el surgimiento de un nuevo paradigma global que refundará el mundo? ¿En qué consistirá este ‘Gran Reinicio’ o ‘Reseteo’? ¿Qué se está negociando y en qué ámbitos? ¿En qué términos están negociando Estados Unidos y China el nuevo globalismo? ¿Sobrevivirá la democracia o resultará un híbrido a medio camino entre libre mercado y autoritarismo?

CONfines Políticos

Cuando en 1990, Andrei Grachov, economista que fuera portavoz de Mijail Gorbachov, dijo en un coloquio celebrado en París que el Este se encaminaba hacia el Oeste, estaba proclamando el final geopolítico del siglo XX, que había empezado precisamente a la inversa: como un traspaso del liderazgo de Occidente a Oriente. Menos de cien años después, el mundo iba en sentido contrario y treinta años más tarde, presenciamos el forcejeo entre Estados Unidos, China y Rusia por Eurasia y el liderazgo global. Pero eso no es todo, hay algo más en el escenario geoestratégico que no estaba presente en ninguno de los casos anteriores…

Hoy, se pretende refundar el mundo en medio de una pandemia y de una recesión global que entraña un reto como no se había visto desde 1945…

Un neoliberalismo entre dos siglos

El siglo XX fue el siglo de las guerras mundiales y del totalitarismo, de un fuerte cuestionamiento al socialismo que culminó con la caída del Muro de Berlín y el derrumbe de la Unión Soviética y de la llamada ‘Cortina de Hierro’. Sí, porque Hitler, Mussolini, Stalin, Mao y muchos más se proclamaron ‘socialistas’. El clasificar a unos como ‘izquierda’ y a otros como ‘derecha’, no pasó de ser una invención que intentaba salvar a uno de los extremos ideológicos y propiciar luchas dialécticas a lo largo y ancho del mundo…

Al principio, parecía que todo se encaminaba hacia la preeminencia de la democracia liberal y del capitalismo, pero pronto la complejidad del mundo global puso en duda que el futuro fuese tan festivo. Eso no pasó inadvertido para una mente tan aguda como la de Brzezinski, que de inmediato comenzó a hablar del surgimiento de ‘archipiélagos de poder’. Es decir: potencias regionales sin la fuerza suficiente como para liderar al mundo, pero a las cuales Estados Unidos debía tomar en cuenta para mantener la estabilidad y la seguridad del orbe…

El tránsito hacia el siglo XXI tuvo, como una de sus expectativas, la posibilidad de que fuese el de la caída del liberalismo y no faltaron los nostálgicos del pasado que soñaron con una revancha de las izquierdas, por la estrepitosa derrota del siglo XX. Nada más lejos de la realidad…

El capitalismo, en su versión neoliberal, se está desmadejando, pero no a manos de las izquierdas, sino víctima de su propio agotamiento, así como por los efectos económicos y comerciales del coronavirus y la recesión global, que empezó antes de la ola de contagios. No es un entredicho ideológico, sino eminentemente fáctico. Asimismo, el actual aumento del desempleo, los golpes tan severos a la economía familiar y la ampliación del espectro de pobreza no pueden ser atribuidos al sistema capitalista como tal, sino a la combinación de la pandemia con la recesión, especialmente a lo primero. En otro camino, transitan los desajustes propios de las oleadas migratorias del Medio Oriente y África rumbo a Europa, así como a las caravanas de migrantes en América, lo que aumenta la presión mundial…

En pocas palabras, el neoliberalismo se acerca peligrosamente a su colapso desbordado por la emergencia internacional, mas no por un adversario que tenga enfrente. Pero tampoco estamos hablando simplemente de la caída de un sistema, por muy importante que sea. Queda claro que se trata de un momento fundacional o, mejor dicho, refundacional…

Davos, un cónclave a plena luz del día

Si la viabilidad del capitalismo no es un asunto de izquierdas y derechas, tampoco lo es de Oriente y Occidente (Este-Oeste), mucho menos de Norte-Sur. Uno de los graves errores de Donald Trump fue el haber interpretado el escenario geopolítico como una lucha entre el polo occidental (Estados Unidos) y el polo asiático (China). Por otra parte, ya vimos que Trump tuvo una posición ambigua ante Putin. Al margen de lo que pudiese ocurrir en 2024, lo cierto es que, terminada la presidencia del magnate, se está procediendo a una reformulación geoestratégica y eso fue precisamente lo que enmarcó a la reciente edición virtual del Foro Económico Mundial o Foro de Davos y si una cosa es el futuro del capitalismo y otra el conflicto entre Estados Unidos y China, lo mismo se puede decir del discurso de Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo de dicho Foro y el de Xi Jinping…

Oradores diferentes…discursos distintos…problemática entrelazada…destinatarios cruzados…

Es evidente que Klaus Schwab da por sentado el desplome del liberalismo, pero evita reconocerlo y usa la expresión: “debemos superar el neoliberalismo”, en referencia a la realidad que vendrá cuando pase la crisis de salud pública y, en mi opinión, no lo hizo porque el orador principal iba a ser Xi Jinping. Un mensaje aceptando que la era liberal ha terminado, al menos como la hemos conocido, habría sido interpretado por todos como la claudicación ante el gigante asiático. Cosa que, además, es verdad: no está ocurriendo por motivos ideológicos ni por derrota ante un adversario geopolítico. Al contrario, China se presentó como adalid del libre mercado…

¿Cómo ‘superar’ el neoliberalismo? El liberalismo partió de un acto fundacional, aunque se haya tratado de una ficción, cuando Rousseau habló del ‘pacto social’ y lo mismo hizo el neoliberalismo, cuando John Rawls, por ejemplo, propuso el ‘velo de la ignorancia’. De todos modos, aunque no reconozcan el fracaso, requerirán un nuevo artificio y Schwab lo dice claramente: será la ‘Cuarta Revolución Industrial’ que, como conservará ciertos valores logrados durante la era liberal, sería más bien una ‘refundación’. Pero no hablamos de refundar una ideología propiamente, implicada de alguna manera, sino al mundo…

Sintetizando: si la Primera Revolución Industrial trajo la máquina de vapor y la mecanización textil, la Segunda el primado del método científico, el motor de gasolina y la producción en masa, y la Tercera nos llevó a la transformación digital a partir de 1950 (sistemas de cómputo, Internet, la nube, dispositivos portátiles, etcétera), la Cuarta Revolución Industrial tendrá como impronta la automatización total de la industria y el uso de la inteligencia artificial…

Fue en el contexto de la edición 2016 del Foro Económico Mundial que Klaus Schwab lanzó la propuesta de la Cuarta Revolución Industrial, expuesta en su libro homónimo. Claro que su pertenencia al Club Bilderberg ha dado pie a teorías conspirativas, pero lo cierto es que el proyecto en cuestión trae aparejados desafíos tan complicados y complejos, que no necesitamos de conspiración alguna para inquietarnos. La idea de crear un entramado global de industrias y empresas, cuyo sistema automatizado guiado por inteligencia artificial capaz de predecir fallas y resolverlas, así como lograr tiempos cero de inactividad, traerá consigo la desaparición de muchos empleos alrededor del mundo. ¿Qué va a pasar con los desempleados? Es obvio que se requiere la configuración de un sistema social acorde y eso es lo que ha generado tantas suspicacias…

Para algunos, se estaría aprovechando la pandemia (que es real) y el recurso al teletrabajo y el uso de Internet para laborar desde casa, para empujar al mundo a la Cuarta Revolución Industrial, sin que se tenga que aceptar el fracaso arriba mencionado ni ser arrollados por el descontento ciudadano. Pero, hasta ahora, son especulaciones…

China y el ‘Gran Reinicio’

El que Schwab haya dicho que se debe partir de la tendencia pre-pandemia (la Cuarta Revolución en cuestión y la digitalización de la economía) para seguir invirtiendo en investigación y desarrollo, así como resolver los efectos negativos del neoliberalismo en los derechos laborales y en la seguridad económica, propiciando una desregulación que ha fomentado la aparición de nuevos monopolios globales, llevaba varios destinatarios: uno de ellos era Xi Jinping. Con mayor razón si prestamos atención a que se deben “defender los valores que se han mantenido durante mucho tiempo”. ¿Cuáles? Los del liberalismo, claro está…

Para los que creen que el Foro 2021 fue una especie de capitulación, vean lo que añadió Schwab: “De lo contrario, el péndulo ideológico -ya en movimiento- podría oscilar de vuelta hacia el proteccionismo a gran escala y hacia otras estrategias económicas perjudiciales para todos”. Le estaban pidiendo al líder chino un deslinde frente al populismo autoritario de viejo cuño y lo hizo: confirmó su compromiso con el nuevo globalismo, aceptó realizar las inversiones indicadas, fustigó a Trump sin mencionarlo (como la cabeza más importante del amplio espectro populista), pero se opuso a hacer cambios en China (sólo modernización) y evitó romper con Vladimir Putin…

El presidente del Foro bosquejó un ‘nuevo capitalismo’ comprometido con el cambio climático, el bienestar social y el bien común. Es decir: ‘el capitalismo corporativo de partes interesadas’. El ‘Gran Reinicio’ consiste en “darle voz a los que se han quedado rezagados”. “No es una revolución o la adopción de alguna nueva ideología”, sino “un paso pragmático hacia un mundo más resiliente, cohesivo y sustentable. Algunos de los pilares del sistema global tendrán que ser reemplazados y otros, reparados o fortalecidos”. Ni derrota ni en ‘bandeja de plata’ para China…

Schwab da por hecho que no se podrá detener el ascenso chino, pero tendrá que ceder posiciones al globalismo. En el fondo, están siguiendo lo recomendado por Zbigniew Brzezinski: encontrar el modo de atraer a China a una alianza dentro de un gran mercado global y de seguridad geoestratégica, dejando a Rusia en un dilema (o se queda aislada o se suma). La cosa está clara…

¿Qué hizo Xi Jinping? Respondió: “El mundo no volverá a ser como antes” y que China estaba “siguiendo el camino hacia un país socialista moderno. Ahora, desempeñaremos un papel más activo para fomentar una globalización económica mundial que sea más abierta, inclusiva, equilibrada y beneficiosa para todos” y añadió: “Debemos dejar de imponer unos sistemas sociales y culturales por encima de otros”. En otras palabras: ‘sí’ al nuevo capitalismo global, pero “no se metan con nosotros”. Son señales de un acuerdo y no hay forma de equivocarse…

La verdadera negociación

Lo ocurrido durante el Foro virtual de Davos, es un mensaje directo contra el populismo nacionalista y proteccionista, que no contra el populismo abierto al nuevo globalismo. Las cabezas de la Comisión Europea, Alemania y Francia evitaron todo tema que pudiese echar a perder el acercamiento. Una negociación tan compleja no se resuelve en un foro ni en una mesa de negociación, pero no debemos olvidar que Biden y Xi Jinping ya habían conversado por teléfono, y sería ingenuo creer que el gobernante chino haya desestimado lo que hablaron…

Estamos hablando de una negociación en varios planos. En uno de ellos (Club Bilderberg), se está reformulando la relación entre la UE y Estados Unidos, afectada por la administración de Donald Trump. En otro (Foro Económico Mundial), se negocia ese ‘capitalismo corporativo de partes interesadas’: están montando un nuevo sistema global y las ‘partes interesadas’ son Estados Unidos y China, con sus respectivos aliados, donde el tema de Taiwán será un punto delicado…

Asimismo, tenemos el asunto de Vladimir Putin y el líder opositor Alexei Navalny que, pese a estar encarcelado, sigue siendo un dolor de cabeza para el primero. El próximo 19 de septiembre habrá elecciones parlamentarias, regionales y locales en Rusia y en 2024 efectuarán las presidenciales. Vladimir sabe que lo están ‘encapsulando’. Por eso, Valentina Matviyenco, presidenta del Consejo de la Federación (Senado), tronó contra las injerencias del exterior en los comicios. Es evidente que buscan reventar a Putin o, por lo menos, forzarlo a pactar y descarrilar el pretendido retorno de Trump al poder en Estados Unidos, donde ya se habla de fincarle responsabilidades por lo ocurrido en el Capitolio, aunque no haya prosperado el juicio político en el Senado…

En el movimiento pendular, a raíz del relevo en la Casa Blanca, México, Argentina y Brasil corrieron a refugiarse con China y Rusia en el tema de la pandemia y las vacunas, mientras Viktor Orban en Hungría hizo lo propio, rompiendo con la posición asumida por Bruselas en el mismo asunto…

¿Derivará este nuevo sistema global en un híbrido, mitad libre mercado y mitad autoritario, al estilo chino? Es posible, porque en el discurso oficial del Foro Económico Mundial la democracia se diluyó. ¿Se impondrá China y dejará a Occidente fragmentado en dos ‘archipiélagos de poder’, por lo menos? ¿Tienen sustento los temores de algunas corrientes católicas tradicionales, especialmente las aglutinadas en torno al Cardenal Gerhard Müller, en el sentido de que el ‘Gran Reinicio’ sería el proyecto de un mundo sin Dios, que fusionará al capitalismo con el socialismo comunista? ¿Nos encaminamos hacia “el control absoluto del pensamiento, el discurso y la acción”, en palabras del purpurado? Lo analizaremos en otro momento…

Queda pendiente analizar el impacto de este nuevo globalismo en otros ámbitos. En el mundo árabe y en el terrorismo islamista, así como en los vericuetos de la delincuencia organizada global, que también juega sus cartas. Pero en el Foro Económico Mundial se mandó un mensaje puntual: no tendrán cabida los opositores al tipo de globalización en ciernes y se enfila a su reunión presencial extraordinaria en Singapur (13-16 de mayo). Bajo advertencia, no hay engaño…

Hasta entonces…

Correspondencia: confinespoliticos@gmail.com