Vie. Nov 22nd, 2024

¿Francisco en tiempos del Apocalipsis? – Juan de Dios Andrade

En el tránsito de los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI al de Francisco, se ha registrado una fuerte pugna al interior de la cúpula eclesiástica. Al mismo tiempo, el forcejo adquiere tintes apocalípticos y hasta milenaristas. ¿Qué hay de cierto en todo eso?

CONfines Políticos

Unos, se preparan para ‘la madre de todas las batallas’, en lo que consideran es el inicio de los tiempos apocalípticos. Otros, llaman a ‘desafiar’ al Apocalipsis e igualmente se aprestan al combate. Mientras los segundos afirman que hay una malinterpretación constante de lo que dice el Pontífice, los primeros aseguran que también sus dichos son torcidos para dejarles en mal delante del Santo Padre. Y, en ambos casos, lo dicen figuras destacadas de la Iglesia Católica. ¿Qué está pasando? ¿Alguien trata de provocar una crisis generalizada y una ruptura o balcanización de los católicos? El tema es complejo. Vayamos por partes…

De entrada, la confrontación gira en torno a dos ejes: la pugna por el papado y la interpretación del Apocalipsis. No se trata de aspectos subsecuentes, sino de variables entremezcladas en un intrincado escenario proclive a las equivocaciones y, para empezar a analizarlo, debemos adentrarnos en las corrientes milenaristas…

La triple raíz ocultista de una disputa

Aunque el milenarismo tiene una larga historia, será con Joaquín de Fiore cuando adquiera su perfil más acabado, siempre considerando que sus textos fueron alterados por sus seguidores. Pero lo que nos interesa es que, a partir del siglo XII, se afianzará una visión histórica basada en el progreso y en el advenimiento de una etapa final de vida espiritual perfecta. Su interpretación en fases ternarias (las eras del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo), implicaba cierta insatisfacción: los joaquinistas pensaban que no bastaría con el retorno de Cristo y la simple idea de una tercera etapa así lo revela. Pronto, muchos franciscanos se vieron como la orden religiosa descrita por Joaquín de Fiore a la cabeza de la era espiritual que conduciría al fin de la Historia…

Gradualmente, el joaquinismo se fue mezclando con otras corrientes de carácter ocultista, con las sociedades secretas, la magia y la adivinación, alimentando de paso las herejías y los movimientos revolucionarios, hasta emparentar con la Modernidad: Saint-Simon, Hegel, Marx y muchos más…

Hacia mediados del siglo XVI, se publicaron las famosas profecías de Nostradamus, iniciándose un entusiasmo febril por conocer el futuro, sobre todo lo referente al Apocalipsis. En 1595, surgieron otras atribuidas a San Malaquías en la obra: ‘Lignum Vitae’ del benedictino Arnoldo Wion. Se trata de una serie de 111 papas, luego de los cuales sobrevendría el fin de los tiempos y del mundo. Pero no hay nada que vincule la ‘profecía’ con el presunto autor, además de que los papas anteriores a 1590 son descritos con precisión; no así los vicarios posteriores, que pueden ser entendidos de muchas maneras. Pese a que la falsedad del documento es evidente, no faltan los que identifican a Juan Pablo II con el Pontífice 110 y a Benedicto XVI con el 111 (el caso se enredó todavía más al ampliarse la lista a 112). ¿Qué estaba pasando en el siglo XVI? Tal vez la respuesta esté en el libro: ‘Últimas conversaciones’ (2016), entrevista que le hace Peter Seewald al Papa emérito, quien, al ser cuestionado al respecto, dice que entonces había una polémica con los protestantes, que afirmaban que el papado terminaría pronto. Al parecer, fue en los círculos de Felipe Neri en donde se elaboró la lista para ‘demostrarles’ que faltaba muchos para eso y, con tal de adquirir ‘autoridad’ y ‘alcurnia’, se la atribuyeron a Malaquías. Claro que, aprovechando la ocasión, se deseaba incidir en un cónclave en ciernes en aquel momento…

Pese a que, hoy, es difundida por corrientes ocultistas, ha sido usada por algunos tradicionalistas radicalizados para afirmar que Francisco no sería Papa legítimo y, por ende, habría que combatirlo hasta deponerlo, todo ello a las puertas del Apocalipsis. Esta sería la primera raíz del forcejeo en torno al Vicario actual, de cuño muy distinto al de la legitimidad relativa a la renuncia de Benedicto y al cónclave donde resultó electo Francisco, que abordamos en otra entrega…

La segunda raíz remite a otra ‘profecía’, atribuida a Anna Catalina Emmerick (siglo XIX), según la cual, en tiempos del Anticristo, habría dos papas enfrentados por el control de la Iglesia y el magisterio petrino. Sin embargo, al consultar el texto en cuestión, uno se encuentra con que no es una ‘profecía’ sino una ‘visión’ sobre Bonifacio IV (principios del siglo VII) y Pío VII (principios del siglo XIX), que no habla de enfrentamiento alguno entre dos pontífices. Está en el capítulo XI de la Segunda Parte (Visiones Generales) y no hay forma de hacerla valer para Benedicto y Francisco, ni para el tema del Anticristo, además de que hay que leerla con las debidas reservas por las adiciones hechas a tres manos, sobre todo por Clemente Brentano…

Pero lo que sí es verdad es que fue utilizada por la falsa vidente María Divine Mercy (MDM) y la secta del llamado ‘Niño Jesús de Gallinaro’, creadores de la peregrina idea de que la ‘profecía’ se refiere a la Iglesia posterior al Vaticano II y a los dos papas actuales. Detrás de los mensajes de MDM (publicados en una página web de 2011 a 2015) se encontraba la irlandesa María Carberry, que se hizo con una fuerte suma de dinero estafando a incautos. Adoptando un aire apocalíptico, pregonaba los ‘últimos tiempos’ y llegó a ‘predecir’ que Benedicto sería expulsado por un complot de cardenales y que convocaría a rebelarse contra el nuevo Vicario. Luego, llamó ‘falso profeta’ y ‘usurpador’ al Papa Francisco, que pronto caería dando paso al retorno de Benedicto. La secta Gallinaro, a su vez, se orquestó en torno a otra falsa vidente, Giuseppina Norcia (fallecida en 1989) y su yerno, el ‘profeta’ Samuel. Será precisamente el ‘profeta’ quien llame a la rebeldía cismática y a rechazar los sacramentos, así como al Papa Francisco por ‘blasfemo’ y ‘herético’. Señalando a la Sede papal como la ‘Babilonia’, afirmó que Dios envió a su Hijo en 1947 (año en que Giuseppina decía que se le había aparecido el Niño Jesús) para refundar su Iglesia y que no debía obedecerse al ‘falso Papa’. Como suele ocurrir en estos casos, incluye una trama de intereses económicos y mobiliarios. En junio de 2016, el Papa Francisco excomulgó a la secta de Gallinaro…

La mayoría de los tradicionalistas condenaría tanto a MDM como a los Gallinaro, pero el riesgo es que los que cuestionan al Papa, sospechando de su magisterio, podrían terminar compartiendo una misma matriz argumentativa con ellos, en un cruce de caminos de corriente milenaristas y ocultistas con las ‘profecías’ atribuidas a San Malaquías, a Emmerick y a los falsos videntes…

La tercera raíz se entrevera en los pasillos de eclesiásticos encumbrados, con los consiguientes efectos entre la ‘tropa’, que tiene mucho de inquietante y de novelesco. Veamos…

¿Pasadizos secretos?

En septiembre de 2015, se presentó el libro: ‘Godfried Danneels: biografía’ de Karim Schelkens y Jürgen Mettepenningen, una verdadera ‘bomba mediática’, porque el Cardenal Danneels aceptó que formaba parte de un grupo de cardenales centroeuropeos que apostó por impedir que Ratzinger fuese Papa, oponérsele en caso de que resultase electo y, luego, preparar una nueva sucesión. En Bruselas, Danneels llamó jocosamente ‘mafia’ a ese grupo que, por haberse reunido en la Abadía de San Galo (Suiza), pronto fue conocido como: ‘La mafia de San Galo’. El objetivo habría sido iniciar una etapa ‘modernizadora’ en la Iglesia. Sin embargo, en 2014 ya se había publicado otro de Austen Ivereigh: ‘El gran reformador: Francisco y la hechura de un Papa radical’, en donde se afirma que, en 2013, previo al cónclave, los cardenales Murphy-O’Connor (de quien Ivereigh había sido director de relaciones públicas), Kasper, Danneels (que por edad quedaba fuera del cónclave) y Lehmann, consensaron con Bergoglio el impulsarlo al papado. Todos negaron la versión y ahora la pregunta era: ¿Cuándo mintió Danneels, en 2014 o en 2015? Porque en Bruselas reconoció lo que antes había negado…

Según la información vertida por Danneels, el grupo de San Galo estaría conformado por él y por Carlo María Martini, Achille Silvestrini, Walter Kasper, Karl Lehman, Basil Hume y Adriaan Van Luyn. Prestar atención a los decesos y a los que no podían estar en el cónclave por edad, basta para dudar de lo dicho y no está de más saber que al propio Juan Pablo II ya le habían llegado rumores sobre las reuniones en la Abadía suiza y, por ello, envió al Cardenal Camillo Ruini, quien le reportó que no había encontrado nada sospechoso. Asimismo, el hecho de que el Cardenal belga viniese envuelto en un escándalo pederasta (del Obispo de Brujas) o relativos a sus opiniones sobre ética sexual (matrimonio homosexual y el aborto en Bélgica), indicaba una confrontación. Veamos la secuencia de hechos en el pontificado de Benedicto XVI: sanciones al P. Marcial Maciel, campaña mediática difamatoria contra el papado, los ‘Vatileaks’, el viaje a México y Cuba (tras del cual el Papa empezó a sopesar su renuncia) y la conclusión de la investigación encabezada por el Cardenal Herranz (que vimos en otro análisis). En ese contexto, María Carberry empezó a ‘vaticinar’ que el Pontífice sería forzado a dejar el cargo por un grupo de cardenales, vino la dimisión de Benedicto, el libro de Ivereigh y la biografía de Danneels…

¿Fueron las declaraciones de Danneels una provocación dirigida a los tradicionalistas o un caso de vanidad? Porque también dijo que las líneas que estaba desarrollando Francisco eran las que ellos habían tratado en San Galo. No olvidemos que, como Arzobispo de Buenos Aires, Bergoglio había aclarado su posición sobre el matrimonio homosexual, al afirmar que era para destruir el plan de Dios y “una ‘movida’ del Padre de la Mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios”. ¿Había simpatía y, a la vez, diferencias entre Francisco y Danneels? El Cardenal belga era considerado cercano a Juan Pablo II, aunque tampoco coincidían en muchas cosas. En los hechos, le había dado a Francisco el ‘beso de la muerte’. De haber existido una maniobra en los cónclaves de 2005 y 2013, todos los implicados estarían excomulgados. A la muerte del purpurado, el Papa Francisco dijo que había estado “Atento a los desafíos de la Iglesia contemporánea” …

Sería interminable narrar todos los jaloneos entre ambos bandos, pero es necesario precisar que abarcan una amplia cantidad de corrientes y grupos que sólo en parte coinciden entre sí. Por ejemplo, algunos cuestionan ciertas decisiones y afirmaciones del Pontífice, pero no todos están dispuestos a llegar al choque frontal y, menos, a la desobediencia, igual que Francisco no coincide en todo con el sector liberal y progresista. Así es como deben analizarse lo ocurrido en torno a Viganò, cuando pidió a Francisco que renunciase, y el asunto del libro sobre el celibato sacerdotal, que motivó la petición de Benedicto XVI de que su nombre fuese retirado…

En octubre de 2015, un mes después del libro sobre Danneels, el sacerdote polaco Krzysztof Charamsa hizo pública su homosexualidad. Charamsa había sido una figura destacada en la Congregación para la Doctrina de la Fe y sostuvo que había muchos como él, incluyendo cardenales. Todo indicaba la existencia de un ‘lobby gay’. Pero ¿hasta qué punto era real? Porque lo que se veía era una enorme campaña mediática muy crítica…

Tampoco podemos olvidar el caso de los ‘Vatileaks II’, que derivó en enjuiciamiento de Lucio Vallejo Balda y Francesca Immacolata Chaouqui, entre otros, por filtrar documentos relativos a las finanzas del Vaticano y a hechos sexuales bochornosos de la curia y personalidades de las finanzas, la política y el crimen organizado. Vallejo sostuvo que Chaouqui era parte de los servicios secretos, con nexos con la Mafia y ella respondió que él era homosexual. Será en ‘Últimas conversaciones’, ya mencionado, donde Benedicto XVI reconocerá la existencia de un pequeño ‘lobby’, que desarticuló, a la par de ratificar que nadie lo obligó a renunciar y aceptar sus limitaciones en el cargo. El tema gay es delicado, porque será usado por los adversarios de la Iglesia para desprestigiarla y atacar al papado…

¿Servicios secretos? ¿Mafia? Al margen de la pugna entre liberales, ultraliberales, progresistas, tradicionalistas, conservadores, ultraconservadores, integristas y los que deseen agregar, gravitan otros poderes fácticos. Algunos historiadores dan por sentados los vínculos entre la Masonería y la Mafia desde los orígenes de la segunda, que pronto se ampliaron a los partidos Liberal, Demócrata Cristiano y Comunista. Sin embargo, se fortalecieron durante las décadas de los sesenta y setenta, lo que condujo a corromper a eclesiásticos y al quebranto financiero que terminó afectando al Vaticano. En el tránsito hacia los años ochenta, también se acentuaron las relaciones con los servicios secretos. Fue entonces cuando campeó la corrupción y el desenfreno. En eso, se fueron sumando la Camorra y la temible ‘Ndrangheta…

¿Fue lo anterior parte del reto al que se enfrentaba Benedicto XVI o son grupos que aprovechan la coyuntura para sacar ventaja? En su momento, Juan Pablo II hizo señalamientos muy serios contra la Mafia y no aceptó entablar relaciones con la Masonería, y Francisco culminó el proceso para transparentar las finanzas del Vaticano. En los pasadizos de esas sociedades secretas hay una larga tradición que remite al milenarismo de cuño joaquinista, mezclado con el ocultismo…

¿Estamos viviendo tiempos apocalípticos? Desde que era Papa en funciones, el lenguaje de Benedicto XVI se encaminó a sopesar esa posibilidad. Lo veremos en otra entrega…

Hasta entonces…

Correspondencia: confinespoliticos@gmail.com