Eurasia ya no es lo que era – Juan de Dios Andrade
Estamos dejando atrás el concepto de Eurasia como lo pensó Halford John Mackinder, para dar paso a una Eurasia más global. Tres proyectos se disputan la preeminencia en la ‘Isla del mundo’. ¿Cuál prevalecerá?
CONfinesPolíticos
La geografía cambia con lentitud extrema. De manera natural, hacen falta milenios para que algo se modifique en la faz de la Tierra. Pero lo que sí se modifica con mayor rapidez es la importancia que tienen para nosotros determinados enclaves que, por los motivos obvios, rebasan con mucho los límites de la Geografía para convertirse en Geopolítica. Sin embargo, no estamos hablando sólo de ‘nociones geopolíticas’. Aunque tiene su peso específico, no todo es cuestión de ‘pensar’. Algunas realidades geopolíticas también se relacionan con las situaciones, las coyunturas y las condiciones tecnológicas, históricas, sociales, económicas y, obviamente, políticas…
El concepto de Eurasia surgió cuando despuntaba el siglo XX y las tesis del fracaso de Occidente comenzaban a campear. Sin duda, esta visión pesimista iba de la mano de los efectos negativos del colonialismo, de la pobreza y la marginación de la Revolución industrial, del capitalismo y del liberalismo triunfantes, pero sobre todo del fracaso de la Modernidad ilustrada. Las dos guerras mundiales vinieron a confirmar esa sensación de descarrilamiento. El llamado ‘paraíso terrenal’, prometido por los hombres de la Modernidad, había devenido en infierno…
Eso fue lo que hizo pensar a Halford John Mackinder en el declive de Occidente y el cambio del centro de gravedad geopolítica a favor de Oriente. Lo que él llamó ‘Eurasia’ vendría a ser no sólo la beneficiaria del cambio de paradigma, sobre todo Rusia, sino el ‘Heartland’, el ‘Corazón de la Tierra’. El que controlase dicho ‘Corazón’ controlaría a la ‘Isla del mundo’ y, por ende, al mundo entero…
Lo único que podría impedir ese movimiento pendular geohistórico era que ‘alguien’ se atravesase y le arrebatase a Rusia el honor de liderar el orbe. Eso fue precisamente lo que quiso hacer Alemania, primero con el káiser Guillermo II y, luego, con Hitler. Y todos sabemos cómo terminó esa Historia…
Mackinder quedó atrás
La tesis propuesta por Mackinder fue genial y explica geopolíticamente mucho de lo ocurrido a lo largo del siglo XX. Tratando de cercar a Eurasia por parte de las potencias occidentales y buscando desbordar los mecanismos de contención por parte de Rusia, la disputa por Europa oriental, el Medio Oriente, Asia Central, Asia índica y, así, hasta llegar al Extremo Oriente, se convirtió en motivo de casi todas las disquisiciones geopolíticas y también de las guerras…
Mas nadie puede dejar de ser hijo de su tiempo y Mackinder no fue la excepción. Los alcances y limitaciones de su pensamiento geopolítico estuvieron encuadrados en el escenario de los imperios nacionales y el declive del Occidente de entonces no es el mismo del de ahora. Si algo ha demostrado lo que llevamos del siglo XXI, es que con Estados Unidos termina la era de los imperios nacionales. Tuvo razón Zbigniew Brzezinski al decir que el dilema de Estados Unidos era dominar o liderar al mundo…
El concepto mismo de Eurasia, ideado por Halford John Mackinder, se basó en la noción de ‘imperio nacional’ y, hoy, está surgiendo un nuevo tipo de Eurasia más allá de lo nacional. El pensamiento de Mackinder está llegando a su fin…
La Eurasia global
Es evidente que China ha modificado el concepto eurasianista, que suponía a Rusia como el punto central del ‘Heartland’. Al recuperar China su autoconcepción como el ‘imperio del centro’, eso cuestiona el papel de Rusia como tal, aunque ahora tengan acuerdos e intereses en común. Con sus diferencias notables, es similar a la confrontación entre la Alemania de Hitler y la Rusia de Stalin por el control euroasiático, luego de haber sido aliadas…
Lo que les quiero decir es que, en estas dos primeras décadas del siglo XXI, a Eurasia le surgieron dos ‘corazones’ y Xi Jinping y Vladimir Putin saben que Eurasia no puede tener dos centros ni dos periferias. Tarde o temprano, el asunto tendrá que resolverse por la vía que sea y ojalá opten por la vía pacífica…
Si con Estados Unidos está terminando la era de los imperios nacionales, estamos entrando de lleno a la de las potencias globales y las redes de las ciudades de la misma naturaleza. Eurasia misma ya no puede ser entendida como realidad ‘nacional’ sino como una Eurasia global. Xi Jinping pretende que China sea el nuevo ‘Heartland’ euroasiático en detrimento de la Rusia de Vladimir Putin, a la par de maniobrar tratando de que Estados Unidos quede fuera del escenario de la nueva Eurasia y de la preeminencia global…
El tercer ‘corazón’ de Eurasia
Así como el proyecto geoestratégico de Xi Jinping modifica el escenario eurasianista de Putin, la crisis de la inmobiliaria Evergrande, que se encuentra en ‘quiebra técnica’ y el pacto Aukus cambian el escenario sino-ruso, como vimos en otra entrega, al configurar una realidad geopolítica distinta en el Indo-Pacífico…
El juego estratégico de Joe Biden implica el surgimiento de un tercer ‘Heartland’ en los bordes de Asia y en las aguas de dos océanos que tendrán un papel clave en el desenlace de la confrontación por la ‘Isla del mundo’…
Si lo vemos bien, algunas decisiones de Donald Trump han sido igualmente desbordadas. Ya no es cuestión de una disputa entre Occidente y una empresa de teléfonos y sistemas digitales. Atraída China a la reformulación del imperativo de contar con un nuevo sistema de seguridad global, con motivo del pacto Aukus, el forcejeo con Taiwán por el ingreso a los acuerdos indo-pacífico y luego de las señales que se enviaron Biden y Xi Jinping durante la reciente Asamblea General de la ONU, no tenía caso continuar enfrascados en el tema Huawei y Meng Wanzhou, porque, como sea, era herencia de la administración Trump…
De paso, el retorno a China de la hija de Ren Zhengfei, fundador de Huawei, es una cortesía hacia el gobernante chino, por la tensión existente entre la élite política y la cúpula de los hombres de negocios en aquel país. Suficiente tiene Xi Jinping con neutralizar los efectos del descalabro de Evergrande, como para darse el lujo de que el malestar de grupos económicos se fuese sumando y no debemos olvidar el peso que tienen algunos de ellos al interior del Partido Comunista Chino…
Del otro lado del caso Huawei, está Xu Jiayin (también conocido como Hui Ka Yan), fundador de Evergrande, un magnate con peso e influencia al interior del Partido en el poder, y tampoco debemos olvidar los efectos de la caída en desgracia de Jack Ma, creador de Alibaba. Una cosa es que Ren Zhengfei no forme parte del Partido Comunista, por su participación en el Ejército Popular de Liberación y los nexos de su familia con el KMT, y, otra, el que no sea importante…
Más allá de la Esfera de la Co-Prosperidad
No está de más tener presente que la liberación y regreso de Meng Wanzhou a su país, fue en el contexto la primera reunión de jefes de Estado y de gobierno del Diálogo de Seguridad Cuadrilateral (Quad) en Washington, entre Joe Biden (Estados Unidos), Yoshihide Suga (Japón), Scott Morrison (Australia) y Narendra Modi (India). La India ha dejado atrás su participación en lo que fue el Movimiento de los No Alineados durante la Guerra Fría, para entrar sin sombra de dudas en la configuración del Indo-Pacífico…
A estas alturas, todos los actores geopolíticos ya saben que el proyecto Indo-Pacífico pasa por superar el recuerdo de lo que fue la Esfera de la Co-Prosperidad en Asia, para impulsar “un Indo-Pacífico libre y abierto”. En lo anterior, será vital el trabajo conjunto de la India y Japón…
Al otro extremo de Eurasia, se ha entrado en el proceso para relevar a Ángela Merkel, con un resultado electoral ajustado entre la Socialdemocracia y la Democracia Cristiana. Sin duda, la composición de gobierno implicará acuerdos, coalición y concesiones, pero, especialmente, que quien resulte canciller no podrá deshacerse del todo del legado de Merkel. Un resultado como el de las elecciones alemanas indica que ninguno de los candidatos más importantes convenció al electorado de manera contundente y el que gobierne tendrá que cobijarse con lo hecho por la señora…
Mientras tanto, podría ser la oportunidad para que Francia se convierta en el nuevo eje de la Unión Europea. Vamos a ver si las cosas favorecen a Emmanuel Macron…
Hasta entonces…
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