¿Están planeando la muerte de Putin? – Juan de Dios Andrade
¿Hay una lucha por el poder en Rusia o son sólo fisuras lógicas por la tensión? ¿Usará Rusia armas nucleares o químicas en Ucrania o es sólo un instrumento para presionar? ¿Hay alguien planeando la muerte de Vladimir Putin? ¿De qué lado va a jugar México?
CONfines Políticos
Las cosas no van bien para Vladimir Putin. Sigue aumentando el riesgo de empantanarse en Ucrania y se registran incoherencias en el discurso oficial. El martes 18 de marzo, en el estadio de Moscú, Vladimir afirmó que todo iba bien en la campaña militar, en un discurso que no pudo ser visto por todo el país porque falló la transmisión (otra mala señal). El martes 22, Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, reconoció que no han logrado ninguno de los objetivos militares en Ucrania. El precio que se está pagando ya es muy alto. El domingo 20 de marzo, el periódico ruso Komsomolskaya Pradva, muy cercano a Putin, publicó un informe fijando el número de muertos en 9.861 y 16.153 heridos, citando al Ministerio de Defensa de Rusia. Poco después, quitaron el dato de la página web. Ese mismo día, el presidente de Ucrania, Volodomir Zelenski, afirmó que el número de bajas rusas era de unos 14.000. Para darnos una idea de la magnitud, meterse en Afganistán le costó a la entonces Unión Soviética casi 15.000 bajas (1979-1989, años en que apoyó al gobierno de la República Democrática de Afganistán). Sean 10 o 14 mil los rusos muertos al invadir Ucrania, el balance se hizo poco antes de cumplirse el mes, indicador de lo que podría significar en pérdida de vidas humanas para Rusia de alargarse el conflicto…
No se trata de una reedición de lo que fue la ‘Operación Ciclón’ en Afganistán sino de una reinterpretación geopolítica, puesto que los que entonces apoyaron a los muyahidines (y a todos los opositores al gobierno socialista) hoy se encuentran en bandos distintos y China batalla por convertirse en la superpotencia del siglo XXI en detrimento de Estados Unidos. Pero el objetivo es el mismo: apoyar a los ucranianos con recursos económicos y militares, para que Putin pague un precio muy alto y colapse…
La fisura de Vladimir
El miércoles 23 de marzo, la OTAN estimó que las bajas rusas oscilaban entre 7.000 y 15.000, cuyo informe se elaboró con tres fuentes: información del gobierno ucraniano, lo publicado por un periódico simpatizante del Kremlin (arriba indicado) y la inteligencia de fuentes abiertas…
Hay una guerra de información y desinformación entre aparatos de inteligencia, que se puede apreciar tanto en los medios de comunicación como en las redes sociales, lo que hace incierta la verdadera situación. Sin embargo, hay un dato contundente que sirve para orientarnos: Vladimir no ha logrado sus objetivos militares en Ucrania. O fallaron los análisis de inteligencia o se tomó una mala decisión desestimándolos…
El video de la reunión del Consejo de Seguridad, cuando Vladimir Putin humilla a Serguéi Naryshkin, jefe del Servicio de Inteligencia Exterior, revela una discrepancia delicada. Mientras Putin afirmó que el tema era el reconocimiento a la independencia de Donetsk y Luhanks, Naryshkin dijo que era mejor darle una última oportunidad a la negociación. Vladimir deja de presionarlo cuando Serguéi le dice lo que quiere oír. Interesante revelación de una fisura en el jerarca ruso: a veces toma decisiones desoyendo al aparato de inteligencia o al que disienta…
De un lado, se tomó una mala decisión, pero también hubo un error de cálculo en el sistema de inteligencia y eso ha acentuado los desacuerdos en los círculos de poder del Kremlin, en donde se advierten algunas grietas y principios de división, desde antes del ‘baile de las cifras’ por las bajas en Ucrania. Por eso, desde el 16 de marzo, durante una reunión de ministros, Vladimir Putin tronó contra los ‘traidores’, contra la ‘escoria’ de las clases altas, “que ganan su dinero aquí, pero que viven allá (Occidente)”. No se refería a geografía sino a mentalidad e intereses, prometiendo una ‘autolimpieza’. Las reacciones no se dejaron esperar. Mijail Kasyanov, su otrora aliado y que fuera su primer ministro a su llega al poder, lo acusó de pretender destruir a Rusia y de amenazar con la represión generalizada contra los que estén en desacuerdo con él. ‘Limpios’ e ‘impuros, ‘amigos’ y ‘enemigos’. Esos son los parámetros del mensaje de Putin…
Una semana después, Anatoly Chubais, que fuera el jefe de Vladimir cuando empezó a trabajar en el Kremlin, renunció al cargo de enviado especial para el clima y a asesorarlo. Extraoficialmente, se dijo que fue por desacuerdos sobre la invasión a Ucrania, aunque en algunos enclaves opositores, empezando por el de los seguidores de Alexei Navalny, creen que algunos de los integrantes de la cúpula del poder empiezan a sentir la presión de las sanciones sobre sus negocios personales. Chubais abandonó el país y, según se filtró, se fue con su esposa a Turquía…
Chubais fue el principal operador de las privatizaciones durante el gobierno de Boris Yeltsin y se le considera el ‘padre’ de los oligarcas rusos de aquel momento…
El camarada incómodo
Cuando despareció el KGB (Buró para la Seguridad del Estado), se procedió a prácticamente refundar los servicios de inteligencia rusos. Se creó el Servicio Federal de Seguridad (FSB, principal responsable de la seguridad nacional), a cuya cabeza está Alexander Bortnikov y que responde directamente a Putin. También se creó el Servicio de Inteligencia Exterior (SVR o CBP), hoy a cargo del mencionado Serguéi Naryshkin y que igualmente depende directamente de Vladimir…
Aunque existen otras instancias, con las dos mencionadas podemos visualizar lo delicado de haber invadido a Ucrania con el desacuerdo de Naryshkin, que no inició con lo ocurrido en la reunión del 23 de febrero sino mucho antes. Tan fue así que el SVR debió encargarse de sopesar los factores de riesgo, pero Vladimir Putin se lo encargó previamente a Bortnikov. ¿Cómo fue posible que Putin cometiese un error tan elemental, al encargarle el análisis a Seguridad Nacional y no a Inteligencia Exterior? Orgullo, de un lado; forcejeo en la cúpula del poder, del otro. Claro está…
Esto es lo que explica los desatinos rusos en Ucrania, los enormes problemas logísticos, la lentitud de los avances y los retrocesos, así como la enorme pérdida en vidas para Rusia. Pero no estamos hablando sólo de ‘tropa’, que, por cierto, tiene una importante porción que no es profesional, sino también de bajas en los altos rangos de las fuerzas armadas. Nada más el sábado 19 de marzo se dio a conocer la muerte del general Andrei Sukhovetsky, comandante general de la Séptima División Aerotransportada rusa y subcomandante del 41° Ejército de Armas Combinadas, a manos de un francotirador. Era un hombre de mucha experiencia por la guerra en Siria y la anexión de Crimea. Propios y extraños coinciden en que ha sido un golpe durísimo para Putin y no es el único general ruso caído en Ucrania, lo que está haciendo crecer el malestar hasta en las familias de los militares. No calibraron debidamente ni la feroz defensa de la resistencia ucraniana, ni la participación de francotiradores expertos nacionales y extranjeros…
Por el error cometido, Putin afectó su relación con Naryshkin y con Bortnikov, y así como hubo consecuencias en el campo de batalla, también las hubo al interior de los círculos del poder ruso. Tratando de evadir la responsabilidad, Vladimir destituyó a varias generales, culpándolos de lo que ya parece un desastre en Ucrania y adoptó una actitud paranoica que explica lo de la ‘autolimpieza’ contra los ‘traidores’ y la ‘escoria’. Asimismo, Dmitry Medvedev, subdirector del Consejo de Seguridad, cesó a Vyacheslav Ushakov, subdirector a su vez del FSB. Alguien tenía que pagar y no podía ser Bortnikov…
Dos días después de la muerte del general Andrei Sukhovetsky, la Dirección de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Kiev afirmó que está en marcha un plan en Rusia para matar a Vladimir Putin, principalmente mediante envenenamiento y que lo estaría planeando parte de la élite rusa, entre ellos miembros del Kremlin. La intención sería colocar en su lugar a Alexander Bortnikov, para cancelar la invasión a Ucrania y rehacer las relaciones económicas con Occidente y no debemos olvidar que Bortnikov representa el poder económico del FSB…
Sólo hay dos posibilidades y ambas son delicadas: o es verdad o se trata de otra cosa. Si fuese lo primero, significa que los desacuerdos se han convertido en rupturas y se potenciará la paranoia de Putin. Les recuerdo que cuenta con un círculo de seguridad que prueba lo que va a comer y beber, previendo que traten de envenenarlo. Si fuese lo segundo, se abren dos opciones: o es una ‘manzana envenenada’ para atizarle a las luchas intestinas por el poder, tratando de provocar algo similar a las purgas de Stalin o es una ‘propuesta’. Es decir: el aparato de inteligencia militar de Ucrania le estaría proponiendo a Bortnikov la conveniencia de deshacerse del ‘camarada incómodo’ y que desde Occidente se vería con buenos ojos el ascenso del jefe del FSB. En los hechos veremos cuál es la interpretación acertada…
En la misma información vertida, se dio a conocer que, a través de Ucrania se está ofreciendo asilo e inmunidad a los diplomáticos que abandonen a Putin. Obviamente eso incluye al personal infiltrado por el SVR de Serguéi Naryshkin…
¿Hay alguien en Rusia planeando la muerte de Vladimir Putin o es una propuesta del exterior? Esa es la pregunta…
En dicho contexto, se dio a conocer la ‘desaparición´ de Serguéi Shoigú, ministro de Defensa, de los medios de comunicación desde el 11 de marzo. Lo raro del caso es que, primero, se dijo que estaba atendiendo algunos problemas de salud (al parecer cardíacos) y, luego, se dijo que se debía a sus “muchas preocupaciones relacionadas con la operación militar”, y hasta se dio a conocer un video con interferencias y sin sonido, en el cual aparentemente participa en una reunión en línea con Putin. Shoigú es un personaje muy popular, con mucha presencia en los medios y en las redes sociales, y se le considera el sucesor de Vladimir…
Algo similar ocurre con Valeri Guerásimov, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, del cual tampoco se tiene noticia. ¿Qué está pasando en el entorno de Vladimir, porque no parece ser una estrategia de seguridad y la ausencia de ambos está generando muchas dudas sobre la cohesión de la élite en el poder…
Mensajes trasatlánticos
En la víspera de las reuniones de la OTAN y del G7 con la presencia de Biden, Rusia blandió que exigirá pagos en rublos por el gas que vende a Europa, refiriéndose a “países hostiles”. Si fue para rescatar al rublo de la depreciación que tiene, tuvo un efecto pasajero. Hay contratos firmados y pretender cambiar la moneda de pago implicaría romperlos. Si quería marcar la agenda de la cumbre de la OTAN y del G7, no le resultó bien. Los encuentros tuvieron como punto de partida el fracaso de Rusia en Ucrania y no fue para efectos de propaganda. La preocupación estriba en que, ante el empantanamiento de la invasión, Putin puede caer en la tentación de recurrir a medidas extremas, como el uso de armas nucleares, químicas o biológicas. La advertencia fue clara: habrá nuevas sanciones a Rusia y de usarse ese tipo de armas en Ucrania, la OTAN responderá…
La duda consiste en si Putin podría llegar a esos extremos o si está ‘dragoneando’ para forzar una negociación. Es decir: ante el fracaso de un triunfo rápido en Ucrania, introduce el tema de las armas nucleares para ‘aterrorizar’ a Occidente e imponer sus condiciones…
Pero lo único que ha logrado Putin es aislarse, ser sancionado, cohesionar a la OTAN (luego del estado en que la dejó Donald Trump) y darle prestigio a Volodomir Zelenski (antes cuestionado por algunos aspectos de su vida pública y privada). Al margen de lo que resulte, es evidente que en el Kremlin se cometió un error grave y no han encontrado el modo de subsanarlo…
Como si se tratase de una especie de síndrome, en cada ocasión nunca faltan los que creen que van a ganar fácilmente o en breve, y traban combate con singular alegría. Por ejemplo, en las dos guerras mundiales hubo una euforia en algunos países, como si la guerra fuese algo deseable o la ocasión para lograr un timbre de gloria, pensando que volverían a casa en unos cuantos días o antes de que se enfriase la cena. El resultado fue la muerte, el sufrimiento, la amargura y la quiebra generalizada. Pero no aprendemos de nuestras desgracias…
Mientras tanto, ocurrieron dos hechos íntimamente relacionados con la disputa por Ucrania y Eurasia. Uno fue el acercamiento del PT y MORENA con el embajador ruso en México, con el consiguiente reclamo por parte del embajador de Estados Unidos, Ken Salazar. El segundo fueron las afirmaciones de Glen VanHerck, jefe del Comando Norte de Estados Unidos, durante una sesión con el Comité de Servicios Armados del Senado, en el sentido de que el Departamento Central de Inteligencia o Agencia de Inteligencia Militar de Rusia (GRU, un grupo ultrasecreto) tiene más agentes destacados en México que en cualquier otra parte del mundo. Esto a pregunta expresa sobre los nexos de la delincuencia organizada con diferentes grupos de poder. No creo que haya sido un comentario casual el de VanHerck y aunque no hubo preguntas por ser una sesión pública, fue un claro mensaje para el gobierno mexicano. En pocas palabras, le están exigiendo un deslinde en un momento clave de la confrontación geopolítica del siglo XXI y eso incluye a China…
En otro plano, habrá que analizar la consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María, por parte del Papa. Muchas cosas se están decidiendo…
Hasta entonces…
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