Lun. Nov 25th, 2024

El poder de una fábula de Fedro – Juvenal Cruz Vega

¿Fueron los grandes fabulistas sólo ‘cuentistas’ o transmisores de una sabiduría y una crítica social y política? Cayo Julio Fedro ha sido uno de esos grandes fabulistas que supo entender la naturaleza del poder de los tiranos y las formas en que la sociedad los asumía, pero también de los graves males que podían cundir entre la gente. En Fedro hay una herencia intelectual que sigue vigente y Juvenal Cruz Vega nos introduce en ella.

El método ecléctico analógico y la enseñanza de la lengua latina

Juvenal Cruz Vega

Director

Escuela de Lenguas Clásicas Fray Alonso de la Veracruz

Una sociedad con un poderoso. Caius Fedrus.

Citado por Agustín Mateos Muñoz. Gramática latina

Editorial Esfinge, Vigésima tercera edición, México 1986, p. 238.

El poder empuja a la gente a fingir y a no ser sincera

1). Texto bilingüe

Nunquam est fidelis cum potente societas:

Testatur haec fabella propositum meum.

Vacca et capella et patiens ovis iniuriae,

Socii fuere cum leone in saltibus.

Hi cum cepissent cervum vasti corporis,

Sic est locutus, partibus factis, leo:

“Ego primam tollo, nominor quia leo;

Secundam, quia sum fortis, tribuetis mihi;

Tum, quia plus valeo, me sequetur tertia;

Malo afficietur, si quis quartam tetigerit”. Sic totam praedam sola improbitas abstulit.

Una sociedad con un poderoso nunca es sincera. Esta fabulilla pone por testigo mi propósito. Un día una vaca, una cabrita y una oveja que sufría una injusticia fueron socios del león en una cacería. Y estos cuando hubieron atrapado un ciervo de buen cuerpo, y mientras hacían las partes, el león habló así: “Yo me llevo la primera parte, porque me llamo león; la segunda parte ustedes me la entregarán, porque soy fuerte. Después, la tercera parte me tocará, porque soy el más fuerte. Y si alguien tocara la cuarta parte, sufrirá una desgracia.” De este modo, solo el más abusivo se llevó toda la presa.

Fedro entendió la naturaleza de las tiranías

2). Noticia biográfica y cultural sobre Cayo Fedro

Esta fábula siempre estará actual; más cuando se trate del poder y la política, y concretamente de la tiranía. Más que una sociedad o alianza, como suele hablarse cuando se habla en la actualidad en los partidos políticos, se trata de una hegemonía o una de una coalición, donde el jefe o el tirano une a todos a su equipo, sólo para la cacería, pero a la hora de la repartición de la presa, éste se queda con las cuatro partes, y no sólo con la mayor parte, de otra forma como se expresa en un dicho México: “salió más cabrón que bonito). El mensaje es actual e interesante: “Y si alguien tocara la Cuarta, sufrirá una desgracia”. Y de este modo el abusivo se llevó toda la presa. 

Así, pues,Cayo Fedro fue un esclavo tracio y letrado, maestro del primer emperador romano, y con justa razón es conocido como liberto de Octavio César Augusto. Era versado en griego y latín. De tal modo que conocía perfectamente las fábulas de Esopo, las cuales estaban escritas en prosa, y por gusto de su discípulo, las puso en verso y en lengua latina. Nació en el año 30 antes de J.C, y murió de edad avanzada en el año 44 después de Jesucristo.

De él conservamos cinco libros de fábulas en verso, cuyos asuntos están tomados casi enteramente del griego Esopo y constituyen una dura crítica de las costumbres de su tiempo. Sus autores favoritos eran Esopo, Sócrates y Menandro. En estos autores el fabulista expresa algunas respuestas en contra de sus retractores.

Sus fábulas están escritas en verso, en senario yámbico, y persiguen el doble objetivo de aconsejar y entretener, pero también de intrigar. Por lo general son de carácter grave y satírico con referencias a las injusticias de la vida y a los males sociales y políticos, aun cuando en ocasiones resultan más ligeras y divertidas.

 En Fedro, el moralista supera al poeta. Brevedad, sencillez y claridad son las características de su estilo, a veces seco y frío. Las fábulas de Esopo han servido de inspiración a Jean de La Fontaine, Iriarte, Samaniego, muchos fabulistas de la Edad Media y otros más de nuestro tiempo.

3). Acercamiento al método ecléctico analógico

Partimos de la noción de método desde su etimología con el fin de sumergirnos a este largo sendero del humanismo clásico. Las palabras griegas μετά y δός han servido para componer la palabra método, de cuya composición es el término griego μέθοδος que luego pasó a la lengua latina methodus, y finalmentellegó hasta nosotros cargada de una rica semántica con la palabra “método” y significando: el camino para llegar a la meta”.

De esta manera he tomado la noción de método como “un conjunto de procedimientos ordenados y sistematizados encaminados a un fin”. Séneca tiene una cita hermosa que hace que el camino, siendo muy extenso y pesado sea agradable y menos riguroso a través de los ejemplos, pues “el método es difícil por sus preceptos y breve y eficaz por sus ejemplos (Longum iter est per praecepta breve et efficax per exempla)” [1].

El método utilizado para la enseñanza de la lengua latina está basado en otros métodos de sobra conocidos, pues en la trayectoria y en la experiencia de la enseñanza he descompuesto muchos de ellos, con el fin de edificar uno nuevo, el cual he llamado método ecléctico analógico.

Aun cuando el término ecléctico ya es añejo, tiene un contenido muy bien nutrido y seleccionado. Fue usado en Alejandría en el auge de su cultura. Del verbo κλέγω (escoger, elegir, reunir, recoger, cobrar un tributo, exigir) se tomó la raíz de la palabra ecléctico, del adjetivo verbal κλεκτικόςήόν: escogido, elegido, distinguido y notable. Así tiene sentido este término en el contexto de la filosofía clásica, donde hay material para elegir, pues había motivo para echar mano, ya sea de la Academia de Platón, del Liceo de Aristóteles, de la Escuela de Retórica de Isócrates o de cualquier otra escuela de la época. En la historia del eclecticismo hay dos vertientes: una relativista y sincretista, y otra, más cercana a su raíz, de donde se puede hablar de una buena reunión o elección del pensamiento, algo así como una sinergia, es decir, una postura a las influencias más notables del pensamiento, evitando una actitud cerrada ante autores relativistas, pragmatistas, hedonistas, escepticistas y centralistas.

Filosóficamente el ecléctico sabe que la verdad puede ser poseída por todo filósofo, y no por un grupo, vertiente o partido, pues por su misma naturaleza, analiza y elige las tesis y los pensamientos que adoptará, entre las de tantos pensadores. De allí que el eclecticismo escoge lo mejor, logrando una unidad y edificando una síntesis. Además, la analogía le concede una síntesis proporcional, justa, equitativa, semejante y diferente.

Es aquí donde nosotros usamos lo ecléctico y analógico, convirtiéndolo en un método ecléctico analógico, donde echamos mano de muchos textos hermosos para estudiarlos, traducirlos y comentarlos con los alumnos de nuestro tiempo.


[1] Séneca, Epist. VI, 5.