El juego de los imperios. Quimérica y Unión Geopolítica Europea – Juan de Dios Andrade
Se confirma la alianza estratégica entre China y Rusia, pero también la presión del primero sobre el segundo para encontrar una salida al empantanamiento ruso en Ucrania. En el juego de los imperios, dos realidades geopolíticas rigen el escenario geoestratégico global: la Quimérica y la Unión Geopolítica Europea. Son síntomas de un mundo multipolar, aunque el peligro de una guerra a gran escala sigue estando presente.
CONfines Políticos
22 de septiembre de 2023
Correspondencia: confinespoliticos@gmail.com
Ojalá el forcejeo por la preeminencia global fuese sólo cuestión de que una potencia se yerga triunfadora frente a las demás o Estados Unidos frente a China o viceversa. En las condiciones actuales, el desplome de una de las dos metería en apuros a la otra. Este es el motivo de que se impongan sanciones o se obstaculicen mutuamente, pero hasta cierto punto nada más. ¿O ustedes se creen que el FMI le está pidiendo a China que cambie su modelo de crecimiento, sólo porque sí? La desaceleración de la economía del gigante asiático causa problemas a todo el mundo, ahora imagínense cómo se pondría la situación en caso de un colapso y lo mismo podemos decir sobre Estados Unidos…
Contrario a lo ocurrido durante la Guerra Fría, ahora no se trata de una confrontación ideológica. Por eso no pueden equipararse ambos momentos. ¿O ustedes recuerdan alguna polémica reciente de carácter ideológico entre Estados Unidos, China y Rusia, especialmente entre las dos primeras potencias? No niego la existencia de nostálgicos enfrascados en una retórica de ese tipo, pero una simple relación de hechos desmiente dicha interpretación…
De la integración a la polarización
Por ejemplo, pese a las diferencias, en la última década del siglo XX Estados Unidos y China tuvieron un importante acercamiento con la intención de integrar sus sistemas comerciales y a principios del XXI lo volvieron a intentar. ¿Cómo fue que se llegó de lo anterior a la confrontación que ahora vemos? Como lo demuestra Ho-Fung Hung, profesor de sociología de la Universidad Johns Hopkins, todo empezó al desacelerarse la economía china en 2010. Ese mismo año, Xi Jinping se convirtió en vicepresidente de la Comisión Militar Central del Partido Comunista Chino y se modificaban las relaciones entre las grandes corporaciones de ambos países…
En China arrancó una expansión agresiva de los gigantes corporativos respaldados por el gobierno y Xi Jinping concluyó que la estrategia seguida por Beijing se había agotado. No bastaba con la simple expansión dentro y fuera de China, necesitaban un nuevo pensamiento político. Lo que antes había dado rumbo a la integración, se reorientó a expandirse erosionando la capacidad y los intereses de las corporaciones estadounidenses…
Como era lógico, Washington también dio un giro en dirección a bloquear el crecimiento del comercio chino en el mercado local…
Por decirlo de algún modo, con Xi Jinping se retomó y reorientó lo que ya veían venir como un choque de imperios en la llamada ‘Chimérica’ o ‘Quimérica’: una confrontación global entre China y la gran potencia americana, que pasaría por una colonización de los mercados donde había imperado Estados Unidos, incluyendo el interno
Juan de Dios Andrade
¿Lo ven? Con todo y las diferencias ideológicas, trataron de integrarse comercialmente. El conflicto empezó cuando Beijing trató de remontar la desaceleración y comenzó a afectar los intereses geoeconómicos de Washington y, por ende, geopolíticos…
El choque de los imperios es eminentemente pragmático…
Si lo ponemos en contexto histórico, de un lado gobernaba Barack Obama y del otro, Hu Jintao. Lo que se había agotado en China era el proyecto modernizador de Deng Xiaoping, mismo que adoptó su sucesor Jiang Zemin. Con la llegada de Hu Jintao al poder, ascendió una generación que gira alrededor de la Universidad de Tsinghua, institución que, en algunos aspectos, ha superado al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y que significó un cambio sustancial en la relación con Occidente, especialmente con las corporaciones de Estados Unidos…
El error de Hu Jintao
Sin embargo, Hu Jintao se decantó por ejercer un ‘poder blando’ dentro y fuera de China. Gustaba del consenso y aunque eso le ganó mucho respeto, no era el liderazgo que se necesitaba y eso lo entendió muy bien Xi Jinping, que, por cierto, también es egresado de la misma universidad. Pronto, entre la generación de Tsinghua prevaleció la idea de que Hu Jintao era incapaz de cumplir el proyecto establecido y no faltaron los que insinuaron una especie de ‘traición’ al espíritu original del grupo, lo que permitió el ascenso de Xi al poder…
Por decirlo de algún modo, con Xi Jinping se retomó y reorientó lo que ya veían venir como un choque de imperios en la llamada ‘Chimérica’ o ‘Quimérica’: una confrontación global entre China y la gran potencia americana, que pasaría por una colonización de los mercados donde había imperado Estados Unidos, incluyendo el interno…
El epicentro sería, como lo demuestran los hechos de ahora, una batalla tecnológica…
En este sentido, no deja de ser importante observar que tanto en Washington como en Beijing no se consideró el problema como un asunto ‘ideológico’ y que, en la sucesión presidencial estadounidense de 2016, China veía con inquietud la posibilidad de que Hillary Clinton triunfara. Xi Jinping y su grupo compacto preferían a Donald Trump y el motivo ilustra: Hillary fue catalogada como una política ‘ideológica’, mientras que Trump era un ‘hombre de negocios’…
El choque de los imperios es eminentemente pragmático
Juan de Dios Andrade
Según China, Hillary Clinton podría conducir a una ‘Nueva Guerra Fría’ y, por las características del escenario geopolítico que se estaba configurando, quizás a una guerra a escala global. En cambio, con Trump, aunque existiría la posibilidad de una guerra, su perfil empresarial podría dar pie a una negociación. Acertado o no el diagnóstico, lo que interesa aquí es que refuerza la hipótesis de que el choque actual entre las dos potencias es de corte pragmático…
Joe Biden, representa un punto medio entre la opción de la guerra y un acuerdo…
La invasión a Ucrania, la decidió Putin de manera pragmática, aunque ya vimos que cometió un error garrafal en sus expectativas. La posibilidad de que ocurra una guerra entre Estados Unidos y China, con sus respectivos aliados, por Taiwán, tampoco sería por discrepancias ideológicas…
China, Rusia y el mundo
Hacia finales del año pasado, hubo un encuentro entre Wang Wen, Decano Ejecutivo del Instituto Chongyang para Estudios Financieros y vicedecano de la Escuela la Ruta de la Seda en la Universidad de Renmin (China) y Aleksandr Guélievich Dugin, para hablar de la guerra en Ucrania y de la reconfiguración global…
Por si alguien tiene dudas sobre el carácter pragmático de la geopolítica china, Wang Wen empezó haciendo referencia a que mientras Dugin siempre ha considerado el choque entre Rusia y Estados Unidos como inevitable, en Beijing no asumen de la misma manera el forcejeo entre China y la potencia americana. Por ejemplo, cuando Graham Tillett Allison, profesor de la Universidad de Harvard, habló de ‘la trampa de Tucídides’ (la convicción de que un conflicto entre potencias desembocará inevitablemente en una guerra), los académicos chinos la refutaron y se abocaron a demostrar que era evitable…
La pregunta clave de Wen fue en el sentido de por qué en Rusia los intelectuales y asesores no le recomendaban a Vladimir Putin evitar el conflicto. Es decir: ¿por qué a alguien como Dugin no se le ocurría algo mejor que la guerra? La respuesta también resultó ilustrativa: no fue cosa sólo de Putin, “sino que toda la sociedad exigió esta operación especial”. ¿Quieren algo más? Dugin dijo que la sociedad rusa “necesita un líder <<paternal>> (como un zar) que también debe dar garantías de seguridad a toda la sociedad”. “Como un zar”, interesante confirmación…
Wang Wen le cuestionó lo que ahora se está convirtiendo en una realidad: desvincularse de Occidente podría llevar a Rusia al atraso. El profesor chino sostiene que Occidente se debilita, pero sigue siendo predominante en tecnología y comercio, catalogando la relación con Occidente como una <<opción racional y pragmática>>. ¿Así o más claro? En tal caso, en opinión de Wen, el futuro de Rusia sería convertirse en otro Irán…
Para Dugin, Occidente “representa un tipo de conciencia” (hegemonía, racismo y ontología, extendida al colonialismo y la unipolaridad). Romper relaciones con Occidente y declararle la guerra sería para convertirlo “en una provincia del mundo, no en el centro del mundo”. Es evidente el matiz ideológico del pensador ruso…
La China de Xi Jinping decide pragmáticamente, la Rusia de Vladimir Putin se guía por parámetros ideológicos y si Xi Jinping hizo caso omiso a la invasión a Ucrania, al menos al principio, fue porque Putin le aseguró que sería una victoria rápida…
Wang Wen le hizo ver a Dugin que sus propuestas no son multipolares sino bipolares. Dugin ve el escenario global dividido en dos polos, habla de una ‘Nueva Guerra Fría’ y que el mundo está al borde de una Tercera Guerra Mundial…
Ha llegado el momento de la determinación y eso significa pensar en cómo prepararnos para una Unión completa. (…) No se trata de profundizar en la integración o ampliar la Unión, pues podemos y debemos hacer ambas cosas para darnos el peso geopolítico y la capacidad de actuar. (…) Hemos demostrado que podemos ser una Unión Geopolítica
Úrsula von der Leyen
Por si había dudas, Wen le aclaró que China no quiere entrar en otra Guerra Fría, mucho menos en una guerra mundial, prefiriendo un entorno globalizado y que, en el proyecto de los BRICS, sus integrantes no están pensando en un desenlace de esa naturaleza…
La respuesta de Dugin fue ideológica y bipolar: Rusia es la potencia terrestre que puede detener a la potencia marítima (Estados Unidos) y posibilitar el proyecto de China…
Wang Wen reconoce que, de ser Rusia derrotada en Ucrania, China sería el siguiente objetivo de Occidente y agregó que, de todos modos, buscarían “soluciones moderadas y diversas”. No cabe duda que el mensaje fue claro: “lo que resulte de la guerra en Ucrania, no necesariamente llevará a China a una guerra”. De manera directa, pero respetuosa, Wen le dijo que hay que tratar con Occidente de una manera más inteligente…
Obviamente: una guerra nuclear podría llevar a la destrucción de la Humanidad y no precisamente a un mundo multipolar, ni siquiera bipolar…
De las inmobiliarias chinas a la Unión Geopolítica Europea
En diciembre pasado, vino una respuesta por parte de Kyle Bass, administrador de fondos de cobertura con sede en Dallas: Xi Jinping no pretende rescatar a las inmobiliarias, sino colapsarlas para que caigan los precios y poner las viviendas al alcance de todos, en atención a el escaso impacto que está teniendo el desarrollo del gigante asiático en la economía familiar china…
El magro crecimiento demográfico interno es una preocupación para Beijing, porque revela desconfianza en el liderazgo del presidente y en el futuro de la economía…
En opinión de Bass, Xi Jinping se alista para tomar Taiwán por la fuerza y que, cuando ocurra, la respuesta de Estados Unidos debe ser despiadada y sacar a China del sistema SWIFT, prediciendo que pueden destruir la fortaleza de sus corporaciones en unos cuantos meses. Claro que no todos los especialistas están de acuerdo, porque algo así también podría afectar severamente a Estados Unidos, además de que Kyle Bass es considerado un ‘halcón’ en el tema de China…
Tres meses después, el Instituto Japonés de Asuntos Internacionales atemperó los ánimos, afirmando que, desde diciembre, se acentuó la intención de Beijing de conducir a Rusia a negociaciones de paz, porque nunca existió la intención de apoyar a un “Putin desbocado”. Cabe recordar que, en la reunión entre Putin y Xi en Samarcanda, el jerarca ruso dijo: “Entiendo las dudas y preocupaciones de la parte china”. Si Xi Jinping no quiere que se prolongue la guerra en Ucrania, ¿hasta dónde está dispuesto a tener otra frente a su casa (Taiwán)? No debemos olvidar que, antes de la reciente visita de Wang Yi a Putin, el ministro chino se reunió con Jake Sullivan en Malta y que a Rusia llegó a hablar de acuerdos de seguridad y de lograr que el mundo avance hacia la multipolaridad. Wang Yi sostuvo que ambos países deben profundizar su cooperación porque hay una “compleja situación internacional”. Las señales vuelven a ser claras: China necesita ampliar el margen para reactivar su economía y mantener su competitividad en el nuevo escenario…
Xi Jinping entiende que persiste la variable que puede conducir a una guerra a mayor escala, ahora encimada con las tendencias multipolares y que Rusia sigue perdiendo capacidad en el espacio postsoviético…
Lo anterior, fue en el contexto del discurso sobre el Estado de la UE de Úrsula von der Leyen, que preside la Comisión Europea, cuando instó a “responder la llamada de la Historia” y agregó: “Ha llegado el momento de la determinación y eso significa pensar en cómo prepararnos para una Unión completa. (…) No se trata de profundizar en la integración o ampliar la Unión, pues podemos y debemos hacer ambas cosas para darnos el peso geopolítico y la capacidad de actuar. (…) Hemos demostrado que podemos ser una Unión Geopolítica”. Es una advertencia para Rusia en lo inmediato y para China en lo mediato…
Como se puede apreciar, estamos entrando en un nuevo escenario multipolar y para nadie es un secreto que la multipolaridad es de manufactura occidental. En este sentido, China entiende mejor la urgencia de encontrar una salida al empantanamiento ruso en Ucrania…
Hasta entonces…