El día en que Plutarco provocó la Guerra Cristera – Juan de Dios Andrade
La Guerra Cristera es un tema complejo, apasionante y polémico. Ciertamente hubo posiciones intransigentes por parte de todos los bandos en pugna, que no pueden reducirse a la Iglesia y el Estado. Sin embargo, hay datos que apuntan a que Plutarco Elías Calles ansiaba la guerra porque estaba convencido de que era la única forma de dirimir en dónde residía la supremacía: ¿en el Estado o en la devoción a Cristo Rey?
CONfines Políticos
7 de febrero de 2024
Correspondencia: confinespoliticos@gmail.com
El itinerario personal de Plutarco Elías Calles se explica mejor en el contexto de cuatro devociones muy importantes para la Iglesia Católica en México: el Sagrado Corazón de Jesús, el Inmaculado Corazón de María y el de la Virgen de Guadalupe, que van a desembocar y potenciarse en el de Cristo Rey. Directa o indirectamente, el espíritu anticristiano de Plutarco se cebó en ellas…
Originada en Francia, la devoción al Sagrado Corazón de Jesús se basa en fomentar una interioridad entre dos corazones (el de Jesucristo y el del devoto). En el contexto de las revoluciones liberales, se difundió como el modo de reparar las ofensas hechas al Corazón de Jesús. El choque fue inevitable: los liberales concluyeron que el Estado debía acotar la acción de la Iglesia o de plano maniatarla…
Sin embargo, los embates de los revolucionarios liberales estuvieron mezclados con objetivos justos (en ciertos aspectos, la Iglesia se había excedido), lo que, desgraciadamente, fue usado como pretexto para coartar la libertad religiosa y de pensamiento…
En el México decimonónico, el promotor de dicha devoción fue el Padre José Antonio Plancarte y Labastida, sobrino del arzobispo Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos, a la par de tres proyectos: construir un Templo Expiatorio a Jesús Sacramentado, realizar la coronación pontificia de la Virgen de Guadalupe y relanzar la devoción al Inmaculado Corazón de María. A la muerte de Madero, este era el entramado espiritual que pretendían desmontar los revolucionarios anticristianos y, para justificarlo, responsabilizaron al Partido Católico Nacional de la muerte del presidente…
La posterior Guerra Cristera no fue solamente el resultado del forcejeo entre el ala dura del Episcopado mexicano y las facciones lideradas por Obregón y Calles. Fue mucho más que la confrontación entre dos posiciones excluyentes…
Entre el Sagrado Corazón de Jesús y Cristo Rey
El culto al Sagrado Corazón de Jesús fue vinculado al reinado social de Cristo Rey, mientras la persecución religiosa fue en aumento a partir de 1913. El objetivo revolucionario era evidente: restringir la devoción cristológica al ámbito privado y controlar a la Iglesia mediante un conjunto de leyes restrictivas y punitivas…
En otras palabras, se llegó al punto en que tenían que dirimir en quién recaía la supremacía: ¿en el Estado o en Cristo Rey? Los tintes milenaristas son innegables, puesto que, en el Evangelio, Cristo aclara que su Reino no es de este mundo…
De ahí en adelante, todo fue una espiral de polarizaciones. El 11 de abril de 1914, el Episcopado decidió la consagración al Sagrado Corazón de Jesús, lo que condujo a pensar en erigir un monumento. Para entonces, el carrancismo ya venía radicalizándose, lo que indica que la causa de la guerra no fue la actitud de un grupo de obispos ‘intransigentes’. En todo caso, llegado el momento, hubo intransigencia en ambos bandos. Aunque algunos parecen olvidarlo, lo que hoy es el Monumento a Cristo Rey empezó en 1920 como una pequeña capilla con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, a cargo de la Adoración Nocturna…
El 14 de noviembre de 1921, ocurrió el bombazo ante la imagen de la Guadalupana, sin que sufriera daño alguno, lo que provocó la indignación y la protesta pública, así como actos de desagravio. La escalada intolerante ya no se disimulaba desde el poder y, aunque el presidente era Álvaro Obregón, las huellas también conducían a Morones, incondicional de Calles…
Al cabo de dos años, el 11 de enero de 1923, se colocó la primera piedra en el Cerro del Cubilete y, hacia agosto del mismo año, empezó el conflicto con la Subsecretaría de Gobernación, que quiso prohibir su construcción. Esto era un abuso de poder, porque la ley vigente no exigía permiso para tal efecto, sino sólo cuando se fuese a abrir al culto público, además de que el Cerro del Cubilete era propiedad privada. Es decir, Gobernación quería prohibir lo que no estaba prohibido…
Como sea, el presidente Álvaro Obregón expulsó al delegado apostólico, monseñor Filippi y hay dos versiones sobre los motivos: la que lo atribuye a la primera piedra en el Cubilete y la que afirma que fue un pretexto, siendo la verdadera causa que el delegado apostólico era señalado como parte del proyecto de crear un partido político fascista en México. Aunque el prelado negó las acusaciones, la expulsión se ejecutó…
La Revolución ácrata
El contexto era de una febril agitación revolucionaria, al grado de colocarse banderas de la recién triunfante Revolución bolchevique en las catedrales de Guadalajara y Morelia. ¿Iba México camino al marxismo? No propiamente. En aquel momento, las izquierdas mexicanas no equiparaban ‘bolchevismo’ con ‘marxismo’, sino con ‘trotskismo’. La Revolución de octubre era entendida como ‘ácrata’ y tanto Obregón como Calles provenían del movimiento anarquista mexicano. ¿Hacía eso alguna diferencia? Para el caso que nos atañe, no mucha. Tan criminal fue Lenin como Trotsky y lo mismo vale para Stalin. Tan anticristiano era uno como los otros, aunque en el México de la época sólo unos cuantos habían leído algo sobre marxismo…
El 5 de octubre de 1924, empezó el Congreso Eucarístico Nacional. Algunos autores han querido ver en ello una provocación innecesaria a la política de distensión que se estaba realizando entre la Iglesia y el gobierno de Álvaro Obregón, pero eso no es del todo cierto. El Congreso Eucarístico no fue una reacción a la andada anticatólica, sino al deseo de reparar los pecados y males en general de los últimos años mediante la adoración a Jesús Sacramentado. Recién había ocurrido la Primera Guerra Mundial, en Europa campeaba una crisis generalizada y el mundo parecía encaminarse hacia la apostasía. Ese era el contexto propio de la persecución religiosa en México…
Basta leer los discursos del arzobispo José Mora y del Río y de monseñor Luis María Martínez, a la sazón obispo auxiliar de Morelia, para constatar los objetivos. En las conferencias participaron investigadores que, hoy, siguen siendo referencia obligada para el estudio de la Iglesia en México y de la historia patria en general, entre ellos el célebre Mariano Cuevas, S. J. Es verdad que el discurso de Miguel Palomar y Vizcarra, pronunciado el 9 de octubre, fue un llamado a la reciedumbre de la fe y a dejar atrás el cristianismo intramuros o de sacristía, pero, más bien, fue un pretexto para el extremismo anticristiano. Ese mismo día, Obregón giró unas instrucciones muy raras, en razón de las ‘violaciones’ a las Leyes de Reforma. Digo ‘raras’ porque ya no regían…
Se acercaba el final del mandato obregonista y el presidente estaba más interesado en sortear un ambiente polarizado que pudiera aprovechar Plutarco Elías Calles en su contra, puesto que estaba próximo a asumir el poder. En los hechos y en vista de que el fervor religioso en torno al Congreso Eucarístico era muy grande, las órdenes quedaron en intenciones y sólo hubo boicot por parte de trabajadores de la CROM…
El 1 de diciembre de 1924, Plutarco Elías Calles se convirtió en presidente de México. En ese momento, uno de los objetivos de Álvaro Obregón se había cumplido: heredarle el conflicto religioso a su rival…
El ‘Patriarca Pérez’ y el callismo
El 21 de febrero de 1925, el sacerdote oaxaqueño José Joaquín Pérez Budar, mejor conocido como el ‘Patriarca Pérez’, fundó de la ‘Iglesia católica apostólica mexicana’ (ICAM) en el templo de La Soledad en Ciudad de México. Entre sus andanzas, se sabe que venía de los levantamientos armados que apoyaban el Plan de Tuxtepec, encabezado por Porfirio Díaz contra las pretensiones reeleccionistas de Sebastián Lerdo de Tejada. Poco después, contrajo matrimonio y enviudó, luego de lo cual decidió hacerse sacerdote. Fue iniciado en la masonería y su vida comenzó a transcurrir a medio camino entre el sacerdocio y el ocultismo, terminando por mudarse a la Ciudad de México, a donde llegó aparejado con el desarrollo de la Revolución mexicana. Ofició en algunos templos hasta que pudo colocarse en la Catedral, siendo arzobispo Mora y del Río…
Según aseguró el propio Pérez Budar, estando enfermo monseñor Eduardo Sánchez Camacho, que fuera obispo de Tamaulipas, le mandó llamar. Sánchez Camacho era de ideas separatistas y le pidió crear una Iglesia mexicana. Muerto el obispo, en diciembre de 1920, José Joaquín se abocó a la encomienda en un entramado de relaciones que incluía a sacerdotes que no se distinguía por la vivencia plena de su ministerio. Como Manuel Luis Monge, casado y con hijo, o Antonio Benigno López Sierra, una de cuyas hijas era esposa de Ricardo Treviño, uno de los líderes de la CROM…
Al Episcopado y la feligresía les quedó claro que era una maniobra de Calles y Morones contra la Iglesia Católica, sobre todo por las facilidades que brindaron para su registro. El repudio fue de tal magnitud que la primera misa que ofició el ‘Patriarca Pérez’ terminó en trifulca…
Al formarse un grupo de choque para proteger al ‘Patriarca’, similar al que tenía Morones, muchos lo vieron como la confirmación del vínculo con el callismo. Para agosto del mismo año, la ‘nueva Iglesia’ cambió de nombre a ‘Iglesia ortodoxa católica apostólica mexicana’ y, al morir el ‘Patriarca’, José Eduardo Dávila, su sucesor, se proclamó Papa con el nombre de Eduardo I. ¿Qué era lo que estaba en juego? La respuesta vino unos meses después…
El Secretariado Social Mexicano
El 11 de diciembre de 1925, Pío XI proclamó la Festividad de Cristo Rey para el último domingo de octubre de cada año. Por los motivos obvios, el primer festejo sería hasta octubre de 1926. Calles estaba decidido a consolidar la supremacía del Estado y, aunque el Reino de Cristo no fuera de este mundo, no estaba dispuesto a permitir un poder más supremo que el de él. En el fondo, creía que con la devoción a Cristo Rey sobrevendría la victoria de la jerarquía eclesiástica. A partir de ese momento y aunque la aventura del ‘Patriarca Pérez’ fue efímera, Plutarco se obsesionó con la idea de descarrilar dicho culto…
En ese momento, la labor del Secretariado Social Mexicano ya era intensa a favor de la Doctrina Social de la Iglesia y la participación de los católicos. Los albores del Secretariado fueron en 1920, cuando un sector del Episcopado le encargó realizar un anteproyecto al Padre Alfredo Méndez Medina, S. J., mismo que fue entregado a principios de 1921 y comenzó a organizar conferencias de difusión. En agosto del mismo año, presentó al Episcopado su primer informe de actividades y un segundo hacia finales de 1922, dirigido a monseñor Mora y del Río. En razón del éxito logrado por el Padre Méndez Medina durante sus giras al interior del país, se procedió a la apertura de oficinas el 8 de diciembre y, en marzo de 1923, se comenzó a publicar la revista La Paz Social…
Así se entiende que 1920 fue un año clave en el cual la Iglesia Católica planeó proyectos muy importantes: Monumento a Cristo Rey, Secretariado Social e impulsar las asociaciones obreras. Le antecedieron los congresos de finales del siglo XIX, publicaciones confesionales y la incursión en el mundo obrero. Asimismo, el Partido Católico Nacional (1911), la Asociación de Damas Católicas (1912) y el Centro de Estudiantes Católicos (1913), que, luego, se convirtió en la Asociación Católica de la Juventud Mexicana (ACJM). Originalmente, la ACJM fue un Centro bajo la dirección del Padre Carlos María de Heredia, S. J. y el cambio a ACJM corrió a cargo del Padre Bernardo Bergöeng, S. J., cuando sustituyó al Padre Heredia…
Hacia 1924, el entonces Padre Miguel Darío Miranda se hizo cargo del Secretariado Social y, al año siguiente, se fundó la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa. Las intenciones belicosas de Plutarco Elías Calles eran innegables y así lo entendieron en algunos enclaves católicos…
Calles incita al levantamiento armado
1926 se inició con una nueva polarización provocada por el presidente, cuando introdujo la llamada ‘Ley Calles’, una modificación penal para controlar más el culto público. Además de las clásicas medidas sobre ornamentos y vestimenta religiosa, así como de celebraciones intramuros, se propiciaron leyes locales para acotar el número de sacerdotes y forzar que se casaran. En Tabasco, Tomás Garrido Canabal quiso que su entidad fuera el ‘laboratorio de la Revolución’ y formó las ‘Camisas Rojas’ como grupos de choque para desencadenar una persecución religiosa. A la corriente intolerante y extremista se le unieron estados como Chihuahua y Tamaulipas…
Es importante observar cierta malicia en los gobernantes revolucionarios más intransigentes, pues mezclaban sus objetivos antirreligiosos con algunas medidas más o menos razonables, quizás con la intención de confundir a la gente e intentar ‘legitimar’ sus despropósitos. En el resto del país, el cumplimiento de la ‘Ley Calles’ fue dispar: algunas autoridades lo suavizaron, pero otras quisieron su vigencia inflexible…
A principios de abril de 1926 apareció otra ‘Iglesia’ como desprendimiento pentecostal. Fundada por Eusebio Joaquín González, antiguo revolucionario y que será conocida como ‘La Luz del mundo’. Al igual que ocurrió con el ‘Patriarca Pérez’, se le dieron todas las facilidades para su registro. Gradualmente se supo que tenía vínculos con la Masonería del Rito Occidental Mexicano, a la que perteneció su hijo, Samuel Joaquín Flores. La consolidación de ‘La Luz del Mundo’ en Guadalajara, años más tarde, fue de la mano del general Marcelino García Barragán…
Desde la Presidencia de la República se cerró el margen para un entendimiento, cuando, el 24 de julio de 1926, aparecieron las declaraciones de Plutarco Elías Calles en El Universal: “La hora se aproxima en la cual se va a librar la batalla definitiva”. Si eso no es una declaración de guerra, no sé cómo se le pueda llamar. Al día siguiente, el Episcopado declaró la suspensión de cultos…
El 14 de agosto de 1926 empezó a formarse el movimiento armado en defensa de la fe, liderado por Pedro Quintanar en Zacatecas. El malestar de la feligresía era tan grande, aún en poblaciones pequeñas y apartadas, que la gente se sumó al llamado…
Todavía el 21 de agosto tuvo lugar la conocida reunión de los obispos con Calles, en donde se pudo percibir cierto cinismo por parte del presidente, cuando dijo que sólo había dos caminos: o se sometían a la ley o buscaban el modo de reformarla. Digo ‘cinismo’ porque, en el marco legal de entonces y por las condiciones políticas, lo segundo era imposible…
El 29 de agosto, Pedro Quintanar incursionó en territorio jalisciense y ocurrió el primer combate. La Guerra Cristera había comenzado y pronto se extendió por el centro del país, aunque serán otros los que la terminen encabezando…
Una simple relación de hechos demuestra que fue Plutarco Elías Calles el provocador, porque estaba convencido de que el desenlace se decidiría mediante las armas y ahí está lo publicado en El Universal. ¿Por qué parecía estar tan ansioso de la guerra? Así como su trayectoria desde Sonora hasta la consolidación de los sonorenses en el poder, fue una ruta masónico-espiritista, la que siguió desde que fue secretario de Gobernación hasta convertirse en presidente fue de clara confrontación con el culto a Cristo Rey. Les recuerdo que dos meses después, en octubre, estaba fechada por Pío XI lo que sería su primer festejo litúrgico. Eso era lo que Plutarco Elías Calles deseaba estropear, obsesionado con afianzar la supremacía del Estado en México…
Mientras tanto, allá en Europa, se configuraba un escenario complicado. Por si no bastase con la actitud asumida por Stalin en la Unión Soviética, entre los europeos se fraguaban el fascismo y el nacionalsocialismo. En lo inmediato, el Papa enfrentaba los desafíos de Acción Francesa, grupo de católicos nacionalistas y monárquicos, dirigido por Charles Maurras, personaje a medio camino entre el agnosticismo y el ateísmo, con marcada actitud antisemita y cuya conversión se logrará prácticamente en su lecho de muerte…
Maurras tendrá importantes lectores entre los católicos mexicanos de la época…
Hasta entonces…