Vie. Nov 22nd, 2024

El desenlace en Eurasia – Juan de Dios Andrade

¿Aguantará Putin la nueva andanada de sanciones y bloqueos? ¿Por cuánto tiempo? ¿Logrará su cometido de regresar al mundo al Patrón Oro? ¿Se terminarán confrontando China y Rusia? ¿Nos acercamos al juego de la serpiente? Gradualmente, se van clarificando los escenarios de un nuevo sistema global.

CONfines Políticos

Ha quedado claro que lo detonado en Ucrania va más allá de sus fronteras. Si era una guerra innecesaria, sólo había dos posibilidades: o Vladimir Putin se ha vuelto loco o, efectivamente, invadir Ucrania fue sólo la ocasión para una confrontación de dimensiones globales. Como lo vimos en otra entrega, lo que pretende es ser el que ponga punto final al proyecto globalizador ganador de la Guerra Fría. Pero, siendo francos, eso quedó superado en los albores del siglo XXI y se derivó a un escenario compuesto por una superpotencia (Estados Unidos) y una tríada en torno a Eurasia (la Unión Europea, Rusia y China). Coincidió con el ascenso de Putin al poder y la confirmación del espectacular desarrollo de China como posible relevo de Estados Unidos. Pero ¿para qué poner punto final a lo que de suyo estaba rebasado? Es obvio que, ante todo, se trata de una lucha feroz por la preeminencia global de dos aliados (Rusia y China, aunque habrá que ver por cuánto tiempo mantienen su alianza) contra Estados Unidos y es evidente que liquidar al último pasa por acabar con el imperio del dólar…

Ninguno de los tres contendientes lo tiene fácil. Invadir Ucrania estaba previsto por Vladimir como la ocasión para dirimir quién manda en Eurasia (especialmente en el extremo occidental) y ‘dividir’ a la Unión Europea de Estados Unidos (lo que pasa por fracturar a la OTAN), mediante el gas, el carbón y el petróleo (dada la fuerte dependencia de algunas potencias europeas, especialmente Alemania). Para ello, Putin requería una ‘guerra relámpago’ en Ucrania, pero la campaña ha sido un desastre para Rusia, que ha entrado en fase destructiva para centrarse en la llamada Cuenca del Donets (Donbás, Dombás o con doble ‘s’ al final, según la traducción, que es un acrónimo de ‘Donetski’ y ‘basséin’). Y aunque han tenido sus desacuerdos sobre cómo proceder y sancionar a Rusia, la división en la Unión Europea y en la OTAN tampoco ha ocurrido…

El futuro no está escrito y es posible que se pueda colapsar el dólar, pero tampoco es un objetivo que se pueda alcanzar fácilmente…

El imperio del dólar

Hacia mediados de marzo, Bloomberg reportaba que Rusia llevaba años creando una enorme reserva de oro que, por lo general, se usa en tiempos difíciles, pero usarlo no es nada fácil. Si no lo puedes vender o usar de algún modo, de poco sirve que seas la quinta reserva mundial (US$140.000 millones, según Bloomberg). Por eso, al principio, las sanciones buscaban aislar al Banco Central de Rusia y eso explica la caída del rublo en su momento. A Vladimir no le quedaba otro camino que voltear hacia los bancos centrales de China y la India, pero a precio más bajo, claro está. Eso explica el posterior repunte del rublo y el consiguiente bloqueo de Estados Unidos a las reservar monetarias de Rusia en Occidente para pagar su deuda externa. Aquí se inserta la presión que se pretende ejercer sobre ambos países asiáticos y el previo bloqueo de la LBMA de Londres y el CME Group Inc., que suspendieron a las refinerías rusas de sus listas acreditadas (lo que impide que Rusia pueda introducir sus lingotes en Inglaterra y Estados Unidos). Al cerrarse las opciones de la LBMA y del CME Group, una vía alterna sería Suiza…

Ya en otras ocasiones, Estados Unidos e Inglaterra han tenido éxito al enfrentar problemas con algunos países con importantes reservas en oro, especialmente del Medio Oriente. Asimismo, hasta la fecha, Nicolás Maduro no tiene acceso a la reserva de oro de Venezuela, que se encuentra en Inglaterra. A eso se debe que Putin dedicara años a reunirla en territorio ruso. Pero eso también implica un problema: puedes venderlo nacionalmente a precio fijo, creando una especie de ‘patrón oro interno’ o hacerlo externamente mediante algunas de tus vías alternas, pero eso implica tener que abaratarlo. He aquí la principal razón de impedir que Rusia usara sus reservas en euros que tiene en la UE, para cubrir sus compromisos de la deuda externa. Estados Unidos y sus aliados quieren empujar a Rusia a malbaratar su oro para afrontar sus compromisos financieros internacionales…

Las armas de contraataque de Putin son el gas, el carbón y los cereales. Pero ¿serán suficientes para menguar las presiones? Los calendarios del mercadeo no coinciden. Tan lo sabe Vladimir que recurrió a exigir el pago del gas en rublos (respaldado por la reserva de oro), para lograr el repunte de su moneda. Pero eso es una forma especulativa de fortalecer al rublo (como también lo fue el aumentar las tasas de interés y endurecer el control para los que deseasen cambiar su dinero de rublos a dólares o euros). Cambiar la moneda de pago implica violar los contratos y acuerdos firmados con la UE, lo que podría llevar a Rusia a un mayor aislamiento. Por eso está recurriendo a Venezuela, pero ¿cuál será el precio? Y me refiero a dinero…

Las presiones inflacionarias se están sintiendo a escala mundial y Estados Unidos tomó la decisión de liberar gradualmente sus reservas de hidrocarburos para atender la demanda interna y suministrar gas a Europa. No se puede suplir en lo inmediato al gas ruso, pero sí se puede aligerar la presión que está haciendo Vladimir…

El oro, las reservas y el juego de China

La cosa está clara: Estados Unidos y Occidente quieren conducir a Vladimir Putin al punto en que tenga que vender su oro, bloqueando sus reservas en dólares y euros en el extranjero. Para que tengamos una idea: según Statista, Rusia tiene en su territorio 21,7% de sus reservas en moneda extranjera y 13,8% en el Banco Central de China, que serían poco más del 35% bajo control ruso (el informe es de enero pasado, pero con datos del 30 junio de 2021, lo que indica que podría haber alguna variación). Las reservas totales están valuadas en unos 630.000 millones de dólares, de las cuales alrededor del 32% se encuentran repartidas entre Alemania, Francia y Austria. Un 5% se reparte entre instituciones financieras internacionales como el FMI y el Banco de Pagos Internacionales (considerado el ‘Banco de los bancos centrales’, encabezado por Agustín Carstens). Bloquearon sus reservas en la UE (a lo que se sumó Suiza y Japón, con la intención de bloquear bancos y ciudadanos rusos) y el fin de semana también se hizo lo propio con los activos de rusia y de sus ciudadanos en Estados Unidos, Canadá e Inglaterra…

En el informe de Statista se especifica que hay un 10% de las reservas de Rusia cuya ubicación no se consigna y todos sabemos que sólo hay tres motivos para algo así: o se trata de un socio incómodo para Rusia o Rusia es un socio incómodo para ese aliado o dicho socio vendría a ser una especie de ‘arma secreta’. El sancionar, embargar y bloquear a ciudadanos rusos, hace pensar que es posible que ese porcentaje pudiese estar repartido entre cierta élite con inversiones en el extranjero y, en algunos casos, hasta con residencia fuera de Rusia para ayudar a evadir las sanciones al gobierno de Putin y respaldar parte de los compromisos de la deuda…

Banco Central de China

De no encontrar una salida inmediata, Vladimir tendrá que pagar usando sus reservas en moneda extranjera o su oro, pero por los bloqueos tendrá que hacerlo a menor precio. Esto podría generar una nueva caída del rublo y el repunte del dólar y del euro. La situación no está fácil para nadie, pues Estados Unidos debe resolver el peligro de una recesión y su impacto geopolítico en esta lucha por el poder global…

¿Se trata solamente de un forcejeo por pagos y divisas? No. En el fondo, Estados Unidos y sus aliados saben que China apoya a Rusia para ‘alejarla’ del extremo oriental de Eurasia. Es decir: desplazar los intereses de Putin hacia Occidente, encaminándolo hacia una confrontación de pronóstico reservado con Estados Unidos, Canadá, Inglaterra y la Unión Europea. Es obvio que Xi Jinping no confía del todo en Putin y está previendo que, de derrumbarse el poderío de Estados Unidos, llegará la hora de determinar quién será la potencia global del siglo XXI: ¿Rusia o China? En tal caso, las sanciones serían una escalada no para destruir a Rusia y hacerle el ‘trabajo sucio’ a China sino para ‘regresar’ los intereses de Vladimir al otro extremo de Eurasia, para propiciar una confrontación entre ellos. Y habrá que sopesar el peso de las tensiones entre las dos Coreas y el papel de Japón, Australia e Indonesia…

Es decir: se ‘aprieta’ con las sanciones no para ‘estrangular’ sino para ‘regresar’ a Rusia por el lugar de donde vino y forzar a China a dividir sus intereses y sus fuerzas entre el Indo-Pacífico y su frontera con Rusia. Complicado, pero podría funcionar…

En un intento por romper la inercia en que lo están metiendo, Putin maniobra tratando de ‘exportar’ el concepto de ‘guerra híbrida’ a Latinoamérica…

El juego de la serpiente

La economía es cuestión de confianza y las guerras económicas no pueden obviar el asunto. Hemos dejado atrás el escenario de una ruptura entre por los menos dos ‘Internet’ (la de Occidente y la liderada por China). Invadir a Ucrania dio al traste con el prestigio internacional de Vladimir, que optó por la máxima maquiavélica de que vale más ser temido que ser amado, pero eso le podría pasar factura en el momento decisivo. Las maniobras especulativas le han alcanzado para la recuperación del rublo, pero ¿le alcanzará para sostenerlo y doblegar a Occidente? Eso es lo que estamos por ver…

Mientras no pase otra cosa, el riesgo es de una ruptura del sistema global en dos o tres partes, sino es que en una balcanización mundial. Biden no puede pactar ningún sistema de seguridad global con China en tanto no esté resuelto lo de Rusia y Ucrania, en donde el objetivo es que Putin siga siendo un actor geopolítico importante, pero reducido a una segunda o tercera categoría…

El escenario se asemeja a los movimientos de las serpientes al desplazarse: van serpenteando. Eso nos da una idea de una situación, temporal o permanente, de ‘fronteras’ físicas o virtuales con movimientos ondulatorios. Para ciertas cosas tendremos que conectarnos de un lado y desconectarnos para hacer otras al otro lado de la serpiente. Un día, la ‘frontera’ estará más hacia acá y al otro, más para allá. Podría no durar mucho tiempo porque sería una situación confusa y desgastante, de conexiones y desconexiones…

Es posible que, geopolíticamente hablando, el mundo quede regido por ‘tres grandes islas’ o dos, con ‘archipiélagos de poder’ a sus alrededores. Pero económicamente podríamos estar a las puertas no de la permanencia del Imperio del dólar ni del rublo o del yuan, sino en los umbrales de tres grandes cadenas productivas y de suministros, dentro de un solo sistema global de pagos. En este sentido, tendría razón lo expuesto recientemente por Larry Fink, cabeza y CEO de BlackRock…

De ser así, el poder de Vladimir sería un estorbo para Xi Jinping, que le encontraría más utilidad como socio menor, especialmente si la Unión Europea se rehiciese. Los señalamientos por crímenes de guerra serán un arma que usarán tanto Biden como Xi Jinping para mermar el papel de Putin en las decisiones que se avecinan. Lo interesante es que ninguno necesita meter las manos: las acusaciones tienen impulso propio. En el caso de la UE, lo decisivo será resolver su dependencia de Rusia, sobre todo del gas. Por el momento, Biden no ha tenido el éxito esperado maniobrando en el Medio Oriente para desplazar al gas ruso a precio no muy alto…

Lo ocurrido durante el evento en la Casa Blanca sobre la Ley de Salud a Bajo Precio, en donde todos van detrás de Obama e ignoran a Biden, es la viva imagen de un problema de liderazgo dentro y fuera de las fronteras de Estados Unidos. Pero también es una paradoja: con todo su liderazgo y simpatía, Obama no supo o no pudo resolver la crisis de la anexión de Crimea en 2014, mientras Biden, con toda la debilidad de su personalidad, se enfrenta al reto de resolver lo que quizás sea la primera disputa por el poder mundial sin una guerra a gran escala…

Por lo pronto, continúa el desmantelamiento de la red de inteligencia y espionaje de Rusia en Europa. Vean la creciente cantidad de diplomáticos expulsados. Según los reportes de inteligencia, en Rusia los desacuerdos y divisiones en el Ejército, la Guardia Nacional (Rosgvárdia, sobre todo la destacada en Jakasia) y el Kremlin están a la orden del día. Unos y otros se acusan de haber mentido sobre las verdaderas intenciones en Ucrania…

Les digo que las cosas no están fáciles para nadie. Son los estertores de una época que concluye y el surgimiento de otra que está por llegar…

Hasta entonces…

Correspondencia: confinespoliticos@gmail.com