Vie. Nov 22nd, 2024

Astrid Hedin

El declive de Occidente: dos cosmovisiones en pugna – Juan de Dios Andrade

La polémica sobre la decadencia de Occidente lleva más de un siglo. Desde entonces, ‘Occidente’ ha significado distintas cosas, según el autor. Hoy, se vuelve a poner en boga con la disputa entre Estados Unidos y la UE con China y Rusia. ¿Será el momento decisivo?

CONfines Políticos

Cuando Oswald Spengler escribió La decadencia de Occidente, estaba proponiendo uno de los temas más apasionantes de la Historia. Claro que su visión obedecía a las corrientes historicistas y biologicistas entonces en boga, cuyos postulados, hoy, en buena medida resultan obsoletos. Su punto de partida era que, de un modo similar a los organismos vivos, las civilizaciones y culturas tienen un antecedente, nacen, crecen y, de modo inevitable, mueren en un momento dado. Para él, era evidente que a Occidente le había llegado su hora…

El marco conceptual de Spengler procedía de la Modernidad ilustrada y creía que la etapa de esplendor occidental había sido el de la razón, pero eso había terminado. En el tránsito del siglo XIX al XX, los síntomas del materialismo, el escepticismo y el neopaganismo anunciaban lo que llamó ‘la decadencia de Occidente’…

Sin duda, Spengler estaba al tanto de las tesis provenientes de la incipiente geopolítica alemana e inglesa, sobre todo de las formulaciones hechas por John Halford Mackinder, en el sentido de que Occidente (entiéndase: ‘Inglaterra’) estaba llegando a un punto de agotamiento y que el liderazgo de la Historia se trasladaría a Oriente (entiéndase: ‘Rusia’). Se iniciaba una de las disputas más fascinantes por Eurasia, misma que persiste hasta nuestros días…

Sin embargo, cuando hablamos del forcejeo al que ha dado lugar, lo hacemos de manera equívoca o, si se prefiere, para entender lo que está pasando en pleno siglo XXI, debemos deshacernos de algunos ‘puntos ciegos’ provenientes de Spengler y de la vertiente intelectual a la que pertenecía…

Oswald Spengler y la decadencia de Occidente

El pesimismo ideológico bipolar

Aunque los antecedentes remontan más atrás en la Historia, la idea de la decadencia de Occidente, en su forma que hoy le conocemos, proviene de la segunda mitad del siglo XIX. Para entenderlo, habría que analizar el entramado ideológico que parte de Joseph Arthur de Gobineau, Burckhardt, Nietzsche, Spengler y Toynbee, vertiente a la que podríamos catalogar, usando los viejos parámetros de la Modernidad, como de ‘derechas’. Pero muy pronto el tema comenzó a adentrarse en el ámbito de las izquierdas a través de Jean-Paul Sartre y la Escuela de Frankfurt, hasta influir en la izquierda intelectual y universitaria de Estados Unidos, así como en el pesimismo ecológico. Por increíble que parezca, la raíz proveniente de Gobineau lo mismo permeó en los medios germanófilos y nazis, que en el marxismo…

Lo interesante es que, según sea el caso, ‘Occidente’ pasó a ser la ‘Razón ilustrada’ (Nietzsche), ‘Inglaterra’ (Mackinder), el ‘colonialismo’ (Franz Fanon) o la ‘raza blanca’ (William Edward Burghardt Du Bois, intelectual y activista de raza negra, nacido norteamericano y partidario del panafricanismo, que anticipaba el triunfo de la negritud). Pero también el ‘capitalismo’ (sobre todo en las izquierdas populistas y autoritarias que se inspiran en el Foro de Sao Paolo o en el Grupo Puebla) o ‘Estados Unidos’ y la ‘Unión Europea’ (como afirman los geopolíticos en torno al círculo de Vladimir Putin y de Xi Jinping). La red de impacto ideológico es muy amplia…

Para el historiador norteamericano Arthur Herman, la idea de la decadencia de Occidente es un buen ejemplo del vaciamiento ideológico de izquierdas y derechas por igual. En este punto, el espectro actual de las izquierdas ha asumido las tesis de las otrora derechas…

Pese a todo, no debemos cometer el error de creer que todo sea cuestión de una disputa entre dos polos occidentales (Estados Unidos y la Unión Europea) y dos orientales (China y Rusia), porque se trata de dos cosmovisiones en pugna. En el ámbito tecnológico y comercial, forcejean por la matriz, pero en el cultural y político es otra cosa…

Arthur L. Herman y la idea de la decadencia de Occidente

El mando secreto

Para Astrid Hedin, profesora asociada en Estudios de Política Global (GPS) de la Universidad Malmo (Suecia) y académica visitante virtual del Centro Davis de Estudios Rusos y Euroasiáticos de la Universidad de Harvard, se ha cometido el error de tratar de entender al comunismo desde los parámetros liberales y democráticos de Occidente, especialmente “la presunción de un destino democrático”. La incomprensión del ejercicio del poder y la administración durante el comunismo histórico podría impedir que se comprenda la magnitud de lo que representan China y Rusia en la era poscomunista…

El que China sea miembro de la Organización Mundial del Comercio (OMC) desde 2001 y Rusia desde 2012, aumenta la desorientación en investigadores poco avezados. En ambos casos, el juego del poder no estriba en la economía de mercado, como tampoco lo fue en la economía centralmente planificada. La clave ha sido la creación de una estructura secreta de poder y las cosas no han cambiado mucho del comunismo al poscomunismo…

Dicha estructura secreta se inicia con el sistema de cuadros. Desde el principio, a cada persona se le abre un historial que le acompañará por el resto de su vida. De manera persistente, se mide con mucho cuidado el nivel de obediencia y lealtad. Lo anterior determina el ascenso en el partido y en la administración pública (sistema de nomenclatura), pero no se trata de estructuras paralelas. Nunca está en duda que el poder es uno solo…

Astrid Hedin y la estructura secreta del poder comunista

Por ejemplo, aunque veamos dos estructuras de mando (partidista y de gobierno) en realidad es una a la hora de ejercer el poder. Los cargos en la administración pública son designados desde el partido, teniendo en cuenta la lealtad y la obediencia. En el caso de China, las órdenes se giran del Partido Comunista a los ministerios y centros de mando de todo el país, y lo mismo vale para la industria y las organizaciones sociales…

Los expedientes de la formación de cuadros se han mantenido en secreto desde la época del comunismo histórico, porque dan cuenta de los verdaderos núcleos de poder y las sujeciones. Esto se estudia poco y mal en Occidente…

Desde afuera del gobierno hay un centro de mando, que, por lo general, se asienta en el Politburó del partido. Esto es de manufactura soviética y China supo implantarlo en su territorio…

Claro que eso también explica los desajustes y claroscuros que, tarde o temprano, pasan factura. Por ejemplo, en el caso chino, eso genera dudas e incertidumbres en la inversión interna y al planear en alianzas tejidas al exterior…

Una democracia diferente

Como lo observa Astrid Hedin, la democracia que se practica en los partidos que se insertan en la vertiente comunista o que han derivado hacia el populismo autoritario, es muy distinta a la que responde al ideario democrático liberal: las elecciones son ‘libres’ y hasta es obligatorio el votar. Aparentemente no hay presiones, pero desde el mando central partidista se propician candidatos únicos o de ‘unidad’, de tal modo que es imposible que alguien más aspire a ser candidato o que otro resulte ganador…

Volvemos al mismo punto: la clave está en la designación única basada en la formación de cuadros y en el expediente que se ha venido engrosando, registrando obediencia y lealtad a lo largo de la vida de cada aspirante o integrante del aparato de poder…

Sea en su versión comunista histórica, en el populismo propiamente o en el modelo chino de sistema político cerrado y economía abierta, el sistema jurídico es visto como sujeto a la estructura real de mando. De tal modo que no deben existir discrepancias entre lo que consignen las leyes, lo que dictaminen las instancias judiciales y lo que ordene el Politburó. Jueces y leyes están para garantizar el ejercicio del poder y el cumplimiento de los objetivos…

En este sentido, es un error el creer que, con la caída del comunismo soviético, se modificó de fondo lo arriba indicado, tanto en Rusia como en los países que formaron parte de su esfera de influencia. En todo caso, habría que analizarlo en lo particular, pero hay evidencias de que poco se ha cambiado desde entonces…

Lo que importa es cumplir las órdenes, no lo que digan las leyes ni la normatividad…

La confrontación que pasa por la disputa por Eurasia y África

Claro que el problema viene cuando un sistema así entra en comunicación o interactúan en el plano internacional, porque el desajuste resulta inevitable. Si nos atenemos a la lógica del ‘imperio del centro’, podríamos pensar que China mantendrá su sistema como está y respetará los de otros países. Pero si vemos lo que está pasando con el Proyecto Franja y Ruta, en donde está creciendo la llamada ‘deuda oculta’ en cada país participante, es previsible que los atraerán hacia la formación de una cadena de mando secreta de cuño populista y autoritario…

El pretendido declive de Occidente es algo más que la posible decadencia de la potencia norteamericana y de la Unión Europea, y el ascenso de una potencia asiática, sea china o rusa…o en alianza…

Es una confrontación entre dos cosmovisiones. De un lado, el ejercicio sistémico del poder total y hegemónico, que interpreta la realidad como integrada a él. Del otro, la salvaguarda de la libertad, los derechos y la dignidad de las personas, donde sea que haya seres humanos y en las condiciones que imperen. Y así como los sistemas derivados del comunismo soviético no deben ser entendidos mediante el marco conceptual occidental, tampoco debemos confundir la defensa de la dignidad humana, la libertad y los derechos con Estados Unidos o con la UE, porque vaya que Occidente lleva una racha de ataques directos a ellos y despreciando la vida de las personas…

Más bien, al margen de lo que resulte en la disputa geoestratégica, estamos en el umbral de una era en la cual la defensa de la vida, de la dignidad, de la libertad y de los derechos tendrá que globalizarse o no será…

Queda pendiente analizar algunos aspectos del desafío geoestratégico cultural, aunque los hemos bordeado el día de hoy…

Hasta entonces…

Correspondencia: confinespoliticos@gmail.com