El baile de Vladimir – Juan de Dios Andrade
¿Se prolongará la guerra en Ucrania o habrá un desenlace pronto? ¿Será el Vietnam o el Afganistán de Putin? ¿Hasta qué punto aguantará Rusia las sanciones, sin que se erosione el liderazgo de Vladimir? ¿Quién prevalecerá en Eurasia? ¿Pactarán finalmente Joe Biden y Xi Jinping? El resultado podría darnos el perfil definitivo del siglo XXI.
CONfines Políticos
Si a nadie le convenía la guerra en Ucrania, ¿por qué Vladimir Putin caminó directamente hacia ella? ¿Fallaron los pronósticos de algunos expertos en geopolítica y, específicamente, en Eurasia? Este es uno de esos casos en que determinados especialistas tuvieron razón, pero se equivocaron. Hubo un error de interpretación del escenario geoestratégico que los imposibilitó para anticipar la decisión que tomaría el jerarca ruso. Veamos en qué consistió…
Fue un esquema peculiar de ‘imposibilidad’. Si a nadie le convenía entrar en guerra por Ucrania, incluyendo a Rusia, Vladimir sabía que podría irrumpir en dicho país sin que Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN se metiesen, puesto que optarían por actuar indirectamente. Implicaría quedar a medio camino entre sanciones y cierta impunidad. Y digo ‘cierta impunidad’ porque, sin duda, Rusia terminará por ver su economía fuertemente afectada por los bloqueos financieros y comerciales, así como por el cierre, al menos temporal, de empresas occidentales…
Tan fue así, que, desde el principio, Putin planteó sus propios límites en la invasión: no sería para adentrarse en territorio de la OTAN sino para impedir que Ucrania se le adhiriese. Hasta las amenazas contra otros países con tal de que no se integren en la OTAN van en la misma dirección: Putin ‘bordea’ a la OTAN, cuidándose mucho de no provocar un enfrentamiento directo. Dicho de otro modo: ‘dragonea’ sin cesar, pero de lejos respecto a la OTAN, la UE y Estados Unidos. De ese modo, cree que podrá hacer lo que le plazca en Ucrania sin que ellos intervengan…
Sin embargo, es un juego peligroso y todo tiene sus límites, empezando por la capacidad de resistencia del gobierno de Putin a las sanciones y a cualquier negociación o conflicto que pudiese ocurrir entre Estados Unidos y China. De ello dependerá el apoyo de Xi Jinping a Rusia…
La trampa de la desconfianza
Es impensable que Putin haya optado por invadir Ucrania sin sopesar debidamente algunas consecuencias de tal decisión. Tres parecen ser sus principales parámetros en el juego estratégico: por la realidad global, Estados Unidos, la UE y sus aliados no podrán sancionar hasta sus últimas consecuencias sin afectar sus propios intereses; la importancia del gas ruso para la Unión Europea y para el propio Estados Unidos; así como la posible fusión del sistema financiero y comercial ruso con el de China, para poner punto final al predominio geoeconómico norteamericano…
Pero, para que eso funcione, necesitan cumplirse determinadas condiciones. ¿Se están cumpliendo? No olvidemos que, a la par, se desarrolla una guerra de propaganda tan importante como la geopolítica, la geoeconómica y la militar. En unos cuantos días, Vladimir ha pasado de ser visto como el salvador de Eurasia y Occidente de su propio proceso de decadencia, a ser considerado como un peligro no sólo por invadir Ucrania sino también por haber puesto al mundo al borde de una conflagración de mayor envergadura, tal vez de dimensión global…
Lo de ‘proteger a las familias rusas’ no pasa de ser un artificio, que igualmente les cobrará factura a los planes globales de Putin: ha dejado de ser confiable, porque, entre otras cosas, familias rusas las hay en muchos países y si ya invadió a uno para ‘protegerlas’, en el futuro quizás argumente lo mismo en otros casos. Podría ser un mal negocio: temor por el fantasma de una guerra más amplia y compleja; desconfianza por ulteriores decisiones geopolíticas de Vladimir…
Las sanciones están resultando una combinación de convertir a Rusia en un paria del sistema financiero y comercial global, y el cierre de empresas occidentales en Rusia, así como la parálisis o suspensión de inversiones. Ciertamente, lo anterior entorpece las operaciones de inversionistas y los llamados ‘oligarcas rusos’, pero la verdadera intención es atizarle al descontento ciudadano, puesto que el ruso de a pie carece del margen que tiene la gente pudiente. ¿Cuánto podrá aguantar Vladimir la presión? Por lo pronto, a las protestas por la invasión se le han agregado las relativas a los efectos de las sanciones en la economía familiar y los enclaves apostados por la libertad de expresión y la democracia doméstica. A todo ello, Putin ha respondido con represión, mientras crece el temor de que los cierres desemboquen en desempleo. Obviamente la presión interna aumentará si los ‘cierres temporales’ pasasen a ser ‘permanentes’ o ‘definitivos’…
El tema del gas va ligado al del petróleo y tanto Europa como Estados Unidos y el resto del mundo ya están resintiendo el alza del barril petrolero. Por el momento, hay tres opciones: o se retorna al uso de fuentes de energía altamente contaminantes o se busca abastecimiento alternativo al gas ruso o se configura una combinación de las dos anteriores. Sin duda, la OPEP jugará un papel clave y es evidente que algunos de sus miembros apuestan a ‘subir el precio’ de la negociación. En ello, habrá que considerar el peso de las inversiones en el Medio Oriente derivadas de la llamada ‘Nueva Ruta de la Seda’, que podrían incidir en las decisiones de algunos integrantes de la OPEP, así como los reportes de que dicho proyecto chino no está resultando tan exitoso como se pensaba. Igualmente se tiene que valorar el papel del corredor franco-español para el suministro de gas, mismo que había quedado suspendido y requiere inversiones inmediatas para cristalizar…
Lo arriba indicado, otorga una especial relevancia a Venezuela, que es una alternativa al gas ruso, lo que indudablemente ha abierto una intensa negociación por los señalamientos en contra de la dictadura de Nicolás Maduro. México debió ser la primera opción en la mesa de negociación, pero ha quedado en un segundo plano o en compás de espera…
Vladimir jugó todo a una sola carta
Si viendo las entonces posibles consecuencias, Vladimir Putin decidió proceder con la invasión a Ucrania, es porque hay algo más de por medio. Lo que está en juego es determinar quién rige los destinos de Eurasia y, por ende, del mundo entero. En otras palabras: se está decidiendo si se pone punto final al predominio norteamericano y se da paso a una nueva realidad geoestratégica global. Vladimir quiere ser el que clausure la era estadounidense, así como en su momento se creó una estrategia para posicionar a la otrora Unión Soviética como la vencedora de la Alemania nazi. Putin pretende ser el padre de una nueva Rusia, más grande que la URSS. De desplomarse el poderío de Estados Unidos, apuesta a liderar a Eurasia y Occidente, convirtiéndose Rusia en el contrapeso de China. O si se prefiere: temeroso de quedar a merced de China, lo que quede del Imperio norteamericano correrá a cobijarse con él…
Originalmente, el malogrado Zbigniew Brzezinski había propuesto que Estados Unidos pactase con China un sistema de seguridad global acorde con el siglo XXI, dejando a Rusia ante la disyuntiva de sumarse o quedar en un segundo o tercer plano. Fue Donald Trump el que desechó la idea y, en buena medida, generó el escenario que hoy estamos viendo. Putin está reinterpretando a Brzezinski: quiere que el sistema de seguridad lo implanten China y Rusia, siendo Estados Unidos el que tenga que decidir entre integrarse o quedar relegado. Pero, desde el principio, fue evidente que los planes de Vladimir Putin requieren cumplir algunos requisitos para funcionar…
En primer lugar, Putin debía desarrollar una ‘guerra relámpago’ en Ucrania y triunfar en unos cuantos días. Estamos llegando a la primera quincena y no ha logrado su cometido. Los análisis especializados registran problemas logísticos que Rusia debió resolver antes de invadir, incluyendo el suministro de combustible, pertrechos, agua y alimentos para sus unidades militares. Asimismo, Estados Unidos, La UE y la OTAN sabían que tenían que prolongar la guerra tanto como se pudiese, para lo cual debían proporcionar a Ucrania armamento, pertrechos y respaldo financiero. Es decir: esfumar la posibilidad de un triunfo inmediato de Vladimir. Los movimientos del lado ucraniano apuntan a que quieren derivar en una especie de lucha de partisanos y de guerra de guerrillas. Una guerra de desgaste y no otra cosa, en la cual se han alistado hasta combatientes extranjeros, entre ellos mexicanos, mientras Putin maniobra para atraer efectivos sirios. ¿Será Ucrania el Vietnam o el Afganistán de Putin? Los próximos días serán cruciales para saberlo, sin olvidar la estela de sufrimiento y violaciones a los derechos humanos en contra de la población civil…
El peor escenario para el jerarca ruso sería una guerra pírrica en Ucrania, que haga irrelevante el resultado ante el alto costo que tendría en todos los sentidos y un esquema de sanciones que quebrantase severamente la economía doméstica de Rusia…
Mientras más se alargue el desenlace en Ucrania, más se va a erosionar el liderazgo de Putin tanto en el plano global como en Eurasia y al interior de Rusia. Su reciente mensaje a las familias de los soldados rusos enviados a Ucrania revela cierto malestar en casa. Él lo sabía de antemano y, por eso, tomó una decisión contradictoria: buscar un triunfo ‘relámpago’ sin emplearse a fondo, con tal de evitar un número elevado de bajas rusas y sortear el repudio de las familias de las fuerzas armadas…
En el fondo, Vladimir sabe que un escenario ucraniano de guerra permanente también podría ser la ocasión para la efervescencia en algunas de las exrepúblicas soviéticas, que han sido afectadas por sus proyectos geopolíticos. Pensando en lo anterior, resulta previsible que, en los próximos días, Vladimir aumente la crueldad y letalidad de sus fuerzas militares en Ucrania…
El Dragón a la espera
Podría pensarse que, además de la ‘guerra relámpago’, uno de los objetivos centrales de Putin era encaminar a Estados Unidos y sus aliados a un choque con China en caso de que Rusia fuese expulsada del sistema SWIFT, lo que podría dar la pauta para que China y Rusia fusionasen sus sistema económicos y financieros. Tal vez eso explica el que Estados Unidos lo haya reservado como medida extrema o selectiva, aunque bien podría deberse a que, primero, Biden quiere asegurar la prolongación del caso ucraniano y sentar las bases para una negociación con China, que desfonde los planes de Putin.
El escenario es más complejo de lo que parece, pues el SWIFT es una parte de la dolarización de la economía global. Como lo han señalado los expertos en geoeconomía, no hay que olvidar el sistema de pagos interbancarios conocido como ‘CHIPS’. No es tan simple echar abajo un sistema global dolarizado mediante los sistemas SWIFT y CHIPS. El sistema chino conocido como CIPS tiene que realizar muchas operaciones internacionales en dólares…
Es verdad que donde los chinos han acelerado a fondo ha sido en el ‘yuan digital’ o ‘e-CNY’ y que podrían dar muchos dolores de cabeza a Occidente y sus aliados, pero ¿le conviene a China una guerra financiera global o sellar un acuerdo con Estados Unidos? Como quiera que sea, el yuan digital es más doméstico que internacional y habrá que ver si Vladimir Putin calculó que el e-CNY podría ser un factor determinante en el mediano plazo, pero no en lo inmediato. Tan lo sabe Xi Jinping que su mensaje más actual ha sido expresar su disgusto por los planes de seguridad de Estados Unidos y la UE en el Indo-Pacífico, que afectan la geopolítica de la China continental con Taiwán y su proyecto de la ‘Nueva Ruta de la Seda’. El gobernante chino sabe que los efectos de la invasión a Ucrania, ralentizará el crecimiento económico del gigante asiático en 2022 y pospondrá la intención de ser la primera economía del mundo. Xi Jinping quería que fuese rápido…
Como se puede apreciar, podría haber una escalada hacia un conflicto mayor, pero también la situación está puesta para una negociación altamente compleja entre Estados Unidos y China, que dé origen a un sistema global más acorde con la realidad del siglo XXI…
No descarto una confrontación bélica o financiera que afecte a todo el mundo, pero sería de entrar los principales jugadores geopolíticos en una espiral de locuras. De cumplirse el peor escenario para Rusia, Vladimir Putin va a necesitar una ruta de escape para salir del conflicto…
Queda claro que los dos grandes objetivos de Biden son hacerle pagar a Putin un precio muy alto en Ucrania e impedir la creación de un sistema financiero y comercial sino-ruso. Estados Unidos y Occidente siguen siendo mercados más atractivos para China que una alianza con Rusia…
Vamos a ver qué es lo que prevalece…
Hasta entonces…
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