Dom. Mar 9th, 2025

Donald Trump y la primera ‘Ciudad tecnofeudal’ – Juan de Dios Andrade

Entre las declaraciones disruptivas de Donald Trump y los hechos, se va perfilando lo que es su proyecto de reordenamiento global. A medio camino entre lo teatral y lo tecnológico, se aprecia su intención de convertir a Estados Unidos en la primera ‘Ciudad tecnofeudal’ de la Historia. Tanto por su personalidad como por el modo en que está montado su plan, el desenlace podría darse en los extremos: o será un gran éxito o un rotundo fracaso. No habrá puntos medios.

CONfines Políticos

20 de febrero de 2025

Correspondencia: confinespoliticos@gmail.com

Los hechos están confirmando las hipótesis de los últimos tres artículos y una de las mejores cosas que podemos hacer es dejar de ver a Donald Trump como un demente. Tal vez nos parezcan inviables sus proyectos o nos caiga muy mal, pero eso es otra cosa. Un principio en propaganda indica que no debes creerle a la tuya y eso es precisamente lo que le está pasando a muchos con Trump, lo que les impide entender cuáles son sus verdaderos objetivos. Equivocado o no, está convencido de que Estados Unidos se dirige hacia el precipicio de no hacer algo para evitarlo y, como bien lo sintetizó recientemente Yanis Varoufakis, exministro de Finanzas de Grecia y destacado economista, Trump se ha dado cuenta del peligro que representan las grandes reservas en dólares de los bancos centrales extranjeros, lo que explica la fortaleza del dólar ante las demás monedas sin que Estados Unidos se beneficie. Obviamente, el magnate venido a presidente pretende modificar sustancialmente esa situación mediante sanciones y aranceles…

Por eso es absurdo creer que se trate simplemente de instrumentos de presión para obligar a la contraparte a negociar…

Además de la convicción de que el globalismo es obsoleto, considera que le élite que lo representa se ha beneficiado en detrimento de los norteamericanos y apuesta a desplazarla. Su objetivo estriba en mantener al dólar como la moneda dominante en el comercio global, pero no sobrevaluado y reducir el déficit comercial. Es verdad que, en ocasiones, su discurso se torna conspiranoico, pero no en este aspecto. Piensa que la situación del dólar es el resultado de un mal diseño del sistema que rige al mundo, que ha terminado beneficiando al extranjero y no producto de un complot contra la moneda estadounidense. Por ende, su andanada arancelaria obedece a una estrategia calculada. Nada personal, cuestión de negocios…

Una peculiar puesta en escena

La de Donald Trump es una reinterpretación del libro La rebelión de Atlas de Ayn Rand. En la mitología, Atlas es un titán que carga el peso del mundo sobre sus hombros, castigado por Zeus por rebelarse contra el orden establecido. ¿Les suena parecido? Trump dice que sus problemas legales son producto de una persecución y castigo orquestados por sus enemigos (los globalistas). Sin duda, sus adversarios le han atizado fuerte, pero también las pruebas indican que no todo es una manipulación en su contra…

En la obra de Rand, Atlas (John Galt) representa a los empresarios que dan trabajo a los padres de familia norteamericanos y lidera una rebelión contra el gobierno y la élite política. De nueva cuenta, ¿les suena parecido? Donald Trump está escenificando su interpretación personal de La rebelión de Atlas. La diferencia está en que piensa mover y cambiar al mundo sin cargarlo completo de una sola vez. De tener razón, el presidente de un país que camina hacia su debacle no debe forcejear con todos al mismo tiempo, aunque se trate del presidente de Estados Unidos. La mesa de negociación es multilateral, pero no al modo en que la entendió el globalismo, sino en el sentido de aislar a cada contendiente y negociar con ellos por separado. “Los acuerdos de Minsk II, liderados por Alemania y Francia, salieron mal porque había demasiada gente en la mesa de negociación”, dijo el general Keith Kellogg la semana pasada en Múnich. ¿Han notado el parecido de nueva cuenta? No es una correlación de fuerza y debilidad. Trump configura tal negociación porque sabe que a cada parte se le va a pedir algo distinto…

Amenazar con aranceles o con retirar la protección de Estados Unidos, lleva destinatarios ‘individuales’, por decirlo de algún modo, pero se busca como resultado neutralizar el colapso de la superpotencia norteamericana, reformular el imperio comercial del dólar y darle al siglo XXI su perfil definitivo. Es verdad que, en los hechos, pareciera ceder en todo ante Vladimir Putin y hasta hacer suya la propaganda rusa sobre la invasión a Ucrania y otros asuntos más, pero es porque ambos ven al globalismo como el enemigo común y Trump sabe que Putin no tienen opción. El Oso ruso se empantanó en Ucrania y terminará por aceptar las condiciones del inquilino de la Casa Blanca o. al menos, así lo espera Trump…

En las alas del ‘tecnofeudalismo’

Es un juego estratégico y sencillo a la vez. Trump pretende que se trasladen a Estados Unidos las principales industrias y empresas del mundo, no solamente las de Estados Unidos que llevaron parte de su producción al extranjero. Sin embargo, tiene sus prioridades. El año pasado, justamente Yanis Varoufakis publicó un libro extraordinario: Tecnofeudalismo. El sigiloso sucesor del capitalismo, en donde expone la teoría de que el capitalismo está liquidado y es sustituido por el ‘tecnofeudalismo’. La formidable revolución tecnológica que estamos experimentando, unida a nuevos factores comerciales, ha creado lo que él llama: ‘capital de la nube’, iniciando un proceso que se antoja irreversible en el sistema comercial global, haciendo imposible la supervivencia del capitalismo como lo hemos conocido…

A Donald Trump le interesa que Estados Unidos sea el domicilio de las empresas que crean tecnología aplicada y de uso social a escala global. “Que regrese la industria automotriz”, “queremos la producción de microchips de Taiwán”, etcétera. ¿De verdad no lo ven? Porque la cosa está muy clara…

Donald Trump no quiere apuntalar a Estados Unidos como la superpotencia al modo del globalismo. Desea replantear el poderío norteamericano desde el tecnofeudalismo o si se prefiere: que Estados Unidos se convierta en la primera ‘Ciudad tecnofeudal’ de la Historia. Aunque no se refiere directamente al tema, la tesis de Varoufakis marca el punto final del concepto de la neerlandesa Saskia Sassen, expuesto en La ciudad global (1991), basado en el diseño y la geografía urbana. La idea de ‘ciudad global’ ha sido desbordada y, siguiendo a Varoufakis, me atrevo a llamarle: ‘ciudad tecnofeudal’. Me parece que en el círculo cercano de Trump se está leyendo con atención a Yanis Varoufakis…

¿En fin de los ‘archipiélagos geopolíticos’?

De paso, Trump busca reinterpretar la tesis de Zbigniew Brzezinski sobre los ‘archipiélagos geopolíticos’, para dar paso a ‘ciudades tecnofeudales’ de menor rango. ¿Ya se dieron cuenta a lo que se refiere? China y Rusia serían ‘ciudades tecnofeudales’ con rango periférico, junto con la Unión Europea. Si algo quedó claro en la reciente Conferencia de Seguridad de Múnich es que la UE perdió su estatus de socia y aliada, encaminada a convertirse en subordinada o dependiente de Estados Unidos, al igual que China y Rusia…

Siendo claros, lo que Vladimir Putin esgrima en la mesa de negociación tiene su importancia, pero no de primer orden. Rusia no está en condiciones de disputar el primer lugar ‘tecnofeudal’. China, por su parte, sí y Xi Jinping trata de lanzar lo que podríamos llamar un ‘tecnonacionalismo’ basado en sus logros más recientes: Inteligencia Artificial (muy cuestionada) y los notables avances en tecnología aplicada a los dispositivos, entre otras cosas. Pero todo eso estará acotado de no desbancar al dólar y, por el momento, algo así sólo podría ocurrir de descarrilarse los planes de Trump…

Trump no es precisamente un moderado. Es un hombre de medidas extremas y su proyecto parece haber sido diseñado en ese tenor. Su visión tremendista le hace pensar y actuar así. A la par de parecer el proyecto ideal, transita ‘al filo del peligro’: puede resultarle muy bien o afianzar el tan temido colapso. A eso se deben sus amenazas contra los BRICS en caso de tratar de impulsar otra moneda como sustituta del dólar…

No hay duda de que en el eje de poder que va de Richard Grenell a Elon Musk se está leyendo y reinterpretando las tesis de Varoufakis y de Brzezinski, para adentrarnos en la nueva ‘cartografía’ global, que ya no se basa exclusivamente en parámetros territoriales o marítimos tradicionales…

¿Se convertirá Donald Trump en el Atlas ‘tecnofeudal’ del siglo XXI? Esa es la gran incógnita de ahora en adelante…

Hasta entonces…

2 thoughts on “Donald Trump y la primera ‘Ciudad tecnofeudal’ – Juan de Dios Andrade

    1. Muchas gracias por tus palabras. Hay que ayudarnos, unos a otros, a entender lo mejor que se pueda el mundo en que estamos viviendo. Saludos cordiales…

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