Vie. Nov 22nd, 2024

Dr. Carlos Díaz

Disertación sobre el humanismo comunitario en la obra de Carlos Díaz – Juvenal Cruz Vega

¿Qué es el humanismo comunitario y cuál es su vínculo con el personalismo? Carlos Díaz Hernández ha sido no sólo un autor prolífico, sino también uno de sus representantes más destacados. No es cualquier cosa lo que está en juego. Se trata de la persona y el maestro Juvenal Cruz Vega nos presenta una introducción al humanismo comunitario de dicho autor.

Juvenal Cruz Vega

Director

Academia de Lenguas Clásicas Fray Alonso de la Veracruz

Carlos Díaz Hernández es un filósofo español, nacido en Madrid en 1944, licenciado en derecho, doctor en Filosofía, especialista en fenomenología y defensor del personalismo comunitario. Se ha destacado como conferenciante y escritor numerario. Es autor de más de 200 libros, entre los cuales cabe mencionar los siguientes: Mounier y la identidad cristiana, Antología de la fe inteligente, Manual de Historia de las religiones, Del psicoanálisis a las terapias personalistas, Los mínimos filosóficos que deben estudiar los psicólogos y maestros serios, Escucha posmoderno, Max Stirner: un posmoderno temprano, Como Dios manda, Yo quiero, Diez palabras claves para educar en valores, Cuando la razón se hace palabra, La política como justicia y pudor, Vocabulario de ética social, La filosofía sabiduría primera, Ayudar a sanar el alma, Diez miradas sobre el rostro del otro, Contra Prometeo.

Noticia biográfica de Carlos Díaz

Advertencia

En esta reseña quiero compartir algunas ideas eje del artículo que escribí hace algunos años como homenaje al filósofo español Carlos Díaz Hernández. Ya no pudo publicarse tal como fue la intención originaria en un volumen especial en la Escuela de Humanidades de la Universidad Anáhuac de la ciudad de México. Es la segunda parte de mi trabajo, suprimí las notas de investigación y las dejo en el trabajo completo por si llegara a publicarse en otra ocasión. Ojalá este intento sirva para alentar al lector y ver una perspectiva diferente sobre el humanismo, de lo acostumbrado cuando se habla de este tema en nuestro tiempo.

Dr. Carlos Díaz en la Academia de Lenguas Clásicas Fray Alonso de la Veracruz

Aproximación al pensamiento de Carlos Díaz

El pensamiento de Carlos Díaz es una filosofía que parte de la vida y de la sabiduría, formando, integrando y reuniendo una praxis humana. Es una reflexión teórico-práctica que lleva consigo mucha profundidad. Igualmente es una sabiduría en sentido amplio, que parte de la vida concreta de la persona, de la sabiduría y de la formación de la virtud.

El doctor Mauricio Beuchot ha expresado parte de esta misma idea al decir: “Carlos Díaz va al fondo de los problemas, nunca se queda a medias, lo cual lo hace un filósofo profundo”. Los estudiosos sobre su obra consideran que se trata de una filosofía del hombre o de una antropología filosófica, otros con más profundidad y delimitación le llaman a su obra, personalismo comunitario, tal como suele llamarle el mismo Carlos Díaz.

Dr. Mauricio Beuchot Puente

Carlos Díaz va al fondo de los problemas, nunca se queda a medias, lo cual lo hace un filósofo profundo

Mauricio Beuchot Puente

Como una alocución a lo dicho, prefiero usar un término añejo y muy profundo que no se opone a la nomenclatura de Carlos Díaz y que encaja bien con los contenidos de quienes estudian humanidades, educación, ciencias humanas, ciencias religiosas, ciencias sociales, ciencias políticas y ciencias de la comunicación; me refiero al término humanismo y que unifico con la palabra, comunitario, de lo cual resulta humanismo comunitario, que se explica con la noción de intencionalidad de la escuela de Husserl y la expresión nosotros, tomada  del personalismo como vertiente de pensamiento.

Hay un fragmento del mismo Carlos Díaz que viene a iluminar esta parte: “No sé muy bien si yo encontré el personalismo en mi último curso de filosofía, o si fue él quien me encontró, encuentro de persona a persona, como no podía ser menos. Desde entonces he hecho mía la causa de Emmanuel Mounier y de otros personalistas comunitarios, y he procurado que mis amigos la hagan suya desde su libertad. Ya no puedo vivir sin el personalismo, ni sin el aliento de mis amigos personalistas, especialmente de los que viven la causa desde el Instituto Emmanuel Mounier. Ser personalista es dar gracias por serlo”.

El maestro Juvenal Cruz Vega y el Dr. Carlos Díaz Hernández

El humanismo comunitario de Carlos Díaz tiene mucho del humanismo histórico que comienza con la paideia, la humanitas, la schola y lo que se llama originalmente humanismo después del Renacimiento. Por eso una de sus fuentes primarias es la tradición que implica varios elementos: lengua, cultura, religión, literatura, géneros literarios, escuela, ideario, maestro, discípulo, valores, virtudes, pensamientos, arte, educación, comunicación, enseñanza, aprendizaje, etcétera. Varias veces le he escuchado que por eso es radical, porque va a la raíz de la palabra, es decir, es radical porque es un buscador de raíces, al hallar la raíz todo tiene sentido y salvación, y así es, porque con la raíz todo se reconstruye. No se trata pues, de un radicalismo en sentido despectivo y politizado, sino de una reflexión profunda, que con el estilo de un fenomenólogo va a las cosas mismas, al fondo de los problemas, porque busca profundizar y analizar, pues va a la raíz de las cosas. Él mismo lo expresa: “Soy diferente al filósofo de academia, al ratón de biblioteca, que sólo sabe hablar con cuatro colegas de cuatro arcanos, propios de su especialidad. No soy así”.

No sé muy bien si yo encontré el personalismo en mi último curso de filosofía, o si fue él quien me encontró, encuentro de persona a persona, como no podía ser menos. Desde entonces he hecho mía la causa de Emmanuel Mounier y de otros personalistas comunitarios, y he procurado que mis amigos la hagan suya desde su libertad. Ya no puedo vivir sin el personalismo, ni sin el aliento de mis amigos personalistas, especialmente de los que viven la causa desde el Instituto Emmanuel Mounier. Ser personalista es dar gracias por serlo

Carlos Díaz Hernández

Conforme al esquema del humanismo que he venido trazando desde hace varios años  y a partir de la reflexión de algunos autores eje de la tradición, sobre todo, del evangelista san Lucas y del escritor romano Aulo Gelio, en el pensamiento de Carlos Díaz, puedo apreciar tres niveles del humanismo: filantropía, sabiduría y virtud.

La filantropía, además de una cierta bondad y una benevolencia común entre todos los hombres, es una misericordia a los pobres olvidados, abandonados, incomprendidos y no aprovechados. Es una sabiduría viva que se trasmite de persona a persona, de tú a yo y de yo a tu, para que los valores se hagan un nosotros. Esa sabiduría es la helikía de la que hablan los siete sabios de Grecia, de la que habla san Lucas cuando se refiere al crecimiento de Jesús, es la aetas de la que vierte san Jerónimo en la Vulgata, es la sabiduría que se asimila con la edad a través del crecimiento en la casa y en la familia, en la cual los maestros son los padres y los discípulos son los hijos.

De persona a persona, es el punto de partida de la filosofía de Carlos Díaz

 La sabiduría es el conocimiento de la escuela que viene a profundizar mayormente a la filantropía. Es el estudio, la sophía, la sapientia y la ciencia. Carlos Díaz recurre con frecuencia a la formación de las lenguas clásicas, de las lenguas modernas y de la filosofía misma. Así, pues, el humanismo a través del personalismo reintegra la actividad humana a la actividad intelectual, y la filantropía deja de ser un simple altruismo o un amor al hombre abstracto y empobrecido. El estudio le da mayor reflexión y entonces el humanismo se vuelve un personalismo teórico-práctico, es decir, se hace una praxis, como dice Carlos Díaz: “no sólo una filosofía, sino la única posible, pues lleva a la vida lo que su pensamiento construye, encarnándolo. El personalismo es la filosofía que reintegra al conocimiento el conjunto de la actividad humana. Y, a la inversa, la acción que lleva a la práctica la convicción filosófica. Teoría y práctica en recíproca implicación, forman una praxis”.

Felices los que oyen a un mensajero que va corriendo de un lugar hacia otro, anunciando la liberación a los hombres

Justino Cortés Castellanos

La sabiduría divina no viene a contradecir las dos partes anteriores, mejor aún, viene a darles plenitud. Porque el hombre no está aislado, no sólo es existencia, vivencia, un ente biológico o un ser pensante que perfecciona su sabiduría en la escuela a través de la erudición. Es lo más perfecto que hay en la naturaleza, es imagen de Dios, porque tan infinitamente regalador es Dios, que decide tomarse a sí mismo como modelo para crear al hombre, a fin de que éste se parezca a Él y de este modo conferirle la máxima dignidad y honra. Dios se regala a sí mismo. Hay un hermoso fragmento de Carlos Díaz al respecto: “A partir de ese momento el ser humano se convierte en imagen de Dios, tiene aire de familia divina. ¿Para qué? Para que quien vea al hombre pueda imaginar analógicamente a Dios. Para que quien piense en Dios pueda pensarlo a través del hombre”.

La filosofía auténtica versa sobre lo verdaderamente humano

Visto así, el humanismo comunitario de Carlos Díaz es un personalismo que lleva consigo una seria axiología, fundada en la filosofía del hombre, en la metafísica y en la filosofía de Dios. El valor de la persona y el valor del amor que sostiene el núcleo de su pensamiento, le da un sesgo eminentemente profético, porque los valores si son humanos y universales, han de ser trascendentes y nunca conocerán la decadencia. Su carácter profético se ve a menudo, porque es un defensor del hombre y de los valores superiores de la humanidad, y que en otro tiempo han defendido las culturas avanzadas. De otra forma, anuncia la buena nueva y la liberación a los hombres; pero también, denuncia el mal y el error donde quiera que se encuentre. En sentido positivo, es un mensajero que va corriendo por las montañas, anunciando la buena nueva, pues a decir verdad, esta expresión abarca todos los valores, como dice el doctor Justino Cortés Castellanos al referirse a los hombres que defienden los valores supremos en todas las culturas: “Felices los que oyen a un mensajero que va corriendo de un lugar hacia otro, anunciando la liberación a los hombres”.