Defensa apasionada de la morfología y la sintaxis de las lenguas clásicas y de la lengua española – Juvenal Cruz Vega
La riqueza cultural de las lenguas clásicas no se ha agotado y tiene sus efectos en las lenguas actuales. Esto es indispensable para el estudio de la lengua española. La morfología y la sintaxis son indispensable para expresar correctamente nuestros pensamientos y para aprovechar esa herencia que nos han legado los antepasados de la Humanidad. Magnífico artículo de Juvenal Cruz Vega.
Juvenal Cruz Vega
Director de la Academia de Lenguas Clásicas Fray Alonso de la Veracruz
De mi máxima consideración a la maestra Xóchitl Rivera Hernández
Advertencia
En esta reseña quiero compartir una porción de los apuntes sobre la morfología para los estudiantes que comiencen a interesarse en la vitalidad y la riqueza de las lenguas clásicas y en consecuencia de la lengua española y de las lenguas modernas. Pues su estudio es uno de los tesoros artísticos y humanos más elocuentes que nos han legado los escritores latinos, principalmente, los autores clásicos, quienes hicieron de la lengua latina un modelo para que los autores de los siglos posteriores pudieran seguir escribiendo esta hermosa lengua hasta nuestros días.
Pensé compartirles algo de la morfología siguiendo sus partes esenciales, porque a partir de esta porción fundamental de la gramática latina se puede estudiar la sintaxis, la etimología, la semántica y la estilística, y sobre todo, para comprender mejor el estudio de la lengua española, la cual forma parte del plan de estudios de la educación básica y media de nuestro país.
Este trabajo puede vincularse muy bien a la enseñanza y aprendizaje de las lenguas modernas y de la lengua latina, y con cualquiera de los métodos existentes para enseñar latín. Por ejemplo en Lingua Latina per se illustrata de Hans Hennig Orberg a la hora de explicar el vocabulario, allí se entiende muy bien la morfología, cuando vemos la noción de oración gramatical. Y para esto me hago ayudar del concepto del gramático latino Remio Palemón, la cual se dice así: “Oratio grammaticalis est communis dictionum combinatio, sententiam perfectam demonstrans” (Oración gramatical es un conjunto de palabras, que expresan un pensamiento completo). Esta definición es la misma que Dionisio de Tracia tiene al principio de su Arte gramatical, del siguiente modo: “Λόγος δέ ἐστι πεζῆς τε καὶ ἐμμέτρου λέξεως σύνθεσις διάνοιαν αὐτοτελῆ δηλοῦσα”.
Igualmente del concepto de sintaxis, término que he recogido de las lecciones de latín de mi maestro, el doctor Justino Cortés Castellanos, cuya definición, es histórica y data de siglos atrás: “Syntaxis est recta partium orationis inter se compositio”(Sintaxis es la recta composición de las partes de la oración entre sí).
En el desarrollo del trabajo presento la morfología del gramático latino Donato Elio, en el cual va definiendo cada una de las partes de la oración, todavía vigentes en los estudios de cualquier lengua de las occidentales en sus tres vertientes: germanas, eslavas y romances. También un fragmento de la morfología de Dionisio de Tracia, ya que hizo la base fundamental de la morfología actual. Al final de la disertación comparto dos textos de los mejores autores griegos y latinos, los cuales nos dan mayor fundamento del trabajo morfológico y sintáctico.
Sigo teniendo esperanzas de que algún día la lengua latina llegue a formar parte del plan de estudios de nuestra nación, cuyo fin es comprender el núcleo de varias asignaturas que conforman la médula de la reforma educativa, la cultura y la educación del plan de estudios de Occidente y singularmente de México. Ojalá algún día tengamos ese privilegio en nuestro país con buenas autoridades, y sobre todo, autoridades cultas. Sin duda, los maestros tenemos esa tarea y ese compromiso con nuestra patria y con nuestra vocación: formando a los futuros líderes de nuestra nación desde la raíz hasta el techo.
Que disfruten esta lectura y a la vez sea motivo para estudiar con más amor y disciplina la lengua latina, la lengua española y las lenguas clásicas.
1). Exposición sucinta sobre la morfología latina
Dejo en latín una parte de la exposición para que los estudiantes y los lectores se familiaricen con la nomenclatura de la morfología, así podrán ver que la palabra nomen en latín es la misma que se usa en español: nombre, cuando explicamos la morfología de la lengua española, sólo por poner un ejemplo. Así, pues, empecemos:
Quidnam est morfología? Morfologia est pars grammaticae, quae structuram et classes et typos dictionum aut orationis partes speculatur, etiam regulas ut explicant qui se vocabula exsistentia aedificaverunt ac quomodo vocabula nova fieri possunt. In grammatica Latina duas morfologias invenimus, quibus nomina haec sunt: morfologia variabilis et morfologia invariabilis. Sicut Graece atque Hispanice, sic etiam Latine morfologiam spectari possumus hoc ritu:
a). Morfologia variabilis
Nomen
Pronomen
Participium
Verbum
Haec morfologia etiam duabus partibus dividitur, id est, morfologia nominalis et verbalis. Prima pars tres accidentes grammaticales complectitur, quorum nomina haec sunt: casus, genus et numerus. Nomina casibus sequentia sunt: Nominativus, genitivus, dativus, accusativus, vocativus et ablativus. Genera nominum tria sunt: masculinum, femininum et neutrum, ut Dominus, Femina et oppidum. Numeri sunt duo: singularis et, pluralis ut magister et magistri.
Alia pars, quae vocatur morfologia verbalis, quinque accidentes gramaticales obtinet, quorum nomina ornate sequentia sunt: persona, numerus, tempus, vox et modus. Ad summam, quaeque morfologia proprios accidentes grammaticales continet. Nam morfologia nominalis aut flexio nominalis vocatur declinatio; attamen morfologia verbalis aut flexio verbalis appellatur coniugatio.
b). Morfologia invariabilis
Adverbium
Praepositio
Coniuctio
Interiectio
Haec morfologia iuxta eius genium non accidentes grammaticales habet, nam declinatione et coniugatione indiget, idcircoque ista morfologia diserte appellata est invariabilis.
Nunc autem videamus alium fragmentum Donati Grammatici Urbis Romae, Ars Grammatica. Don. A.G. II.1-17.
Al compartir este fragmento del gramático latino Donato Elio pondremos el texto bilingüe, en latín y español. Deleitémonos, pues.
“Partes orationis sunt octo, nomen, pronomen, verbum, adverbium, participium, coniuctio, praepositio, interiectio. Ex his duae sunt principales partes orationis, nomen et verbum. Latini articulum non adnumerant, Graeci interiectionem. Multi plures, multi pauciores partes orationis putant. Verum ex omnibus tres sunt: quae sex casibus inflectuntur, nomen, pronomen et participium. Nomen est pars orationis cum casu, corpus aut rem proprie communiterve significans… Genera nominum sunt quattuor, masculinum, femininum, neutrum, commune…Numeri sunt duo, singularis et pluralis… Casus sunt sex, nominativus, genitivus, dativus, accusativus, vocativus, ablativus. Ex his duo recti appellantur, nominativus et vocativus, reliqui obliqui…Pronomen est pars orationis, quae pro nomine posita tantundem paene significat personamque iterdum recipit…Verbum est pars pars orationis cum tempore et persona sine casu, aut agere aliquid aut pati aut neutrum significans…Adverbium est pars orationis, quae adiecta verbo significationem eius explanat atque implet… Adverbia aut a se nascuntur, ut heri, hodie, nuper, aut ab aliis partibus orationis veniunt… ut doctus, docte…Participium est pars orationis dicta, quod partem capiat nominis partem verbi. Recipit enim a nomine genera et casus, a verbo tempora et significationes, ab utroque numerum…Coniuctio est pars orationis adnectens ordinansque sententiam…Praepositio est pars orationis, quae praeposita aliis partibus orationis significationem earum aut mutat aut complet aut minuit… Interiectio est pars orationis interiecta aiis partibus orationis ad exprimendos animi adfectus…
Versión española
“Las partes de la oración son ocho: nombre, pronombre, verbo, adverbio, participio, conjunción, preposición, interjección. De estas, dos son las partes principales de la oración: el nombre y el verbo. Los latinos no cuentan el artículo; los griegos, la interjección. Muchos piensan que las partes de la oración son más; muchos que son menos. Pero de todas hay tres que se declinan por 6 casos: el nombre, el pronombre, y el participio. El nombre es la parte de la oración con caso, que indican una cosa o un asunto de manera propia o de manera común. Los géneros de Los nombres son cuatro: masculino, femenino, neutro y común. Los números son dos: singular y plural. Los casos son seis: nominativo, genitivo, dativo, acusativo, vocativo, ablativo. De estos, dos se llaman rectos: el nominativo y el vocativo; los demás, oblicuos. El pronombre es la parte de la oración que, puesta en lugar del nombre, indica casi lo mismo y a veces recibe persona. El verbo es la parte de la oración con tiempo y persona, sin caso, que indica hacer algo, o sufrirlo, o ninguna de las dos cosas. El adverbio es la parte de la oración que, añadida al verbo explica y completa su significado. Los adverbios o nacen de sí mismos como heri (ayer), hodie (hoy), nuper (hace poco); o vienen de otras partes de la oración… como docte (doctamente, de doctus (docto)). El participio es la parte de la oración (así) llamada porque tomó una parte del nombre y una parte del verbo. Recibe, pues, del nombre, géneros y casos; del verbo, tiempos y significaciones; de los dos, el número. La conjunción es la parte de la oración que une y ordena el pensamiento. La preposición es la parte de la oración que, antepuesta otras partes de la oración, cambia o completa o disminuye su significado. La interjección es la parte de la oración puesto en medio de otras partes de la oración para expresar los afectos del mismo[1].
La gramática de Dionisio de Tracia fue utilizada como texto desde su aparición hasta el siglo XIII d. C.[2] Para ampliar la parte que hemos expuesto, ahora presentamos un fragmento de la gramática de Dionisio de Tracia, tomado de su Arte gramatical 12-13. Aquí presentamos el texto bilingüe, en griego y español para que los diversos lectores puedan deleitarse en la lectura según el idioma al que se ajusten.
“Λέξις ἐστὶ μέρος σημαντικὸν ἐλάχιστον τοῦ κατὰ σύνταξιν λόγου. Λόγος δέ ἐστι πεζῆς τε καὶ ἐμμέτρου λέξεως σύνθεσις διάνοιαν αὐτοτελῆ δηλοῦσα. Τοῦ δὲ λόγου μέρη ἐστὶν ὀκτώ· ὄνομα, ῥῆμα, μετοχή, ἄρθρον, ἀντωνυμία, πρόθεσις, ἐπίρρημα καὶ σύνδεσμος. ἡ γὰρ προσηγορία ὡς εἶδος τῷ ὀνόματι ὑποβέβληται. τῶν δὲ μερῶν τοῦ λόγου κλίνεται μὲν ε’, ὄνομα, ῥῆμα, μετοχή, ἄρθρον, ἀντωνυμία. ἄκλιτα δὲ γ’ πρόθεσις, ἐπίρρημα, σύνδεσμος. ὄνομά ἐστι μέρος λόγου πτωτικόν, σῶμα ἢ πρᾶγμα σημαῖνον, σῶμα μὲν οἷον λίθος, πρᾶγμα δὲ οἷον παιδεία· κοινῶς τε καὶ ἰδίως λεγόμενον, κοινῶς μὲν οἷον ἄνθρωπος, ἵππος, ἰδίως δὲ οἷον Σωκράτης, Πλάτων. Παρέπεται δὲ τῷ ὀνόματι πέντε· γένη, εἴδη, σχήματα, ἀριθμοί, πτώσεις. Γένη μὲν οὖν εἰσι τρία· ἀρσενικόν, θηλυκὸν καὶ οὐδέτερον”.
“Palabra es la parte significativa más pequeña de una oración desde el punto de vista de la sintaxis. Oración es un conjunto de palabras prosaicas y métricas, que expresan un pensamiento completo.
Las partes de la oración son ocho: nombre, verbo, participio, artículo, pronombre, preposición, adverbio y conjunción. Ciertamente el nombre propio como especie, se subordina al nombre. De las partes de la oración, se declinan cinco: nombre, verbo, participio, artículo, pronombre. Tres son indeclinables: la preposición, el adverbio y la conjunción. El nombre es una parte declinable de la oración que significa cosa o actividad, cosa, por ejemplo, “piedra”, y actividad, por ejemplo, “educación”, y se dice propia y comúnmente: comúnmente, por ejemplo, “hombre”, “caballo”, y propiamente, por ejemplo, “Sócrates”, “Platón”. Acompañan al nombre cinco elementos: géneros, especies, formas, números y casos. Ciertamente, los géneros son tres: masculino, femenino y neutro”[3].
2. Textos selectos en griego y latín para estudiar la morfosintaxis.
En esta parte de la disertación presento dos textos con su versión al español para que los estudiantes según su esfuerzo puedan ir estudiando y haciendo anotaciones sobre la morfología de la lengua española y su relación con las lenguas clásicas. El primer texto es de Apolodoro de Atenas y el segundo del poeta latino Catulo Cayo Valerio.
a). La infancia de Aquiles. Apolodoro, Biblioteca III 13, 6.
Ἐγέννησε Θέτις ἐκ Πηλέως Ἀχιλλέα. Ἀθάνατον δὲ θέλουσα ποιῆσαι αὐτόν, κρύφα Πηλέως εἰς τὸ πῦρ ἐγκρύπτουσα τῆς νυκτός, ἔφθειρεν ὃ ἦν αὐτῷ πατρῶον, μεθ’ ἡμέραν δ’ ἔχριεν ἀμβροσίᾳ. Πηλεὺς δὲ, ἐπιτηρήσας καὶ ἀσπαίροντα τὸν παῖδα ἰδὼν ἐπὶ τοῦ πυρός, ἐβόησε∙ Καὶ Θέτις, κωλυθεῖσα τὴν προαίρεσιν τελειῶσαι, νήπιον τὸν παῖδα ἀπολιποῦσα, πρὸς τὰς Νηρείδας ᾤχετο. Κομίζει δὲ τὸν παῖδα πρὸς Χείρωνα τὸν Κένταυρον Πηλεὺς. ὁ δὲ λαβὼν αὐτὸν ἔτρεφε σπλάγχνοις λεόντων καὶ συὼν ἀγρίων καὶ ἄρκτων μυελοῖς. Ὡς δὲ ἦν ἐνναετὴς ὁ Ἀχιλλεύς, Κάλχαντος λέγοντος οὔποτε χωρὶς αὐτοῦ Τροίαν κατασκαφήσεσθαι, Θέτις προιδοῦσα ὅτι ἔδει αὐτὸν στρατευόμενον διαφθαρῆναι, κρύψασα ἐσθῆτι γυναικείᾳ, ὥσπερ παρθένος, ἀπέστειλε παρὰ Λυκομέδη ἐν Σκύρῳ τῇ νήσῳ. Ὀδυσσεὺς δὲ εὗρεν αὐτόν, καὶ τοῦτον τὸν τρόπον Ἀχιλλεὺς εἰς Τροίαν ἦλθε.
Tetis dio a luz a Aquiles de Peleo y queriéndolo hacer inmortal a escondidas de Peleo, lo sumergió al fuego durante la noche, destruyendo lo que él tenía de su padre, y durante el día lo ungió con un ungüento. Y Peleo al observar y al contemplar que el niño se agitaba convulsivamente sobre el fuego, gritó. Por su parte Tetis al ser impedida para terminar su plan, abandonó al pobre niño y se fue al lugar de las otras Nereidas. Luego Peleo llevó a su hijo a la casa de Quirón, el Centauro. Y éste, habiéndolo recibido, lo alimentó con vísceras de leones y cerdos salvajes, y con médulas de osos.
Así, pues, cuando Aquiles tenía nueve años de edad, y diciéndolo Calcas, que sin él, Troya jamás sería destruida. Por su parte Tetis habiendo previsto que era necesario que él fuera a la guerra a destruir completamente, lo ocultó con el vestido propio de una mujer, y así lo envió como si fuera una doncella a la casa de Licomedes en la isla de Esciro. Finalmente Odiseo lo encontró, y de este modo Aquiles se fue a Troya.
Observación sobre Apolodoro de Atenas:
Apolodoro de Atenas vivió en el año 140 después de Cristo, fue autor de un extenso tratado en prosa “Sobre los dioses” y de una “Cónica”(Chonike syntaxis), una obra de cronología de cierta importancia, escrita en trímetros yámbicos, que cubre el periodo desde la caída de Troya hasta el 144 a.C. De ella nos quedan solamente algunos fragmentos. Escribió también su obra “Biblioteca”, un estudio sobre la mitología griega heroica, aunque la obra que bajo ese nombre se le atribuye, obra por lo demás carente de espíritu crítico, al parecer fue recopilada en el Siglo I o Siglo II d. C.
El texto que presentamos es muy hermoso por su contenido nos da algunos elementos reales sobre la fortaleza de Aquiles, pues estaba fuerte por su buena alimentación y su ejercicio con disciplina, o sea, un atleta verdadero tal como lo describen los griegos antiguos a partir de los juegos olímpicos del 776 antes de Cristo, es decir, 23 años antes de la Fundación de Roma.
Desde el punto de vista morfológico podemos estudiar el vocabulario del texto de una forma ordenada, tal como lo vamos haciendo en clase, pues allí se hace un estudio conforme el método ecléctico analógico, es decir: morfología o tipología, etimología, flexiología, semántica y pragmática, sólo refiriéndome al vocabulario. Pero también se puede avanzar haciendo un estudio de sintaxis, porque en este texto se recopila la oración simple y compuesta. Estoy seguro que los estudiantes que han revisado el texto completo con la metodología aludida, brincarán de júbilo.
b). Un poeta pobre y un poeta rico en “Carmina Catulli, núm. XIII”.
Cenabis bene, mi Fabulle, apud me paucis, si tibi di favent diebus. Si tecum attuleris bonam atque magnam cenam, non sine candida puella et vino et sale et omnibus cachinnis. Haec si, inquam, attuleris, venuste noster, cenabis bene, nam tui Catulli plenus sacculus est aranearum!” Sed contra accipies meros amores seu quid suavius elegantiusve est. Nam unguentum dabo, quod meae puellae donarunt Veneres, Cupidinesque; quod tu cum olfacies, Deos rogabis, totum ut te faciant, Fabulle, nasum.
Mi querido Fabulo, con la ayuda de los dioses
comerás espléndidamente en mi casa,
dentro de unos días.
Si traes contigo una rica
y abundante comida, no te olvides de una hermosa
doncella, el vino, la sal y todo lo que produzca carcajada.
Mi distinguido amigo, te recuerdo pues,
si traes esto, comerás bien, pues el bolsillo de
tu amigo Catulo está lleno de telarañas.
En cambio, recibirás amores puros
o algo que es más suave y más elegante,
pues te ofreceré un ungüento que
las Venus y los Cupidillos obsequiaron a mi niña.
Mi querido Fabulo, cuando tú lo huelas, suplicarás
a los dioses que te hagan todo olfato”.
Noticia biográfica sobre el poeta Catulo.
Catulo Cayo Valerio es uno de los poetas más brillantes de Roma Antigua, vivió treinta años, del 84 a 54 antes de Cristo. Fue un hombre rico, apolítico, inteligente, satírico, enamorado y mal correspondido. Se enamoró de una mujer casada de cierta posición social a la que él llamaba Lesbia, veinticinco trabajos fueron dedicados a ella, redactados en verso, bien escritos y elegantes. E texto XIII, el cual presentamos, forma parte de su Carmina Catulli, y es muy hermoso, escrito en verso con hexámetros, es decir, porque es la unidad fundamental del mejor sistema métrico latino. Generalmente el poeta Catulo casi en todos sus versos define algunas características propias de su personalidad, y en éste no es la excepción.
[1] A. G. II. 1-17. Traducción de Patricia Villaseñor Cuspinera.
[2] La historia de la gramática comienza en Atenas, luego pasó a Alejandría y se coronó en Roma. Platón y Aristóteles son los primeros teóricos literariamente. Después en Alejandría continuaron Aristófanes de Bizancio y sin duda, uno muy erudito Aristarco de Samutracia, quien creó una escuela gramatical que sobrevivió hasta la época de Dionisio, éste último, reunió todas las aportaciones en su Arte gramatical.
[3] Un excelente estudio de la Gramática de Dionisio véase: Gramática: Comentarios antiguos, introducción, traducción y notas de Vicente Bécares Botas. Dionisio Tracio, editorial Gredos, prólogo de Carlos García Gual, Madrid, 2002, 260 pp. En esta obra, además de una buena introducción, se presenta una cronología de la Gramática griega Antigua y Bizantina, desde la fundación de Alejandría en el año 330 a. C. hasta la caída de Constantinopla en el año 1453 d.C. Aquí se dan muchas apreciaciones de Dionisio, pero la principal es que su obra es la primera tecnología gramatical, su destino era filológico como se prueba por sus contenidos, procedimientos y resultados.